VALÈNCIA. El Valencia Basket abrirá este domingo la Liga Femenina con la visita a la Fonteta del IDK Euskotren en un choque que afrontará tras el éxito de haber conquistado el título de la Supercopa el pasado domingo y la decepción de no haber logrado clasificarse para la Euroliga en la fase previa que han jugado entre el martes y el jueves.
La resaca de esa oportunidad perdida en el que era uno de los objetivos del curso marcará en buena parte el debut liguero puesto que ha difuminado parte de la felicidad que supuso ganar el segundo título femenino de la historia del club.
Además, para las jugadoras del equipo valenciano será el quinto partido en apenas ocho días, una circunstancia complicada de afrontar y más en este momento de la temporada y que puede marcar la rotación del técnico Rubén Burgos.
Para el choque es baja segura la alero australiana Rebecca Allen, que aún no se ha incorporado al equipo tras acabar la WNBA, y es duda Queralt Casas, que no jugó el intrascendente segundo partido de la fase previa por problemas en la espalda.
En cualquier caso, el club valenciano decidió hacer esta temporada un equipo corto (con sólo once fichas profesionales) para asegurar que jugadoras jóvenes como Lorena Segura o Claudia Contell tengan minutos.
Enfrente tendrá a un equipo que se ha reforzado mucho (ha incorporado a ocho jugadoras) y que no podrá contar con la interior Mariam Coulibaly, que disputa el Afrobasket con Mali.