La selección española sólo ha ganado la mitad de sus partidos de las fases finales de los Mundiales o las Eurocopas, ocho de dieciséis, desde que conquistó el mundo en Sudáfrica 2010, suficiente para ganar otro título
VALÈNCIA. La selección española sólo ha ganado la mitad de sus partidos de las fases finales de los Mundiales o las Eurocopas, ocho de dieciséis, desde que conquistó el mundo en Sudáfrica 2010, suficiente para ganar otro título, en Polonia y Ucrania 2012, pero no para superar la primera ronda en Brasil 2014 ni evitar la eliminación en octavos en Francia 2016.
Ahora, en Rusia 2018, mantiene una dinámica irregular. Ha traspasado la primera fase con dos empates, el 3-3 con Portugal y el 2-2 con Marruecos, y un triunfo, el 0-1 ante Irán. No es ni la mejor ni la peor primera ronda mundialista de la selección a lo largo de sus quince participaciones en las rondas finales de este torneo.
Está en la mitad. Es peor que en Brasil 1950, Japón y Corea 2002 y Alemania 2006 -las tres con pleno de nueve puntos-. También que Sudáfrica 2010 y México 1986, cuando alcanzó el pase con dos triunfos y una derrota en tres jornadas, y que Italia 1990, cuando venció dos encuentros y empató otro rumbo a los octavos de final.
Y es mejor, a la vez, que otras seis fases de grupos en su historia en el torneo, por encima de Chile 1962, Inglaterra 1966, Argentina 1978, España 1982, Francia 1998 y Brasil 2014, e igual que una más, que Estados Unidos 1994, cuando repitió el mismo desarrollo que ahora, aunque con una mínima diferencia en goles: + 2 entonces.
Desde que conquistó el Mundial de Sudáfrica 2010, en sus últimas cuatro fases finales, España ha ido paulatinamente perdiendo la fiabilidad que demostró tanto en la Eurocopa de Austria y Suiza 2008 como en la cita africana, que sostuvo en el torneo europeo siguiente, en Polonia y Ucrania 2012, cuando fue campeón.
Entonces, ganó cuatro de sus seis encuentros: dos en la fase de grupos (4-0 a Irlanda y 0-1 a Croacia); uno en cuartos de final (2-0 a Francia) y otro en la final, el imparable 4-0 con el que doblegó a Italia en el estadio Olímpico de Kiev. También empató dos partidos, el primero con Italia (1-1) y en las semifinales con Portugal (0-0), aunque luego siguió adelante vencedor en la tanda de los penaltis.
En Brasil 2014 decayeron sus resultados, con una consecuencia velocísima e inesperada, su eliminación en tan solo dos jornadas, entre el 5-1 que recibió en Salvador de Bahía frente a Holanda y el 2-0 con el que le desarmó Chile en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Luego logró una victoria inútil frente a Australia (3-0).
En la Eurocopa de Francia 2016 prosiguió la tendencia. En sus cuatro encuentros en el torneo, la 'Roja' ganó dos, los dos primeros, el apurado 1-0 contra la República Checa en Toulouse y el contundente 3-0 en el marcador y sobre todo en el juego ante Turquía en Niza. Después, inesperadamente, cedió 1-2 con Croacia, se complicó el siguiente cruce, ante Italia, y perdió por 2-0 en París.
Todos esos marcadores, más los tres hasta ahora en Rusia, describen los altibajos de España en sus últimas cuatro fases finales de los grandes torneos: 16 partidos, ocho victorias, cuatro empates, cuatro derrotas, 26 goles a favor y 18 en contra, a la espera del encuentro del próximo domingo ante Rusia en Moscú.
Sin contar Polonia y Ucrania 2012, la interrupción de su ciclo histórico de tres títulos consecutivos, la selección española ha vencido sólo cuatro de sus últimos diez duelos en las fases finales, de los que empató dos y perdió cuatro. Recibió más goles, dieciséis, de los que marcó, quince.