nunca he estado en turquía / OPINIÓN

Evasión o victoria

21/05/2024 - 

VALÈNCIA. Pasadas las horas y tras haber podido vivir de primera mano todo lo ocurrido el domingo en la Avenida de Suecia, tengo una visión que difiere bastante de la primera percepción "in situ·.

Creo que cabe felicitar a los manifestantes. La imagen conseguida no fue tan potente como la del año 2022, pero en los primeros momentos del partido se asemejó bastante. La diferencia con la de hace dos años es que el club esta vez se movió de manera desesperada para llenar el estadio como fuera. Que Mestalla presentara una grada ocupada al 50% (como mucho) no significa que la protesta fuera un fracaso.

Durante la semana se regalaron entradas a discreción (los ojos de quien suscribe pudieron ver algún chico de corta edad con un taco de entradas en la mano) e incluso el suelo de la Avenida de Aragón en los alrededores de Mestalla estaban llenos de tickets, empleados del club obligados a llevar dos familiares al campo... Cualquier cosa valía para evitar la imagen de hace dos años. Un mail a los socios anunciando beneficios si dejaban el asiento libre, hacer correr el bulo de que si los vecinos de las fincas colindantes dejaban entrar a los fotógrafos les multaría LaLiga, altavoces silenciando la convocatoria de protesta... 

Respetando al máximo a aquel valencianista que de motu proprio quisiera acceder a ver al estadio, el resultado en general fue el de un público falsificado para una gestión de club de mentira; he visto verbenas de Fallas con bastantes menos turistas de los que se vieron el domingo en Mestalla. El axioma de "no se puede dejar solos a Baraja y a los chavales" saltó por los aires cuando "valencianistas" con gorras, bufandas y camisetas del Real Madrid o del Barça abandonaban Mestalla tras el tercer gol del Girona.

Ese público de atrezzo fue como el sonido falsificado de la escena de la película "Evasión o victoria" en la que el narrador de la radio alemana hacia sonar un rugido de masas pregrabado para enfatizar el inexistente apoyo de la grada a su equipo cada vez que los germanos convertían un gol ante el equipo de los aliados.

Y en cuanto a lo que pasó a la salida de algunos aficionados, la pregunta es ¿Porqué no ocurrió a la entrada si había mucha más gente manifestándose en ese momento? La respuesta está muy clara.

Muchos de los individuos que salieron a la balconada de Mestalla, lo hicieron con el claro objetivo (y quién sabe si en algún caso la orden) de provocar a los manifestantes. Al encender los ánimos, ya había material para acusar a los disidentes de violentos.

Meriton lleva cavando trincheras para dividir desde que llegó: el proceso de venta, los fake fans de Anil, la división dificultando el trabajo de algunos medios de comunicación (los críticos), el mail del sábado distinguiendo entre "aficionados" y "valencianistas"... De los tiempos de Anil a hoy nada ha cambiado porque las directrices son las mismas, sólo varían los ejecutores.

Esto no es nada nuevo, y con el tiempo mejora y evoluciona el Meriton de aquí en dichas prácticas. El local malament con Javier Soleaks a la cabeza puede respirar porque eludieron la potente imagen de 2022; enhorabuena. Es fácil, llegar a ese objetivo en una ciudad en la que al bolsillo se le disfraza de dignidad y de valencianismo. A los de fuera no hubo que buscarlos para ir a manifestarse, a muchos de los de dentro se les invitó a al estadio para ser el relleno del pavo en navidad.

Desgraciadamente para el valencianismo, todo apunta a que tenemos Lim para rato, pero estas cosas les ponen nerviosos. Así que no olviden lo que en el ya citado film de John Huston cantaba realmente la grada en el partido entre alemanes y aliados para alentar a los segundos "Victoire! Victoire! Victoire!"

PD: Es curioso como bajo la excusa de órdenes dadas por LaLiga el club impedía a los periodistas asomarse a las balconadas (por cierto, que un miembro de LaLiga me negó en persona dichas órdenes y me recordó que dentro del estadio dicha potestad sólo corresponde al titular del mismo, el club), pero algunos efectivos de la seguridad contratada por el Valencia CF -la empresa Prosegur- se reía a carcajada limpia de ver el espectáculo de algunos provocadores haciendo cortes de mangas o llevándose repetidamente las manos a los testículos.

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