VALÈNCIA. Fabrício es el peligro del Levante. El brasileño ha recuperado fuelle y ha vuelto a acercarse al sorprendente futbolista que se presentó en Orriols durante aquella tarde de septiembre ante el Eldense. Se podría decir que ha vuelto a brillar con luz propia tras el mes en el dique seco por culpa de su lesión y recaída en el bíceps femoral izquierdo. Todavía lejos del nivel con el que salió del cascarón y se descubrió ante Javi Calleja, la realidad es que el '12' granota fue de lo poco diferente en Gijón. Le faltan socios y, solo, le cuesta. Demasiado lejos de la presión en campo propio y demasiado poco explotado para galopar a las espaldas de la defensa, la faceta que le hace diferente.
Y es que el cuerpo técnico del Levante sí ve hoy en Fabrício lo que no encuentra en Cantero o Rober Ibáñez, los dos futbolistas específicos de banda con los que cuenta Calleja en su plantilla. El carioca no lo es, pero sí el hombre decisivo para 'romper' en un ataque que ya no cuenta con el esplendor de Bouldini y estirar un centro del campo que, esta temporada, no descataca por su verticalidad, más allá de Pablo Martínez. Fabri es el arma más afilada del preparador madrileño, y eso que ni siquiera es ya el segundo máximo artillero del equipo, detrás del africano, en depresión.
Además, el estado físico del exdelantero del Castellón es óptimo. Jugó su primer encuentro completo en El Molinón y dejó a las claras que su perfil es prioritario en los esquemas de Calleja, que entre lesiones y el bajón de nivel del marroquí -quien arrancó como un tiro pero ha sido relegado al banco por el castigo después de su extravagante fallo frente al Mirandés, hace ya más de un mes-, anda corto de efectivos. Todo apunta a que el brasileño iniciará junto a Dani Gómez este domingo ante el Huesca y mantendrá su rol principal, asombroso tras nunca ser indiscutible la pasada temporada en Primera RFEF.