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Héctor Catalá: “Se me siguen poniendo los pelos de punta cuando recuerdo mi medalla en Tokio”

8/02/2024 - 

VALÈNCIA. A Héctor Catalá (Serra, Valencia, 17/06/1998) todavía se le estremece todo el cuerpo cuando piensa en la plata olímpica conseguida hace tres años en los Juegos Paralímpicos de Tokio. el triatleta que compitió en PTV 1 (discapacidad visual), tuvo tras alcanzar la gloria una resaca traducida en una lucha contra el exceso de responsabilidad. Hoy sigue aprendiendo a luchar contra ese enemigo invisible, sabedor que al resto de sus rivales deportivos ya ha demostrado ser capaz de doblegarlos. Esa es la meta para llegar en las mejores condiciones posibles a los Juegos de París este verano.

¿Cómo ha comenzado a nivel deportivo el 2024?

Es una alegría poder decir que 2024 ha empezado muy bien, sinceramente. Más que por el rendimiento -que también- y de resultados aún no podemos hablar porque no he comenzado a comeptir, por la manera en la que lo estoy afrontando. La experiencia es un grado, y estoy muy relajado mentalmente. La experiencia de un año preolímpico y de otros juegos es evidente que curte y estoy con mucha ilusión y muchas ganas y disfrutando también del proceso y eso más que bueno. Estoy totalmente convencido de que es la clave.

¿Me confirmas o me desmientes esa leyenda popular de que los triatletas sois súper hombres?

¡Que va! (Ríe). Es al revés, todo lo contrario. Mira el triatleta es el atleta que no sirve ni para nadar, ni para correr, ni para hacer ciclismo. Somos los que no somos buenos en ninguna de las tres disciplinas por separado. Así que -por lo menos en mi caso- soy triatleta porque no sirvo por separado para ninguno de los 3 deportes y porque me gusta mucho entrenar (soy un vigoréxico del entrenamiento) y el triatlón te permite estar entrenando de continuo.

Tienes una Copa del Mundo en Marzo en Abu Dabi, con qué objetivos acudimos a ella?

Efectivamente. Estoy en Sierra Nevada preparando la competición y aquí voy a seguir todo el mes de febrero, porque la altura para mi es un factor clave. Siendo claros, vamos para sentar las bases de testar como estamos en el inicio de temporada. Pero evidentemente con un dorsal de por medio, vamos con la máxima ambición que es ganar. Al final cualquier prueba sirve para medirte contigo y con los rivales con lo cual la aspiración siempre es la máxima. Si no esto no sería deporte de alto nivel. 

¿2024 es año olímpico, se siente más ilusión o responsabilidad?

Difícil respuesta, te diría que un 50% de cada cosa. Va mucho a días aunque estoy trabajando mucho para que sea la primera parte, pero la responsabilidad en forma de presión interna está ahí; no nos podemos engañar. Esa responsabilidad a veces pesa demasiado y quizá eso fue lo que me pasó factura después de Tokio y la mochila fue tan grande que al final me llevó al suelo. Hay que darle la vuelta y pensar de una manera positiva, y simplemente el hecho de estar ahí y disfrutarlo -por supuesto, yendo a ganar- sacar partido de lo bueno, de todos esos pequeños placeres, hace que la ilusión gane. Así que ahora mismo te diría que sí hay más ilusión que responsabilidad.

Entiendo que esperas estar en París

Por supuesto. A día de hoy está la clasificación virtualmente hecha (no voy a darla por hecha porque puede ocurrir cualquier cosa, aunque con 1.500 puntos pensamos que sí vamos a estar). La clasificación matemática caerá por su propio peso aunque virtualmente podemos decir que ya estamos clasificados (el último de lo que entró en los Juegos de Tokio lo hizo con 1.200 puntos).

Explícanos tu rutina de entrenamientos porque me cuentan que eres extremadamente metódico y has llegado a entrenar incluso en un aeropuerto…

Veo que te han puesto al día (sonríe). Mi vida es sistemáticamente simple: entrenar, comer y dormir. La clave reside en hacer todo esto de la mejor manera posible. Mi dia a día comienza a las 7 AM, desayuno y a las 8 ya estoy entrenando en la piscina en la que paso entre una hora y hora y media. Vuelvo a casa, como algo rápido y a la bicicleta unas dos horas o dos horas y media (los fines de semana, algo más). Vuelvo a casa, como y luego se produce un momento clave como es la siesta (ahí recargo baterías para lo que me queda de jornada). Por la tarde alternamos carrera y/o gimnasio. Hay días que lo hacemos todo más el gimnasio aunque lo normal son las tres disciplinas cada día. Así que esas son las rutinas principales, porque luego entre transiciones entre deportes, descansar y comer, no te queda tiempo para nada más. Y hay que poner especial acento en el entrenamiento “invisible”: descansar bien, ir al fisio (mínimo 2 veces por semana) y estar lo más tranquilo posible. O sea, vida de bebé… 

Tú has sido medallista olímpico. Se puede contar a qué sabe una medalla, cómo es ese momento?

¡Buah! Sólo de recordarlo se me vuelven a poner los pelos de punta. Una medalla sabe a recompensa del camino. El momento de llegar (pese a estar exhausto) de la ceremonia de la entrega de medallas… eso lo tendré siempre en mi memoria. Más tarde, atendiendo preguntas conté mi historia porque yo dejé un trabajo estable gracias a mis estudios de ingeniería industrial. Cuando tomé la decisión de apostarlo todo por el deporte, me dijeron que dejaba escapar un tren, así que esa medalla supo un poco a la respuesta a todo aquello. A ser valiente, a arriesgar, a apostar por todo lo que uno lleva a adentro. Eso tiene un gran valor, porque deportistas somos muchos y todos tenemos la misma ambición de ser los primeros, sólo gana uno y al final, medallas en los Juegos hay sólo tres. 

Cualquiera que conozca el mundo del deporte sabe que no es nada sencillo y esa medalla tuvo el sabor de la recompensa al trabajo, a apostar fuerte y a apostar con todo. Ya me lo dijo mi padre “hagas lo que hagas, ve con todo; no seas un mediocre”.

Para acabar y a nivel global: como integrante del equipo paralímpico español, en qué crees que cambiado para bien el deporte de nuestro país, y qué es aquello que aún le queda por cambiar (al menos, lo más urgente).

Si te soy sincero, yo he llegado en un muy buen momento del deporte paralímpico español. Tengo una muy buena amistad con leyendas del deporte paralímpico como David Casinos y Ricardo Ten, y me lo recuerdan mucho. Por supuesto que siempre queremos más, pero me quedo con el momento actual, me siento en lo global muy reconocido. Y particularmente me siento muy valorado en el Proyecto Fer en el que nos tratan muy bien. Yo creo que en la mejora debe haber también trabajo nuestro. Yo siempre pienso en qué puedo hacer yo, y para los deportistas y el entorno lo que yo puedo hacer es seguir trabajando. Seguir compitiendo al máximo para que cuando la gente nos vea, se olvide que yo no veo o que a Ricardo (Ten) le faltan dos brazos y una pierna; eso es lo importante.


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