VALÈNCIA. Vicente Iborra vuelve a saludar al levantinismo. El de Moncada saltó este lunes al césped del Ciutat de València ante los vítores de alrededor 4.000 aficionados que se acercaron a Orriols para ver al hijo pródigo de nuevo con los colores del Levante. El club accedió al apremio de sus hinchas por abrir las puertas del estadio para una presentación multitudinaria de un futbolista más de un lustro después. El último jugador que la entidad granota pudo usar como reclamo fue Giuseppe Rossi, durante el invierno de 2016. Entonces fueron casi dos millares de personas las que cubrieron la tribuna del Ciutat.
Y es que Iborra ha vuelto a casa con el mismo objetivo que él mismo cumplió en 2010, cuando el club logró su penúltimo ascenso a Primera División: volver a la élite. De momento, al moncadense lo vincula una temporada a préstamo en el Levante, pero en caso de consumarse el ansiado ascenso el club guarda sobre él una opción de compra para ampliar su regreso, en un principio, una temporada más. Aunque tal y como el propio jugador ha admitido, aterriza para que su estancia se alargue más de lo que estipula su nuevo contrato.
Iborra ha saltado al césped ante los vítores de los suyos. Desde "capitán, capitán" a "Iborra es de los nuestros", pasando por "que bese el escudo", han sido algunos de los cánticos que el moncadense ha escuchado, rodeado de su familia, sobre la hierba del Ciutat. A Iborra le han acompañado su mujer, sus tres hijos -Mario, Hugo y Enzo-, su hermano -el también futbolista del Fibrtiel Villacañas Paco Iborra- y una numerosa representación familiar.
Sin duda, el momento más emotivo ha sido el de su discurso. Aunque Iborra ha advertido de que no llega al Levante para ponerse el brazalete de capitán a las primeras de cambio, la realidad es que en su discurso ya ha actuado como tal. Ha pedido al levantinismo unión y les ha recordado: "Hemos estado en situaciones peores". El regreso más esperado ha surtido efecto: de las presentaciones ante público más numerosas que ha acogido el club.