la cantina 

La Euroliga, el verdadero desafío del Valencia Basket

4/10/2024 - 

VALÈNCIA. El otro día, en la cola del cine, un matrimonio de gente mayor que tenía justo delante se puso a cuchichear mientras señalaban, sin mucho disimulo, a una chica que llevaba los pies, con un calcetín rojo y otro azul, dentro de unas sandalias destrozadas. Estuvieron burlándose de ella entre siseos. Luego, cuando les llegó el turno de comprar sus entradas, el hombre, de unos 70 años, indicó la película que quería ver y preguntó la sala donde la hacían. La taquillera les dijo que era la C1 y entonces él abrió una vieja cartera de bolsillo y sacó un cartoncito en el que llevaba anotadas las butacas que le gustaban en cada una de las salas del ABC Park. Así que buscó la C1 y, ayudándose del dedo índice, dijo: “Vale, pues quiero las butacas 4 y 5 de la fila 8”.

Ya dentro, como yo iba a ver la misma película, volví a coincidir con ellos. Cuando entré en la sala, me encontré a la mujer, que no al hombre, limpiando con un paño las butacas 4 y 5 de la fila 8. Pasó el trapo por todos los rincones de sus asientos hasta que consideró que ya estaban lo suficientemente limpios para sentarse. Al acabar ‘Soy Nevenka’, me levanté, salí de la fila 6 y me encontré a la pareja doblando una tela que, deduzco, habían puesto entre la ropa y la butaca.

Me fui pensando lo fácil que es encontrar ridículos a los demás sin darnos cuenta de nuestras propias rarezas. Ese hombre y esa mujer eran mucho más peculiares, por ser elegante, que aquella chica de las sandalias a la que habían escudriñado dos horas antes.

Al llegar a casa me puse a ver la final de la Supercopa femenina de baloncesto. El Valencia Basket arrasó al Casademont Zaragoza. Los periódicos de la ciudad aragonesa hablaron después de bestia negra para referirse al equipo de Rubén Burgos, intratable desde hace dos temporadas. El conjunto valenciano demostró el curso pasado que está un escalón por encima del resto y eso le llevó a ganar los tres títulos nacionales: Supercopa, Copa de la Reina y Liga. Los últimos cinco, incluyendo esta última Supercopa, están en València. Ya nadie cuestiona su supremacía.

Este verano, el mecenas ha sido especialmente generoso con la sección femenina. Han llegado numerosos y destacados refuerzos. Tan buenos han sido que Esteban Albert ha decidido que podía mandar a sus dos jóvenes más valiosas, Awa Fam y Elena Buenavida, dos jugadoras que se rifarían todos los equipos de la Liga, para que disfrutaran de los minutos que, supongo que daba por hecho, no iban a tener en la Fonteta. El resultado de este ambicioso proyecto, influido, sin duda, por el cambio al Roig Arena en 2025, es que el Valencia Basket ya no está un escalón por encima del resto de equipos españoles, sino dos o tres. 

El conjunto de Burgos ganó la Supercopa sin la pívot canadiense Kayla Alexander, la base húngara (aunque nacida en Estados Unidos) Yvonne Turner y, supuestamente, la alero alemana Leo Fiebich, que aún está disputando los playoffs de la WNBA con las New York Liberty. El Valencia Basket arrasó en Alcantarilla sin tres estrellas. ¿Qué pasará cuando tenga la plantilla completa? Muy sencillo, que será muy complicado verle perder un partido en España. ¿Hay alguien en Zaragoza, Salamanca, Girona o dónde sea capaz de apostar en contra de las taronja? Lo dudo.

El reto, entonces, será Europa. El Valencia Basket decepcionó en la Euroliga la temporada pasada y esta, con todo lo que ha llegado, tiene la obligación de luchar por la Final 4. El primer partido será contra el Praha, un clásico de la competición, y antes llegará el estreno en la Liga, en casa, contra el Joventut. La mejor noticia para sus seguidores es que el Valencia Basket dejó a sus dos rivales de la Supercopa en 61 y 60 puntos. Esto quiere decir que Rubén Burgos, el faro de este equipo, su único entrenador desde que está en la máxima categoría, pese a que cada año ha subido la exigencia, no ha olvidado lo que le ha hecho superior en las últimas competiciones. Y me gustó ver que, a pesar de la llegada de grandes figuras del baloncesto, la líder de este grupo, la que muestra el camino de la defensa y la intensidad a las demás, es la misma que lo lleva haciendo desde hace seis años: Queralt Casas (quién sabe si su camiseta será la primera que suba al techo del Roig Arena). Y la gente, rivales y aficionados, sigue cuchicheando cuando la ven tirar un triple o un tiro libre…


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