VALÈNCIA. Podemos hablar de mil cosas y de mil situaciones. Pero existe una realidad innegable y esta nos dice que el deporte de nuestra Comunitat está cada día más en deuda con un señor que ha forjado un imperio con su empresa -o deberíamos decir empresas, en plural- pero que nunca deja de lado al mundo del deporte ni a los deportistas de nuestra tierra ayudándoles como no se había visto nunca por estos pagos y con sinceridad esa apuesta firme por nuestro deporte debería ser agradecida a lo bestia por todos los valencianos implicados... y no solo hablo de los deportistas.
Los políticos tienen un ejemplo claro de cómo se trabaja y de cómo se invierte para que esta nuestra tierra sea cada vez más fuerte y cada vez más auténtica. Sin el apoyo de Juan Roig y de su mujer el deporte valenciano estaría casi huérfano de estímulos y de alguna forma medio desamparado. Y lo más elegante de eso, francamente digno del mayor de los aplausos, es utilizar el nombre de la madre de Juan Roig -la fallecida Trinidad Alfonso- para ponerle nombre y apellido a todo ese despliegue inteligente que se está dando en nuestra tierra en apoyo brutal al deporte amateur y normalmente carente de ayudas de casi todo tipo.
UN GUIÑO AL RUGBY
La última acción -y sí, es la última pero no la más interesante, simplemente es una más- es darle aire al rugby valenciano apoyando con 200.000 euros a cuatro equipos de nuestra tierra de forma absolutamente ejemplar y demostrando una vez más que todo nuestro deporte está claramente agradecido y en deuda con una persona que se merece todos os aplausos del mundo por como se está volcando y apoyando una actividad que estaba prácticamente abandonada hasta su llegada. Lo del rugby es solo un guiño comparado con todo el esfuerzo y dedicación que don Juan Roig está dedicando a nuestro deporte de una forma consistente, inteligente y económica de una envergadura fuera de lo común.
EN SUS BRAZOS
Yo estoy algo mayor y lógicamente no puedo pedir ayuda de ningún tipo para practicar deporte pero les soy sincero y sí les afirmo que a mí me hubiera encantado cuando era joven saber que existía una persona, una empresa, un apoyo enorme, en el que me hubiera apoyado sin ninguna duda y posiblemente a estas alturas sería un tipo mucho más completo y una persona también mucho más fiable y competente. Así pues, con la envidia natural -no es envidia malsana, es casi todo lo contrario- sí debo decir que nuestros jóvenes deportistas e incluso simplemente los amantes del deporte en general han tenido una suerte enorme por cruzarse en su juventud con una persona que invierte tanto y de una forma tan generosa por nuestro deporte y al que deberían estar agradecidos de por vida por las infinitas ayudas que están recibiendo para hacer cualquier tipo de deporte y que representan que estamos formando -bueno, está formando prácticamente él solo, con un par- una sociedad en general mucho más preparada para la vida moderna y una juventud que ya a estas alturas sabe que el deporte, el practicar deporte, influye de una manera más que positiva para llevar una vida normal, alegre y positiva que de alguna forma es casi un privilegio y una educación brutal para toda esa generación que está creciendo basada en el aroma del deporte de una forma indisimulada y francamente digna de aplaudir.
UNA MÁQUINA DEL TIEMPO
Lo que les voy a contar ahora igual les parece una chorrada e impropio de un artículo de opinión al uso como sí lo es este, pero le doy vueltas a la cabeza, pienso en todo lo que me he perdido de alguna forma por no nacer un poquito después en el tiempo, y me da un rabia tremenda al comparar lo mucho que sufrí y peleé para hacer deporte en mi época -que sí lo hice, un poco a lo bestia, pero sí, fui un deportista enorme e internacional sub-21 de hockey hierba- y eso lo pude hacer por el apoyo de una familia, lógicamente la mía personal, y es en ese punto donde envidio a las nuevas generaciones que tienen un espejo en el que mirarse y un apoyo reconocido y brutal por parte de un empresario que sinceramente es un empresario ejemplar, pero yo lo admiro mucho más como un humano brutal que se ha volcado casi desde un principio para que las nuevas generaciones pueden crecer viviendo dando un abrazo al mundo del deporte, que tanto hace por las personas y por toda nuestra sociedad y cultura. Y eso sucede porque un simple empresario -o un gran empresario sería mejor decir- ha apostado por una educación global para toda nuestra sociedad de una forma digna del mejor y mayor de los aplausos.
TODO MI APOYO
Bien, como ya sabemos que yo no me pude bendecir de alguna forma creciendo con el apoyo de don Juan, sí que doy todo mi aplauso y apoyo a esa forma de vivir tan alucinante y tan fructífera par nuestra sociedad que yo creo que no sabemos valorar en su justo punto todo lo que significa para todas las nuevas generaciones de valencianos. Ahora bien, como no soy envidioso -tengo mil defectos pero ese, el de la envidia, nunca ha sido una constante en mi vida- lo que sí que hago es aplaudir a lo bestia todo lo que significa y todo lo que representa Juan Roig para la sociedad -joven- valenciana. Tenemos una suerte enorme de habernos cruzado en nuestra vida con un tipo semejante. La cultura deportiva siempre es un regalo para cualquier sociedad. Y en este caso yo sí que tengo claro que esta sociedad le debe un montón de aplausos a un tipo que ha invertido a lo bestia en entender la vida de una forma mucho más gratificante y natural. Un diez enorme para él. Don Juan es un ejemplo enorme para todos.