Los asuntos pendientes de la renovada dirección deportiva

24/03/2021 - 

VALÈNCIA. Tiempo de descanso en Orriols y, con ello, momento para seguir dándole vueltas al futuro del Levante. La recién renovada dirección deportiva, con Manolo Salvador y David Navarro al frente de la secretaría técnica, tiene varios asuntos sobre la mesa que tratar, aún sin haber terminado un curso al que le restan diez fechas muy importantes para el club. También para las operaciones a acometer este próximo verano. 

El Levante tiene que vender en la próxima ventana por 16,5 millones de euros y, hoy, el nombre de De Frutos es el que se ilumina en el roster granota a estos efectos. De los Campaña, Bardhi o Aitor, al segoviano que, además de romperla y seguir en lo alto de la tabla de máximos asistentes de La Liga, está en el punto de mira del Real Madrid si Lucas Vázquez termina por no renovar con los blancos. La entidad de la capital tiene el 50% del pase del jugador y un derecho de tanteo con el que incorporaría a De Frutos a sus filas en caso de pagar 15 kilos, la mitad de su cláusula de 30. Una cantidad que solventaría a la ratificada secretaría técnica la patata caliente del verano, pero que también supondría una pérdida deportiva relevante a subsanar. 

Es el punto más caliente para Manolo Salvador y David Navarro. Más que el 'caso De Frutos', la 'operación salida' por esos 16,5 millones que hay que efectuar obligatoriamente. Este próximo mercado será más movido que el anterior en casa levantinista, tanto en el apartado salidas como en el de renovaciones. Una que no se hará es la de un Rochina libre de negociar con cualquier club desde el pasado enero y que saldrá de Orriols gratis el próximo 30 de junio, cuando venza su contrato. Ese capítulo está cerrado después de que, a inicios de la presente campaña, se tratara con el jugador su ampliación pero no se llegara a un acuerdo. El punto muerto, a diferencia del caso de Morales, no se solventó por ninguna de las partes y el saguntino ya no está en la lista de deberes de la dirección deportiva. Su futuro ya está, desde hace tiempo, en sus manos y las de sus agentes. 

Rochina no vestirá la próxima temporada de granota salvo un giro que nadie espera. En el Ciutat se dan pinceladas al curso que viene sin el '16' y con el que sí se cuenta es con un Óscar Duarte que ha de jugar el 60% de los encuentros del Levante por encima de los 45 minutos para ampliar su vinculación de manera automática. El costarricense, que se recupera ahora mismo de sus dolores lumbares que le han hecho no ir a la aventura de su selección, ha jugado 22 partidos con ese requisito y el equipo terminará la temporada disputando 45 encuentros, con lo que la cifra de 27 sería la que activaría ipso facto el botón de su renovación. El tratamiento conservador al que está siendo sometido tras recaer en Sevilla de su lesión podría privar al central de retomar la competición ante el Huesca, pero es algo que, según avanzó Deportes Cope Valencia, no ha de temer el tico: el Levante tiene claro que quiere que su zaguero renueve por las dos próximas temporadas.

Duarte tiene 31 años y cumplirá 32 el próximo junio. Su rendimiento a la vera de Paco López ha aumentado esta temporada hasta el punto de convertirse en, actualmente, en la pareja preferente de Vezo en el centro de la zaga. Tanto es así que sus números actuales están a años luz de los de la campaña pasada: entre suplencias y la rotura en la cabeza del peroné que sufrió en su pierna izquierda a finales de 2019, el costarricense jugó solo 8 partidos ligueros. En los términos de renovación, su situación es parecida a la de Sergio Postigo. En su caso, el madrileño ha de jugar, por encima de esos 45 minutos como norma, 25 partidos. Y de momento lo ha hecho en 19, entre Liga y Copa. Mientras Duarte tendría que disputar 5 de las 10 citas que le quedan al calendario, Postigo tendría que hacerlo en 6. La diferencia, ahora mismo, es que el tico ha convencido y la dirección deportiva tiene decisiones sobre él, mientras que el del capitán es un asunto pendiente para la secretaría técnica si no alcanza la cifra requerida. 

El 'caso Campaña'

Si el verano pasado la venta de Campaña estuvo sobre el tejado del Ciutat de València, esta próxima ventana no va camino de ser diferente. La lesión de larga duración del sevillano le mantiene fuera de los focos, pero lo cierto es que, aunque no estuvo a punto de salir en el pasado mercado -no llegó la oferta de 30 millones que Quico Catalán hubiese estado dispuesto a escuchar- sí hubieron intereses. El último fue el del Atlético de Madrid tras el clausulazo de Thomas. Antes, la llamada a la puerta de Orriols de Víctor Orta para llevarse al centrocampista a Elland Road. Todos terminaron marchando a causa de las elevadas pretensiones por un futbolista que era el timón de Paco López. 

Sin embargo, el destino ha querido que Campaña quede en el dique seco desde el pasado diciembre y vaya a perderse prácticamente toda la carrera final de la temporada. Su participación, en caso de darse, será a cuentagotas. Seguramente residual. La posibilidad de salida de De Frutos rumbo al Santiago Bernabéu y con ello la solución de la papeleta de la operación salida, hace que la venta del sevillano ya no sea absolutamente necesaria. Es otro punto caliente, ardiendo, para la dirección deportiva en cuanto a bajas.

Decisiones sobre los cedidos

Son cinco los jugadores cedidos por el Levante en el presente curso y uno de ellos destaca por encima de todos. Pepelu está cuajando una buena temporada en el Vitoria Guimaraes, es absolutamente imprescindible en un equipo que, ahora queda lejos, pero pelea por las posiciones europeas del campeonato portugués. El de Denia, además, ya fue importante en el Tondela la temporada pasada y en verano también estuvo sobre la mesa el debate sobre un centrocampista que, a toro pasado y con las bajas que ha sufrido el Levante esta temporada, hubiera peleado por minutos. Tras su buen balance en Portugal, la dirección deportiva ya se rasca la cabeza por su situación, que además tiene un matiz importante: termina contrato también el 30 de junio. 

Por detrás de él aprecen otros nombres como Arturo Molina -que arrancó bien el curso en el Castellón pero ha perdido protagonismo con la llegada de Juan Carlos Garrido-, un Pablo Martínez importante en el Mirandés y las patatas calientes de Hernani y Koke Vegas. El primero es una pieza a quitarse de encima, mientras que el segundo no está teniendo ninguna oportunidad en el Mallorca.