VALÈNCIA. Jorge De Frutos vuelve a acaparar los focos de la necesitadísima rampa de salida del Levante. Con la salida de Campaña de momento parada hasta nueva orden después de las dificultades que el Sevilla le transmite para poder reclutarle en este final de mercado, ahora el segoviano vuelve a ser la principal baza de Felipe Miñambres para hacer hueco en el límite de coste de plantilla granota y poder inscribir a los tres fichajes que restan por registrar en la plataforma de La Liga. Según ha informado este jueves SER Deportivos, el Getafe ha vuelto a la carga por el extremo y ofrece 8 millones de euros con variables que pueden hacer que la operación quede cifrada en los 9 que en su día ya ofertó el club azulón.
La información de la que dispone este periódico es que esta es la cuarta intentona del Getafe por hacerse con los servicios de De Frutos, después de que la entidad presidida por Ángel Torres mejorara su oferta cercana a los nueve millones y después presentase una nueva propuesta a la baja. Esto ocurrió cuando el propio futbolista se personó en la localidad madrileña para pasar reconocimiento médico y el Getafe descartó extraoficialmente incorporarlo en ese momento. Mientras tanto, el de Navares de Enmedio continuó entrenando con el resto de sus compañeros en Buñol mientras evolucionaba de la lesión de su pie derecho que, sin embargo, no le impidió disputar minutos en el pasado encuentro frente al Zaragoza. La versión del Levante fue entonces que De Frutos estaba en condiciones, mientras el Getafe congelaba nuevamente el fichaje.
En cualquier caso, De Frutos es el futbolista que figura como gran baza en Orriols para desencallar una situación que, este año sí, es límite en el Ciutat. La deseada salida de Campaña se ha enquistado más de la cuenta y lo del segoviano se ha convertido en indispensable si es que no se producen más oportunidades de salidas, como la de un Vezo que también está en el mercado. Eso sí, cabe recordar que el Levante ha de partir por la mitad el pastel que reciba por De Frutos y habrá de restar el millón y medio de euros de amortización pendiente del futbolista para extraer el rendimiento real de la operación en cuanto al límite de coste de plantilla deportiva.