A pesar de su altura (1,72 cm), su físico es privilegiado y le permite llegar a todas partes. A veces diría que quiere llegar a demasiadas y esto puede penalizarle. Es intenso, fuerte, rápido...
VALENCIA. “Quiero ser el mejor jugador africano”. Así de contundente se muestra Naby Keita, mediocentro guineano de 21 años del RB Leipzig. Suena pretencioso, pero en apenas unos meses se ha convertido en el dueño del centro del campo del equipo revelación de la Bundesliga. A mí, que me gusta ir a la fuente de las anomalías futbolísticas, la ambición del joven jugador acaba por responderme acerca del “momentum gloria” que viven en el este del país. No es casualidad que el equipo de Ralph Hasenhüttl haya conseguido ser el primer equipo de Europa, tras el siglo XX y lo que llevamos de XXI, que consigue ascender de categoría y llegar a la jornada 10 sin ninguna derrota. Colíder junto al Bayern Münich, nada menos. Detrás de todo este ruido, existe un engranaje de trabajo, dinero y mucha visión de futuro, y parte de culpa, la tiene el bueno de Naby.
Nacido en Conakry, destacó desde muy joven en las ligas de su país y tras varias pruebas en Francia, fue el Istres FC, por entonces en la Ligue 2, el que apostó por él para que llegara a Europa. El 'Deco' guineano, como es conocido, cuajó grandes actuaciones; anotó 4 goles y dio 9 asistencias (insuficientes para evitar el descenso de categoría del Istres) y fue internacional por su país en su primera temporada en Europa.
Naby no pasó desapercibido para equipos franceses y europeos que lo apuntaron en rojo en su agenda. Equipos importantes como West Ham o Standard de Lieja mostraron interés, pero finalmente recaló en el campeonato austriaco a cambio de 1,5 millones de euros.
En el Red Bull Salzburgo, fue pieza fundamental y supuso el escenario perfecto para su progresión, consiguiendo dos ligas y dos copas en las dos temporadas que jugó para los 'toros'. Además disputó la previa de la Champions y la Europa League (es eliminado en la temporada 2014/2015 por el Villarreal). En cuanto a números; 20 goles y 11 asistencias en los 81 partidos que juega en el equipo y 4 participaciones en la Copa de África 2015 (bofetón mediático de Gervinho incluido).
Este verano, 'Deco' Keita, ha cambiado de equipo pero no de empresa (a pesar de que el equipo no puede llamarse Red Bull por normativa alemana). El RassenBallsport Leipzig, tiene a la marca de bebidas como su principal patrocinador desde hace unos cuantos años y ha entrado con buen pie en la primera división. Todo esto, tras una historia de ascensos y grandes inversiones desde categorías semiprofesionales. Esta fulgurante carrera hasta el éxito desde que compraran el humilde Markranstädt, ha supuesto al club el título de “más antipático” de Alemania. Muchos aficionados alemanes lo acusan de club probeta a base de caprichos de millonario, mientras que muchos clubes, de entrar salvajemente en sus canteras a por los jóvenes menores para nutrir sus filiales. Hay dinero eso es innegable, de hecho se han gastado 50 millones este verano, pero se sigue una hoja de ruta firme para poder estar arriba y competir con los grandes. Su objetivo es claro: llegar a la Champions League.
Ralf Rangnick es el director del proyecto. Puede que suene poco el nombre, pero fue el encargado de llevar al Hoffenheim hasta la Bundesliga con dos ascensos seguidos en dos años o al Schalke a semifinales de Champions en 2011. Es el director deportivo del Leipzig (lo entrenó en la Bundesliga 2 el año pasado) y también del RB Salzburgo y las diferentes franquicias desde 2012. Se podría decir que es el principal artífice de la llegada a primera del equipo del este de Alemania y para ello ha repetido la fórmula empleada años atrás en el equipo de Karlsruhe: fichar jugadores jóvenes con talento (el mediático escocés Oliver Burke, Timo Werner o Marcel Sabitzer) y gente con experiencia (Emil Forsberg o Marvin Compper), todo ello sin romper el equilibrio salarial. Esto sería otra historia digna de analizar pero, ahora que está de moda Joshua Kimmich, ¿adivinan de dónde sale el joven jugador del Bayer de Múnich?
Sin darnos cuenta aparece de nuevo otro escenario más que idóneo para desarrollar todo el pontencial de Naby: un club ambicioso con una fórmula clara y un jugador talentoso que quiere crecer en una liga europea competitiva. A pesar de su altura (1,72 cm), su físico es privilegiado y le permite llegar a todas partes. A veces diría que quiere llegar a demasiadas y esto puede penalizarle. Es intenso, fuerte, rápido... a lo largo de un partido Keita va creciendo, parece no cansarse y que necesite partidos de 180 minutos para mostrar síntomas de fatiga. Con estos datos podríamos hablar de un jugador defensivo estilo Makelelé, Lass o Kanté, pero la realidad es otra. Naby sabe mover el balón, sabe dirigir las contras, tiene buen disparo con pierna diestra, llega al área y anota un buen número de goles... los números de temporadas anteriores y los actuales en una liga más exigente (3 en 8 partidos), entendemos el motivo por el que es tan importante para el Leipzig y por qué su nombre va a sonar con fuerza tarde o temprano. Mas bien, temprano.