Decepcionado. Escéptico con la posibilidad de que lleguen refuerzos para mejorar las prestaciones del actual equipo. Así se mostró Javi Gracia en la previa de un inicio de Liga diferente. El misil que lanzó, impactó de lleno en la línea de flotación de Meriton. No hay refuerzos, el equipo está debilitado, y todavía habrá más salidas. Con esta plantilla, al Valencia no se le pueden exigir los resultados que merece por su historia y potencial. Además de la ausencia de artillería con la que combatir, a Gracia le escuece su desgaste personal a la hora de convencer a futbolistas como Capoue para que esperen al Valencia, y las continuas negativas de la propiedad. En el andén de Mestalla también estaban Reina, Pezzella, Borja Mayoral…. Pero ese tren ya partió.
Javi Gracia deja entrever que se siente engañado. Porque, según revelan los periodistas más avezados, le prometieron unos fichajes que ni llegaron…. ni llegarán. En una rueda de prensa que no dejó indiferente a nadie, el entrenador navarro llegó mucho más lejos que lo hicieron sus predecesores en el banquillo de Mestalla. Ni siquiera el gran Marcelino se atrevió a tanto. Gracia se ciscó en el proyecto deportivo de Lim para este Valencia 2020-2021. El entrenador desmontó la política futbolística de cantera, verdadera apuesta de Meriton Holdings para la nueva era.
Llevaba tiempo Anil Murthy explicando a propios y extraños el nuevo rumbo deportivo que iba a tomar el Valencia. Y que ese plan trazado por la entidad no era otro que una apuesta decidida por los chicos de la escuela. La piedra angular del proyecto de Lim para Mestalla era la Academia de Paterna. Esto es algo que no era nuevo. Ya sirvió como excusa para justificar despedidos el curso pasado. Desde Singapur se utilizaba a jugadores como Ferran o Kang In como arma arrojadiza contra Marcelino, o se dejaba entrever de forma velada supuestos beneficios en comisiones, nunca probados, por parte de Alemany. Murthy llevaba ya tiempo reforzando ese discurso de contar con los más jóvenes como nueva identidad futbolística del Valencia.
Sin embargo, Javi Gracia no tuvo ningún reparo en despedazar con argumentos ese plan de ahorro económico-deportivo de Lim para el club. Lo hizo con educación. Con voz pausada y de forma muy didáctica. Pero fue cristalino en su exposición. El entrenador explicó que ha estado trabajando en la pretemporada con chicos como Racic, Esquerdo, Yunus o Koba, que tienen una gran proyección, pero que para lograr ese crecimiento sería mejor contar con un jugador de experiencia a su lado. Que es necesario disponer de un entorno adecuado para liberarlos de presión. “Hablamos rápido de los jóvenes, los ponemos en el foco, pero hay que dares el sitio que merecen sin pasarse. Porque llegará un día que se equivocarán, es lo normal, merecen esa oportunidad. La de que pudieran tener un futbolista en el que fijarse para crecer”. Más claro, imposible.
Y es verdad. Porque la explosión en Mestalla de los mejores canteranos de los últimos tiempos llegó desde una cesión, o desde el aprendizaje que supone estar arropados por los veteranos. La promoción de los Fernando, Giner, Quique, Voro y compañía triunfó, porque tuvo a su lado maestros como Arias y Subirats. Mendieta, por ejemplo, se crió en el vestuario de Luis Aragonés que rezumaba fútbol con los Zubizarreta, Ferreira o Gabi Moya. Vicente fue el Puñal de Benicalap desde el nervio que le transmitió la competencia del Kily González. Silva creció en sus dos cesiones al Eibar y al Celta…. Podría poner muchos más ejemplos, pero creo que ya no hacen falta. Pero sí que, para finalizar, recordaré una frase que me parecen apropiada para sintetizar esto de lo que hablamos. La pronunció Carlos Alberto Parreira, entrenador del Valencia en el año 1995, pero que me parece sigue vigente: “La naturaleza no da saltos”.