VALÈNCIA. Hay vacíos y vacíos: no es lo mismo ese doloroso silencio que ha dejado el adiós de nuestro querido y entrañable Españeta que ese agujero negro en el que se ha convertido Meriton para el Valencia CF. Y digo que no es lo mismo porque miren las evidencias: la malograda ausencia de Bernardo España hace más grande al club, a su historia, por lo que representa el eterno utillero. Es dolorosa porque el valencianismo era feliz con él, nos arrancaba todo el orgullo que uno puede sentir siendo de este maravilloso equipo. Su vacío, pues, viene provocado por dolor (su pérdida), pero al final, su sonrisa permanente, su humildad y su entrega nos llenan el corazón valencianista.
En cambio, el vacío de Meriton nos lleva a un sentido contrario: nos provoca dolor pensar que están, que no se han ido, que parasitan el club, que lo destrozan, que lo están vaciando poco a poco de todo lo que merece la pena y te lo están llenando de mediocridad, de mentiras, de negocios algo extraños tipo Correia (yo no juzgo si son o no lícitos). Están dejando un solar de club, un gran vacío que se quedará como mancha negra en la historia del Valencia CF, porque esa es la única realidad que hay (mira tú por dónde, esto también es lo que hay). Es ese vacío devora vidas, es ese vacío destructor, aniquilador, que va poco a poco, como si fuera lepra. Visto así, Meriton es la letra del Valencia CF, lo va devorando poco a poco, va pudriendo sus tejidos musculares, su piel, sus órganos. A eso parece que vinieron y a eso se dedican, no lo olvidemos, porque Lim ha hecho así su dinero. Y es lícito, ojo, lo malo es que se nos lleva por delante. Españeta ha muerto y ha hecho más grande la historia del valencianismo. Meriton, en cambio, está matando al Valencia CF, haciéndolo cada vez más pequeño, más tramposo, más pícaro. Los pícaros estaban siempre “en venta” y su labor era mendigar. Si tiro más de la analogía acabaré llamando a Lim y su tropa la banda de los Lazarillos de Tormes.
Otro vacío es el de Kondogbia: es inaceptable la actitud del mediocentro francés por todo. Comparto con él lo que dice, pero no puedo aplaudir el modo en el que lo ha hecho, porque esto no es Jauja. O sí, pero hay un principio de orden y no se puede olvidar que es uno de los capitanes. Si nos ponemos exquisitos, querido Kondo, tú también has mentido a todos: primero, a tu entrenador, al que fuiste a pedir que no se fuera mientras tú estabas loco por la música por otro lado. Así que tu mensaje propiamente puedes aplicártelo a ti también en este punto. Luego, mentiste a toda la afición y al club, con tus molestias de talón y vuelos perdidos, que, a estas alturas, parecen más unos actos de rebeldía que otra cosa. Con una afición que te quiere como a ti, no entiendo que actúes con tanta deslealtad: sal en rueda de prensa en pleno mercado y di que te quieres marchar porque no crees a nadie aquí. Perfecto, lo entiendo, pero no juegues al despiste, porque si a eso vamos, tu rendimiento en tus años aquí ha sido bastante irregular y lo que cobras tampoco está tan acorde a lo que has ofrecido. Por cierto, muchas de tus lesiones (continuas) han sido tras tus viajes y partidos con tu selección, tampoco lo olvides y siempre lo disculpamos. Yo prefiero que el jugador se quede y lo dé todo, pero que sea trigo limpio, porque siempre me ha parecido un tipo honesto y debe seguir siéndolo. El problema es que ha hecho lo que ha hecho porque este Valencia CF es un solar, es el vacío, es la nada más absoluta con un señor que ostenta el cargo de su máxima representación (nada preside, eso sí), que se dedica a dar lecciones de gestión deportiva, con un máster que huele a huevo podrido viendo quién lo avala, y a reírse día sí y día también del resto de los mortales, que saben lo que es el valencianismo desde que nacieron, cosa que él no. Daría lo que fuera por que Españeta hubiese sido una hora presidente del Valencia CF y así les hubiera dado toda una lección de cómo se vive la magia de este club: se sobrarían hasta cuarenta minutos.
El último vacío es el de la Liga: el equipo sigue jugando a poco. Gracia hace lo que puede, pero esto no está siendo suficiente. Y no le culpo, pero algo tendrá que hacer para que este equipo carbure un poco más. A mí no me vale la excusa de Paulista, por ejemplo, porque siempre estamos con el “es que… me equivoqué”. Las tonterías así, que son constantes y permanentes, lapidan al equipo en todos los partidos y algún día tendríamos que dejar ya de poner pañitos calientes. Y, sobre todo, dejar de hacerlo. Este equipo, con todas sus limitaciones, tiene un presupuesto que duplica en algunos casos a muchos otros equipos, pero su rendimiento es pobre, muy pobre. La cosa es: o no son tan buenos como creemos y están sobrevalorados y sobreasalariados; o, en cambio, piensan que por estar en el Valencia CF ya no hay que bajarse al barro a morder. Ni una cosa ni la otra me valen. Entiendo la desmotivación y el desconcierto, también la indignación de muchos de los jugadores, pero esto es el Valencia CF y aquí hay que estar un poco más vivos y no caer siempre en la excusita de turno, porque es muy fácil lanzar un “lo siento” al final del partido. Pero claro, en un club donde uno hace eco en todos los despachos, porque no hay nadie, ¿qué esperamos? Pues ahora mismo lo único que se me ocurre es que el bueno de Españeta nos eche una mano desde su cielo, que seguro será un campo de fútbol, con su sonrisa, con su valencianismo.