VALÈNCIA. Osasuna no será el único rival del Levante en El Sadar. Los de Paco López se enfrentan a algo más que los rojillos, ya de por sí fieros en su renovado feudo y un hueso siempre duro de pelar. La cita matutina de este domingo tiene otros dos ingredientes: el calendario que se le viene encima a los granotas antes de estrenar la nueva cubierta del Ciutat y los intensos trabajos en el mercado de la secretaría técnica para aligerar plantilla. Son dos factores a tener muy presentes en los prolegómenos del encuentro.
La cita es más importante si cabe de lo que suele ser una tercera jornada de Liga para el Levante. La decepción del derbi y el descanso de la segunda fecha ante el Atlético se unen a un catálogo de partidos grandes, todos ellos a domicilio -incluso el que tocaría jugar como local- después de la batalla de Pamplona. En jornada intersemanal habrá que vérselas con el Sevilla y el siguiente enfrentamiento será frente al Real Madrid en La Cerámica. De incio, el sorteo del calendario hacía presagiar un inicio duro para los levantinistas, en el que la casilla de El Sadar tendría que ser un seguro en su tablero.
Ese será el reto en medio del ruido del mercado de fichajes. La 'operación salida' que tiene que acometer el Levante en tiempo récord marca la previa de un partido en el que se quiere aislar Paco López. Ni la rescisión de contrato de Luna, ni las cesiones obligadas de los casos Fran Manzanara o Arturo Molina, ni los intereses mareantes por jugadores claves en sus esquemas son asuntos que puedan derribar el búnker del entrenador de Silla. De momento, solo existe Osasuna.