VALÈNCIA (EFE). Sonia Prim, futbolista que se ha retirado esta semana tras trece temporadas en el Levante, recordó que de pequeña no había niñas con las que compartir equipo y que siempre jugaba con chicos, que querían hacerlo junto a ella porque era la mejor.
Así lo señaló en una entrevista con EFE en la que también recordó que, aunque ha disfrutado de una carrera sin episodios discriminatorios, piensa que se debe seguir con la lucha para acabar con todas las diferencias existentes entre el fútbol masculino y femenino.
La madrileña, de 34 años, recibió un homenaje este sábado, en el transcurso del encuentro de categoría masculina entre el Levante, con el que consiguió un título de Ligas y dos de Copa de la Reina, y el Atlético de Madrid, en el que jugó dos temporadas.
-¿Por qué dejarlo ahora?
-No ha sido el mejor año a nivel personal y si el esfuerzo de compaginar fútbol y trabajo no está recompensando con minutos, te planteas si merece la pena seguir haciendo todo el sacrificio para sólo entrenar.
-¿Cómo lo ha compaginado estos años con su trabajo en la Policía Nacional?
-Con muchas facilidades de las dos partes. Pude modificar el horario, hacer otro tipo de trabajo en la oficina, cumplir mis horas e ir corriendo a entrenar. Ahora quiero tener un año sabático y todo el tiempo que he dedicado al fútbol, dedicármelo a mí.
-¿Cómo empezó a jugar?
-Mi padre, forofo y socio del Atlético de Madrid, nos hizo socias de pequeñas e íbamos al Calderón. Mi hermana pasaba del fútbol, pero yo estaba superinteresada. Mi padre decía 'vaya, le gusta ver el fútbol'. Mi padre también jugaba como aficionado y yo iba a verle. En el colegio, ya era yo la que mandaba, iba de jefa para hacer los equipos. Prácticamente era la única chica que jugaba.
-En esa época de jugar con los chicos, ¿era habitual jugar con alguna niña?
-Creo que nunca me enfrenté a chicas. Alguna vez en algún partido del barrio vi alguna, pero poquísimo.
-¿Cómo se comportaba la gente hace veinte años?
-Bien. Siempre he dicho que no he tenido muchos inconvenientes ni comentarios en cuanto a machismo, pero era la mejor del equipo y mis compañeros siempre me defendían un montón. Cuando decían: 'hay una niña en el equipo', yo siempre me acuerdo que respondían: 'sí, pues verás la niña cuando empiece a jugar'. Y claro cuando eres el mejor, quieren ir contigo y te ayudan.
-Y poco a poco se fue acercando al sueño de jugar en el Levante UD?
-Cuando tenía 12 ó 13 años mi madre buscó equipos femeninos cerca del barrio. Había uno que se llamaba La Salle y jugaba un amistoso contra el CD Lourdes. Iba con la intención de apuntarme a La Salle, pero cuando vimos el partido, dije: 'ostras, estas son mejores'.
-¿Ha tardado demasiado el fútbol femenino en evolucionar en España?
-Va un poco asociado a la demanda. Si no hay niñas que quieren jugar, no hay ni equipos, ni facilidades. La sociedad ve ahora bien que las niñas jueguen y éstas empiezan a tener sus referentes. Si todo el mundo pone de su parte, esto va a crecer una barbaridad. Hay que seguir luchando, estamos intentando conseguir un convenio de fútbol femenino y sentar unas bases para evitar diferencias. Creo que hay que seguir una progresión, no podemos pasar del uno al cien rápidamente. Hay que seguir exigiendo que se nos escuche.
-¿Es imposible luchar contra el poder económico de Barcelona y Atlético de Madrid?
-No creo que sea imposible. Creo que se les puede competir. En el Levante había plantilla para haber competido un poco más y creo que los objetivos deben ser intentar mejorar y para ello el club va a mejorar su plantilla.