VALÈNCIA. Mientras le damos mil vueltas al asunto de si al equipo le da para llegar o no a la lucha por los puestos europeos (para una mísera plaza de Conference League), ayer se cumplieron 4 años del último partido europeo del Valencia CF en Europa lejos de Mestalla.
Aquella eliminatoria de infausto recuerdo para todos (por motivos tanto deportivos como extradeportivos) puso el punto y final a una época de tregua en la que durante dos años, el amado líder singapurense fue capaz de hacerse a un lado. Ver cómo dos empleados le pintaban la cara en la gestión del club, y comprobar que para que este negocio funcione uno debe venir a poner y no a llevárselos fue demasiado para él.
Aunque la demolición del proyecto comenzó meses atrás (justo el día de la eliminación del Getafe cuando se decidió no tirar la Copa como demandaba el hijo del pescador), lo de Milán ante la Atalanta fue el comienzo del fin de un equipo que desde entonces está siendo vaciado desde dentro por los distintos empleados asiáticos del club. Se puede ser asiático de nacimiento o de actitud servil y colaborativa, pero el caso es que entre unos y otros es complicado maltratar más al murciélago.
Precisamente ayer, cuando se cumplían 4 años de la última presencia en Europa lejos de Mestalla, a 850 kilómetros, en Marsella, Gennaro Gattuso era despedido del banquillo del Olympique, unos meses después de haber llegado.
Por refrescar la memoria, Gattuso es ese entrenador que colocaron con calzador en Mestalla después de que José Bordalás hubiera llevado al Valencia CF a una final de Copa del Rey (no sé si recordarán, aquella en la que el club se quedó 8.000 entradas).
Gattuso forma parte de ese panteón de hombres ilustres designados a dedo por el amado líder asiático para sentarse en el banquillo: Gary Neville, Pako Ayestarán, Celades, Gattuso... Por si no lo recuerdan es el entrenador del que Kiat Lim nos dijo el año pasado que a su alrededor (el del calabrés) giraba todo el proyecto deportivo de la entidad; todo ello mucho antes de la aparición en escena del Pipo y de los chavales, de los que ahora los ejecutivos de Meriton sacan pecho en las reuniones de la Liga ante el estupor de los profesionales de otras entidades que saben cómo se está gestionando la sociedad.
Ayer que hizo 4 años del último partido europeo lejos de Mestalla me vino a la mente, combinado con la noticia de Gattuso, la sarta de trolas que el hijo de Peter nos colocó en la enésima performance propagandística de los empleados de Meriton en Valencia ¿Se acuerdan de lo de "1.000 días sin estar en Europa son demasiados"? Dudo si quiera que el propio Kiat se acuerde.
Así que mientras llega el momento de saber si al equipo le va a dar para llegar a la fase decisiva bien colocado en el campeonato (mientras los demás se han reforzado y a ti te han regalado a tu mejor central), cuando mucha gente -y es lo normal- sueña con un puesto de Conference League a un servidor le viene a la cabeza el mérito que tiene intentar correr hacia Europa soportando la dura carga que viene de Asia. El Pipo y los chavales son auténticos titanes.