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El Elche culmina con un inesperado ascenso una temporada en la que fue a contracorriente

24/08/2020 - 

ELCHE (EFE). El Elche CF culminó la temporada 2020-21 con un inesperado ascenso a Primera División, el sexto de la historia de la entidad, tras haber remado contracorriente durante un curso marcado por la pandemia, pero en el que también tuvo problemas con el límite salarial, cambió de propiedad y perdió en el mercado de invierno a dos de sus mejores jugadores.

El conjunto ilicitano, que tuvo que entrenar durante un mes sin saber si iba a disputar la fase de ascenso como consecuencia de la polémica entre el Deportivo y el Fuenlabrada, logró clasificarse de forma agónica, con un tanto del conjunto gallego en el tiempo añadido, y ascender posteriormente tras superar dos eliminatorias ganando en campo contrario a rivales favoritos.

El Elche arrancó el campeonato con una sorpresa negativa, ya que LaLiga le marcó un límite salarial inferior al esperado, lo que condicionó la confección de la plantilla. El entrenador, Jose Rojo ‘Pacheta’, solo pudo contar con 21 jugadores y el equipo, además, arrancó el campeonato con una decepción como local al perder (0-2) ante el Fuenlabrada.

El conjunto ilicitano se repuso y desde el primer momento demostró su fortaleza a domicilio, donde logró los mejores registros de su historia en la competición.

El Elche, cuyo único objetivo era alcanzar la permanencia de forma plácida en su segundo año tras el ascenso a Segunda B, llegó al parón navideño con buenas sensaciones y no acusó la inestabilidad institucional que se generó tras la venta del club por parte de José Sepulcre, exmáximo accionista, al empresario argentino y agente de jugadores Christian Bragarnik.

En el mercado de invierno, el Elche perdió a dos de sus principales baluartes, Gonzalo Villar y Yacine Qasmi, traspasados a Roma y Rayo Vallecano, respectivamente, lo que le permitió, junto a las aportaciones del nuevo dueño, equilibrar su plantilla con incorporaciones como Jonathas de Jesús, Víctor, Josema y Escriche, quienes apenas tenían protagonismo en sus anteriores equipos.

El Elche alcanzó velocidad de crucero a finales de febrero, cuando encadenó varias victorias, entre ellas una en Vallecas que le permitió asaltar la zona de promoción, justo antes de que se parara la competición por la pandemia.

El equipo de Pacheta también tuvo problemas en la vuelta a los entrenamientos, donde hubo un amago de plante tras ser incluida la plantilla en un ERTE y no producirse una reducción salarial, fórmula planteada por el grupo.

Solucionado el conflicto, el equipo volvió a competir en junio ya con la promoción de ascenso como reto, aunque le costó mucho encontrar el trazo anterior a la pandemia. La alegría en su juego se transformó en solidez y madurez, algo que a la postre sería fundamental para alcanzar el ascenso.

El Elche arrancó mal, cediendo un empate ante el Extremadura en casa y cayendo en Ponferrada, pero recuperó el pulso, aunque sin brillo, para llegar a la penúltima jornada con opciones de sentenciar su clasificación si puntuaba en Ponferrada, rival directo.

La derrotas (3-1) dejaba a los ilicitanos contras las cuerdas y a expensas en la última jornada de que el Deportivo, que se jugaba la permanencia, ganara al Fuenlabrada para que el Elche, si era capaz de ganar al Oviedo, disputara finalmente la promoción.

El Elche cumplió con apuros (2-1), gracias a un nuevo gol de Pere Milla de cabeza en los minutos finales, pero la suspensión del duelo de Riazor por el positivo de coronavirus de varios jugadores del Fuenlabrada aplazó cualquier posible celebración.

Tras tres semanas de cruces de comunicados, polémicas, amagos de plante y acusaciones mutuas entre los implicados, los dos goles de Beauveu, el último en los últimos instantes del descuento y de penalti, impidieron al Fuenlabrada puntuar en La Coruña (2-1) y clasificaron al Elche para la fase de ascenso.

Ya en la promoción, el Elche, que entró como sexto, por lo no podía conformarse con empatar, tuvo que superar al Zaragoza, al que aguantó durante más de una hora en el Martínez Valero con un jugador menos (0-0) para rematar en La Romareda con un gol de Nino (0-1), su histórico ariete, a pocos minutos de la prórroga.

En la gran final, el equipo de Pacheta no era favorito ante un rival que multiplicaba por cinco su presupuesto de plantilla. El Elche repitió la fórmula de la anterior eliminatoria: aguantó en casa y sentenció en la vuelta, justo cuando su rival, que había dominado en juego y ocasiones, ya no podía tener capacidad de reacción.

Pere Milla, muy criticado durante gran parte del curso por su escaso acierto, volvió a ser decisivo y firmó el gol en el minuto 96, dando al Elche el ascenso a Primera más extraño, disputado e inesperado de toda su historia.

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