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Opinión Politizada / OPINIÓN

Cero minutos valencianistas

7/12/2022 - 

VALÈNCIA. Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Del toreo del 7-0 inaugural ante Costa Rica al siniestro total ante los muchachos marroquíes, que salieron al 0-0 y lograron su cometido. Nada que objetar al rival. Sí a nuestros chavales, que completaron un torneo de más a menos y quienes el partido se les atragantó como un polvorón reseco. El tortazo colectivo escuece como sal en la herida.

Tenía esperanzas en nuestra Españita, no me escondo. Veía en su juventud y descaro una ventaja y no un inconveniente. De hecho, incluso diría que el rendimiento durante el torneo ha rozado la horquilla de lo aceptable. Caer en octavos ante Marruecos no lo es, conste en acta. Pero sospecho, imagino que como mucha otra gente, que gran parte de la responsabilidad no debe recaer en el rendimiento de los chicos y sí en la confección de una lista mundialista de 26 hombres a la que le faltaron varias piezas demasiado importantes en una cita de tal calibre.

Se le escapó a Álvaro Benito el primer día: “Tiene cuatro centrales, y no confía en ninguno”. Primera señal de alarma. Retrasar a Rodrigo fue quitarle un parche a una rueda para ponerlo en otra: se ganó en salida de balón, se perdió un refresco para un Busquets que ha pagado el peaje físico conforme el torneo se ‘empinaba’. La carencia de un ‘9’ de área alternativo a Morata para desatascar partidos como el de Marruecos, mientras Borja Iglesias, Gerard Moreno o Rodrigo Moreno han visto la cita qatarí por televisión. Se justificaron ausencias por lesión o falta de ritmo en algunos de estos casos, mientras que un renqueante Ansu Fati sí estuvo en el Mundial… aunque apenas lo notamos (44 minutos en total).

De la ‘gorrinada’ a Gayà no hace falta añadir más. A Alejandro Balde le ha pesado la inexperiencia, pero no es culpa suya. Y, por suerte, el Mundial de Jordi Alba ha sido bueno tirando a notable.

En definitiva, demasiadas piedras en la mochila auto-añadidas por un Luis Enrique que tampoco aportó soluciones tácticas en los momentos definitorios de los partidos. Contra Japón y contra Marruecos, el pozo de ideas apenas contaba con un Plan A… y hasta ahí. Cuando el viento bufó en contra, no hubo riqueza de alternativas desde el área técnica. Por eso, la tanda de penaltis sólo ratificó lo inevitable. Tres lanzamientos, dos detenidos y uno al poste. Ni siquiera el exvalencianista Carlos Soler escapó a la losa plomiza de la fatalidad, que parece habernos devuelto a aquellas décadas de los ochenta y noventa. Jugamos como siempre, perdimos como siempre.

En clave valencianista, el Mundial de Qatar 2022 pasará a la historia por una ausencia total de futbolistas blanquinegros en cuartos de final. Gayà se volvió antes de hora, pero es que Guillamón no tuvo ni siquiera minutos en los cuatro partidos. Cömert y Suiza fueron arrasados por los portugueses en octavos, aunque poco pudo hacer el defensa para evitar la sangría. Y Cavani tuvo como único ‘highlight’ a destacar su momento de furia en el que estampó la pantalla del VAR tras caer eliminado con Uruguay. Sólo Yunus Musah se viene de la cita mundialista con cierto grado de satisfacción como uno de los líderes, junto a Pulisic, de un combinado norteamericano con mimbres y mucho futuro por delante.

El contraste con los años dorados de ‘La Roja’ no podría ser más evidente. En 2008, Aragonés campeonó en la Euro con cuatro valencianistas en su lista: Marchena, Silva, Villa y el ‘Chori’ Albiol. Dos años después, más de lo mismo en el Mundial de Sudáfrica… aunque sólo Marchena permanecía en el club de Mestalla. Quizá sea una ‘pedrada’ personal sin base estadística ninguna, pero siempre sospeché que había una correlación entre las aportaciones blanquinegras al combinado nacional y sus resultados deportivos. Este año la teoría funcionó como un reloj: cero minutos valencianistas con España, ‘al carrer’ en octavos.

Quizá por eso, y mientras se me pasa la amargura de una eliminación mundialista sin paliativos, uno de los –escasos- motivos para mantener cierto grado de expectativa futura sea el potencial sucesor de Luis Enrique. Hay mil variables que pueden cambiar en las próximas semanas, y ni siquiera está claro que ‘Lucho’ –del que, como habrán visto, ni siquiera he mencionado su faceta de ‘streamer’ porque a los entrenadores se les juzga en el campo y no fuera de él- vaya a renunciar a continuar al menos hasta la Final Four de la Nations League en verano de 2023.

Pero, en caso de que el puesto finalmente quede vacante, hay que ser prácticos y reconocer la evidencia: hay demasiados motivos para tifar por una Selección Española comandada con mano de hierro, un 4-4-2 inamovible y contragolpes eléctricos por Marcelino García Toral. Y, seguramente, con un José Luis Gayà pletórico como indiscutible lateral izquierdo titular.

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