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nunca he estado en turquía / OPINIÓN

Insuficiencia Coronaria

2/04/2024 - 

VALÈNCIA. Mientras desde el club se nos prepara para el tercer advenimiento de Kiat al mundo de los pobres mortales, el Valencia CF jugaba ante el Mallorca un partido de liga cuyo empate final le dificulta el sueño europeo.

Antes del partido el director deportivo del club, Miguel Ángel García Pérez-Roldán (conocido en el mundo del futbol como Corona) atendió a la tele de LaLiga que ofrece los partidos. Además de una obligación, atender a las cámaras de LaLiga es una garantía de salir indemne de cuestiones peliagudas. Corona sabe que es territorio amigable y se presta a ese show más institucional que periodístico.

Aún así, de las muchas virtudes (pocas o casi ninguna recomendable en un buen dirigente deportivo) que hay que reconocerle al toledano, está la de saber irritar a cualquier valencianista de bien. Que García Pérez-Roldán hablara de una "posición ilusionante" cuando el equipo es octavo y lucha por poder meterse de refilón en la Conference League sólo puede ser producto de dos posibilidades: una, es un absoluto ignorante de la trayectoria del club para el que trabaja, o dos es un absoluto desvergonzado que se ríe de todo y de todos mientras su nómina esté a salvo. Y siendo ya sonrojante la primera posibilidad, me inclino más por la segunda.

Del hecho de dar normalidad a que él no vaya a las reuniones, y que no asista ni siquiera el propietario para tratar cuestiones económicas lo englobo en su desvergüenza (ahí no doy opciones). En su huida hacia adelante, el club se ha llenado de justificadores de lo ridículo y de catedráticos en vender el comulgar con ruedas de molino como la situación más normal del mundo, persiguiendo a quienes se niegan a formar parte de sus mundos de Yupi.

Y además habría que decirle a García Pérez-Roldán que si el equipo no llega ni a la séptima plaza, es su responsabilidad. Por tragar con vender a uno de los puntales en defensa, por traer a un chico que aún está verde para jugar en primera, por hacer una plantilla insuficiente que tiene a varios jugadores con demasiados minutos en las piernas, y por creer que Baraja puede obrar milagros todas las semanas.

Ni siquiera en la mítica película 'Los jueves, milagro' del maestro Berlanga, los milagros eran ciertos de manera periódica, pero en el sainete que viene de Singapur pretenden que el entrenador obre un auto de fe cada semana. Que siga multiplicando panes y peces a destajo para tapar el insuficiente trabajo en otras áreas del club, como por ejemplo en la deportiva. Tan injusto como grotesco.

PD: mientras Peter Lim se desentiende ya totalmente del club y Kiat venía desentendido de casa (recuerden sus promesas incumplidas de venir a Valencia, de reunirse con los aficionados, de conocer nuestra cultura y de rebajar el número de acciones para acceder a la junta), la presidenta pasa más días fuera de Valencia que en la ciudad dejando el club en manos de Javier Solís. La sensación de entidad descabezada en oficinas, y a los ojos del fútbol español en general aumenta, y eso que el listón ya estaba alto por lo cosechado en los últimos años. 

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