La zona Meriton

VALÈNCIA. Mientras los focos institucionales apuntan a la Copa del Rey, una vez uno consigue apartar la mirada del humo que emana desde los voceros del poder comprueba que la realidad no es otra que la mediocridad sigue envolviendo todo lo que toca Meriton.

Podría entrar a decir que la mediocridad envuelve el proyecto de Meriton, pero les mentiría. Con Meriton no hay proyecto, al menos deportivo. Lo hay de otro tipo (les adelanto que tampoco es inmobiliario, en la Conselleria siguen esperando el proyecto del Nou Mestalla).

El proyecto del mal patrón pasa porque su negocio vaya bien, y su negocio (desinversión, cero gasto y venta de activos)  no coincide los intereses del club cuya mayoría accionarial ostenta. Así que el proyecto deportivo no existe. Por eso (y salvo los dos años que todos sabemos) los equipos que Meriton ha construido fluctúan entre el 9º y el 13º. Esa es la zona Meriton, la de la intrascendencia, la de la nada. 

Nos quieren hacer creer que la Copa lo soluciona todo, que convierte una nefasta gestión en una gestión brillante y es falso. Ese no es el Valencia que hemos conocido. Porque en el mejor de los casos -y ojalá se diera- una temporada en la que quedas del décimo para abajo y se gane una Copa del Rey es una decepción en mayúsculas ¿O no recuerdan ustedes la Copa del 2008 de Koeman? No acabó ni la temporada.

Eso, en el mejor de los casos. En el peor -que ojalá no se dé- si el equipo se quedara en las semis de Copa y acabara en la zona Meriton, la temporada no pasaría de ser la 2015/16 (sí, la de Gary Neville). Desastre en liga y semifinales de Copa es una ruina por más que van a tratar de venderles que este es un gran proyecto fantásticamente bien gestionado.

Y sobre todo van a tratar de girar los focos hacia Bordalás. Primero, porque Meriton ha culpado sistemáticamente a todos los entrenadores que ha traído para vender su milonga. Además, es fácil apuntar a los que salen en la foto porque son los que fallan: jugadores y entrenador. Los de los despachos no salen nunca retratados en lo que pasa en el verde, y esa demagogia -desgraciadamente- la compra mucha gente. 

Porque aunque sea cierto que haya errores individuales, siempre hay que mirar porqué se producen. Es como cuando se echa la culpa a los jugadores que quieren marcharse, y no nos paramos a preguntarnos el porqué antes querían venir aquí y ahora quieren salir huyendo. Razonamientos que son un océano de excusas con un palmo de profundidad.

Y segundo (lo de apuntar a Bordalás) porque Meriton toma matrículas y el entrenador ha desnudado el desastre que ha vuelto a ser el mercado de fichajes de invierno, y Singapur no olvida las afrentas en público (en eso han conseguido una total identificación de algunos de sus empleados). Bordalás -como antes Prandelli, Marcelino o Gracia- ha demostrado que el "dejen trabajar", el "ADN Valencia CF" y otras zarandajas similares son una memez y una milonga para seguir perpetuando la mediocridad. Es decir, la zona Meriton.