VALÈNCIA. No hay mucho que hablar de fútbol: el Valencia arrolló al Llevant del primer minuto al último y tuvo ocasiones para endosarle una goleada de escándalo. Por momentos daba la sensación de que los merengots no quisieron hacer sangre. Tal vez en los viejos tiempos no habría habido tantas contemplaciones. Seguro. Y la cosa hubiese acabado en bochorno. En más bochorno, vaya. Porque la humillación de los 500 levantinos que se presentaron en Mestalla para ver a un equipo que saltó ya hundido a la hierba no es cosa minsa. Y es que el Llevant fue un desastre durante los 90 minutos. Tácticamente, técnicamente, individualmente. Sin ambición, sin coraje, sin recursos, sin precisión. Un holograma estéril del equipo que ilusionó a todos tras golear al Athletic y colocarse sexto en la jornada 14.
El gol del empate se lo enchufó Soler en propia puerta. No había otra forma: los blaugrana no generaron ni una ocasión en todo el partido. Lo más parecido fue un tiro forzado que se inventó Roger, con 1-0, en el único balón que le llegó al área, y un zurdazo lejano de Rochina, al muñeco.
Tras la reanudación algo cambió, pero duró un suspiro. Peor: fue un espejismo. Sencillamente el Valencia había levantado el pie del acelerador. El autogol metía al Llevant en un partido que le quedo siempre grande, pero los granotes no supieron mantener el empate ni dos minutos. Campaña, con su multimillonaria renovación acabada de salir del horno, dejó suelto a Guedes que machacó a placer a Aitor. 2-1. Vuelta a empezar. El 3-1 llegó 6 minutos después. Quedaba media hora. Pero el Llevant era inocuo.
La solución de Paco López para levantar un 3-1 en Mestalla fue retirar a Roger, que se había partido la cara con Garay, Paulista y con un Undiano caserísimo, como se esperaba, en cada pequeña acción. Retiró a Roger. Retiró a Roger. Retiró a Roger. Es el día de la marmota. ¿Que pretendía, con 3-1 en contra, al retirar a su goleador franquicia? Y poco después quitó a Rochina, el único capaz de filtrar un balón, y dejó a Campaña para hacer rondos con los centrales y mejorar sus estadísticas de fiabilidad en el pase.
No. No hubo partido. Superioridad del Valencia CF, previsible y hasta normal, pero nadie esperaba que el Llevant no compareciera en Mestalla.
POSESIÓN DE BALÓN ESTÉRIL
El Llevant no juega a nada; sólo a la posesión estéril. Sin profundidad, sin picardía, sin bandas. Arriesga una barbaridad para avanzar un metro en el campo rival y, cuando lo consigue, retrasa 20 metros el balón a los centrales para que estos, los menos adecuados, lo rifen en largo, o se compliquen con pases horizontales. Cualquiera que haya visto un vídeo del Llevant sabe que sufre horrores para salir así y que con presión son un grupo frágil e inseguro, también con el balón en los pies. Esta es la locura que Campaña dirige sobre el césped y López bendice en la pizarra. Es el único plan. Ayer representó un inesperado festín para el Valencia. ¿Que se esconde detrás de esta estrategia? Nada. El vacío. La derrota. Segunda.
A ello se suma una debilidad defensiva extrema. López cambió el sistema defensivo sobre la marcha hasta tres veces, pero el problema no es (nunca lo ha sido) sólo de los tres centrales. Los carriles son autopistas para el rival y los centrocampistas no existen a efectos de zaga. Ni con el esférico en juego ni mucho menos a balón parado.
EL DESCENSO A DOS PUNTOS Y UNA DINÁMICA HORRIBLE
La derrota en Mestalla estaba cantada, pero nadie imaginaba que quedarían tras el partido estas sensaciones de impotencia. No voy a engañar a nadie: en la previa estaba convencido de que el Llevant se iba a salvar, aun perdiendo en Mestalla, de la mano de López. Que lo de ayer, en un escenario que se prestaba a todo lo contrario, consolide la nefasta dinámica de juego, al margen de resultados, que hemos visto muchas veces esta temporada, me deja el ánimo muy tocado. A mi y a miles de levantinos. ¿Solución? En valenciano hay un refrán que reza "Lo que n'hi ha, juga". Se aplica al truc y a la vida. Me inclino a pensar que con lo que tenemos seremos capaces de ganar tres partidos. Y, en todo caso, contar con lo que hay es la forma más plausible de conseguirlo.
La gran pregunta ahora es: ¿Nos conjuramos para vencer al Espanyol como sea y seguir en la pelea, a la que se ha sumado el Girona? ¿O tiramos la toalla y nos vemos ya en Segunda? La respuesta razonable es obvia. El problema es que este equipo apenas da ya ningún motivo para la ilusión. El Llevant va a decidir su futuro ante pericos y béticos, y con un once similar al alineado ayer en Mestalla, se hace difícil tener fe, realmente.
CLAVES, por Borja Bens
••• Los defensas no son los únicos culpables de que el Llevant sea el equipo más goleado de Primera. Todo el sistema defensiva granota hace agua cada domingo.
••• El Llevant lleva toda la temporada jugando con un Campaña que abusa de mandar balones atrás cuando se ve comprometido o no ve el juego claro. Recuerda, como gotas de agua, a Sandro, Verza o José Mari.
••• Después de tantas jornadas queda claro que este sistema de juego no está siendo el apropiado. El Llevant de Luis García o Juan Ignacio Martínez siempre jugaba con un 4-2-3-1, con dos mediocentros cómo Xavi Torres e Iborra, y por delante un mediapunta: Rubén Suárez o Barkero. No marcábamos tantos goles pero éramos sólidos en defensa.
••• Los carrileros, hoy y últimamente casi siempre, no han estado al nivel de los atacantes por banda del rival. El 1-0 llega tras un centro de Guedes desde la izquierda; el segundo nace en una pared de Guedes con Soler en el lateral derecho del área; en el tercero Soler dispara ajustado al palo desde la derecha y Mina aprovecha el rebote. Hubo muchas más ocasiones de gol como que fueron un calco de estas. Soler y Guedes han sido protagonistas en todos los goles del Valencia.
Valencia CF 3-1 Llevant UD
Aitor (7); Coke (5), Cabaco (6), Vezo (6), Luna (3) (Simon (6) 68'); Jason (4), Pier (6), Campaña (4), Rochina (5) (Bardhi (sc) 77'), Roger (6) (Mayoral (5) 68') y Morales (4).
Paco López (4).
GOLES: 1-0 Mina 2'; 1-1 Soler (pp) 56'; 2-1 Guedes 58'; 3-1 Mina 64.