Una función de fin de curso con suspenso

VALÈNCIA. El Levante tendrá que repetir curso. Salvo épico milagro, el conjunto granota suspenderá la asignatura que se puso como objetivo, “más ilusionante que obligatorio”, hace diez meses. No habrá ascenso ni ‘playoff’, a excepción de una debacle de resultados del Real Oviedo en los dos últimos encuentros y, después, de una caída en cadena de Ferrol, Elche y Sporting. Eso sí, para optar al aprobado raspado y albergar opciones de clasificar sextos en la última jornada de la próxima semana, el cuadro que todavía entrena Felipe Miñambres tendrá que ganar, irremediablemente. Y esa, la que depende de sí mismo, es la materia que peor se le da al equipo cuando tiene un ‘examen chupado’. 

Es lo que ocurrió en Elda, donde el Levante debía ganar y esperar resultados de rivales directos que sí se terminaron dando. En resumen, de haber sacado tres puntos del Nuevo Pepico Amat, hoy el Ciutat podría haber sido el escenario de una auténtica final teniendo en cuenta que los clubes que marchan delante ahora estarían detrás, y que el Oviedo afrontará un último duelo a cara de perro en Eibar. En Ipurúa puede pasar de todo. Sin embargo, el Levante vuelve a casa con malas notas. Temeroso de tocar al timbre y que un disgusto le abra la puerta, llega con el boletín en la mochila y presto para escuchar papá y a mamá. Turno de Orriols. Todo, en medio de las semanas de Morales y Calero, y con la dirección deportiva acelerando en la planificación deportiva en el paisaje de la Segunda División.

Está por ver si, con las escasísimas posibilidades de ascenso en la mano, Miñambres opta por aderezar su once con sorpresas. Por lo pronto, el recién renovado Andrés Fernández se mantendrá bajo palos y Pablo Martínez, que ha encadenado dos suplencias consecutivas en citas cruciales por primera vez desde que se recuperara de su grave lesión de cruzado, podría volver al once. También puede hacerlo Fabrício, porque lo que sí es seguro es que el técnico se verá obligado a remendar su alineación de arranque. Sergio Lozano está out -para lo que resta de temporada y la pretemporada al completo- y Bouldini también se cae por acumulación de amonestaciones. Vuelve Álex Muñoz, aunque no se prevé que fuerce en los últimos días de clase.

El Alcorcón de Nafti necesita una carambola

Enfrente está el equipo madrileño, que afronta el partido a todo o nada ya que todo lo que no sea ganar le condenará al descenso. Por eso, el duelo es una auténtica final ante la que no hay margen de error y para ello el vestuario lleva conjurándose toda la semana.

"Si ganamos al Levante nos salvamos seguro. Es la creencia", dijo el técnico franco-tunecino Mehdi Nafti en la previa. La realidad es que el Alcorcón tiene 42 puntos y está en descenso, igual que el Amorebieta con 44. Mirandés y Huesca tienen 45 y Zaragoza y Eldense 47, por lo que con una victoria, y algún tropiezo de sus rivales esta semana, las opciones de salvación se multiplicarían en la última jornada, en la que recibirá al Burgos, aunque pueda seguir dependiendo de terceros.

Para este partido, Nafti cuenta con la baja del lateral izquierdo Xavi Quintillá, sancionado, al que sustituirá su recambio natural, David Morillas.

Tampoco estará Javi López, lesionado la pasada jornada, al que podría sustituir Juanma Bravo, mientras que la buena noticia es que el central Chema Rodríguez, que cumplió un partido de sanción contra el Valladolid, vuelve a estar disponible y podría desbancar en el eje de la zaga a Oscar Rivas.

Levante UD: Andrés; Andrés García, Dela, Cabello, Valle; Carlos Álvarez, Pablo Martínez, Rey, Giorgi; Brugué, Dani Gómez.

CD Alcorcón: Jesús Ruiz; Iago López, Castro, Chema Rodríguez, Morillas; Víctor García, Juanma Bravo, Mosquera, Addai; Jacobo, Fede Vico. 

Árbitro: Rafael Sánchez López (Comité murciano).

Estadio: Ciutat de Valencia

Hora: 18:30.