VALÈNCIA. Roberto Soldado ya es del Levante por las dos próximas temporadas. Paco López tiene el acompañante que requería en su faceta ofensiva, Roger tiene un complemento de gol y experiencia, y el delantero valenciano cumple su deseo de regresar a su ciudad. Con la incorporación del exariete del Granada, la entidad de Orriols cierra un fichaje más de un año después. El pasado verano a estas alturas Son y Malsa estaban atados y, aunque no oficializados, ya se contaban en la planificación deportiva para la temporada que acaba de concluir. Fue en julio, tras el fin del curso más marcado por la pandemia, cuando llegaron los anuncios de los fichajes.
Esta ventana de traspasos ha sido diferente para la dirección deportiva que encabeza Manolo Salvador. Lo especial de la situación del Levante a la hora de acometer incorporaciones -la necesidad de vender es lo que sigue primando aún haciendo efectiva la oportunidad de mercado que ha supuesto Soldado- ha hecho que la secretaría técnica haya encontrado en el exvalencianista un filón tanto deportivo como económico. La cláusula libertatoria de 500.000€ hace que su fichaje entre dentro de los márgenes previstos (altas a bajo o ningún coste) y ahí el club ha estado rápido contando con el ferviente deseo del jugador de volver a Valencia.
Una vez descorchado el champán de las incorporaciones -con el lateral izquierdo también en vistas de acelerar en las próximas semanas- el Levante ha de meter otra marcha en el capítulo de salidas. Para ello, el fin de junio también ha de hablar en el caso de Toño, que espera resolver su situación bien a través del corte de contrato que tiene el Levante sobre él, bien en un traspaso. El de Alcalá de Henares tiene alguna que otra 'novia' en Primera División, Osasuna sigue mirando de reojo al carrilero levantinista mientras no se concrete su deseo principal: lograr incorporar de nuevo a Manu Sánchez, el lateral del Atlético que ha militado como cedido en El Sadar, como ya informó este periódico.
El caso de Toño, por la cercanía de la resolución, conforma el capítulo principal de la novela que va a suponerle al Levante darle movimiento a sus salidas. La baja del lateral no ayudará a cuadrar balance antes del 30 de junio, ni mucho menos, ni será una de las ventas importantes que sí o sí ha de hacer el club este verano. Quico Catalán ya informó de que en el seno de la entidad se asume desde hace tiempo la posibilidad de que el ejercicio cierre con pérdidas, pero no se contempla de momento el hecho de cerrar el mercado en septiembre sin una venta de enjundia.