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la folgatinha / OPINIÓN

El ausente

2/11/2023 - 

VALÈNCIA. Desde Jeremy Mathieu no se veía a un tipo, aparentemente, tan inexpresivo y ausente como Roman Yaremchuk en la ciudad deportiva de Paterna. El 'tallo' francés, dos centímetros más bajo (1'89 metros) que el gigantón ucraniano (1'91 m), solía aislarse de las conversaciones y las bromas de sus compañeros enganchado a un ordenador portátil y a unos auriculares, y no paraba de ver películas. Recuerdo las risas con José Manuel Reina -te echo mucho de menos, amigo- en cualquier viaje con el equipo cuando descubríamos al francés sentado en el vestíbulo de cualquier terminal de aeropuerto viendo una película, ajeno a todo lo que se cocía a su alrededor. Se ganó el apodo de Jeremy 'DVD' Mathieu en mi etapa de Ràdio 9. 

Yaremchuk da la sensación de que todavía no ha aterrizado en el vestuario del primer equipo del murciélago. Sigue volando dentro de un avión en un lugar indeterminado entre el aeropuerto de Ostende-Brujas y el de Manises, con su cabeza centrada en quién sabe qué. Si también ve películas mientras vuela o hace otra cosa, no lo sé. La prensa ya no viaja con el equipo. Cosas del fútbol moderno, del blindaje de los entrenadores y de los directores de comunicación, también del periodismo. Nada que ver con antaño.

A Roman lo subieron a cachetes a un avión el último día de mercado y sus apariciones en el Valencia han engordado las dudas que provocó su incorporación a correprisa tras el fiasco con Rafa Mir. Sus dos titularidades ante Real Betis y Real Mallorca fueron tan frías como su semblante; el resto de minutos también fueron gélidos.

En Las Gaunas, en un partido en el que necesitaba mostrarse para optar a ser titular ante el Granada y sustituir a Hugo Duro, siguió ausente. 

Lo dijo Darío Felman, exjugador del Valencia CF y actual comentarista de El Matx de 99.9 Plaza Radio. "Lo peor es que no se le aprecian virtudes", apuntó Felman, que conoce el oficio del gol.

Y tiene razón. Su lenguaje corporal indica que está incómodo con el sistema de juego de Baraja, donde está claro que no encaja. Quizás es falta de adaptación a la plantilla porque tampoco domina el idioma, y la comunicación con él es deficiente. Otra razón para excusarlo podría estar en el conflicto bélico con Rusia por el que atraviesa su país. Si tiene familia, amigos o conocidos en el frente es normal que su cabeza se marche hasta allí de vez en cuando. Eso es tener humanidad. Habrá que darle más tiempo y ser comprensivos. El problema es que el fútbol no espera y que el Valencia tiene prisa.

Pero más allá de sus lógicos problemas personales o de adaptación, el ucraniano no gana duelos aéreos porque, entre otras cosas, observó que apenas salta. No despega del suelo en el salto, no gira el cuello para rematar de cabeza, encoge la cabeza, no parece bien perfilado, no aprovecha su envergadura... Todo eso me llama la atención.

Sus minutos en Las Gaunas los lanzó al contenedor. Baraja lo justificó luego, pero el domingo ante el Granada el técnico, en su plan de partido, presentará al guaje Diego López en punta. Amallah, Fran Pérez y Sergi Canós se repartirán las alas y la mediapunta.

Yaremchuk, el ausente, tiene que bajar ya del avión.

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