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La folgatinha / OPINIÓN

Corona, el escapista

19/05/2023 - 

VALÈNCIA. Justo hace una semana, Javier Solís y Miguel Ángel Corona, dos de los tres miembros que se desplazaron desde la delegación de Gobierno en la ciudad al gobierno central del club en Singapur, aterrizaron en Manises. Solís, al advertir la presencia de los medios, respiró hondo, y se dirigió hacia ellos. Su exposición sobre la visita a Peter Lim fue banal e irrelevante, algo que ya habíamos advertido. El blablablá habitual para intentar llenar el estómago de la prensa con bobadas como que Peter Lim "está muy preocupado" o "ve muchos partidos" (sic), pero el ejecutivo valenciano, al menos, no escurrió el bulto.

En cambio, oculto a primera vista en el vídeo que grabaron los medios en el aeropuerto estaba la verdadera sorpresa, como el 'easter egg' o el huevo de Pascua que los directores incluyen en sus series o pelis para alboroto de sus fans. Poco tardó en advertirse. Si os fijáis, cuando Solís y Corona salen al vestíbulo del aeropuerto, el primero se desvía a la derecha para atender a los medios mientras el segundo sigue recto y desaparece de la imagen como por arte de magia, haciendo una perfecta maniobra de 'bomba de humo'.

El mutis por el foro de Corona es metafórico. Es el Valencia CF saliendo de escena, fuera de Europa, menguando, perdiendo prestigio y jugando por eludir el descenso. También es el Valencia de Corona, que desde la dirección deportiva tiene un alto grado de responsabilidad, bien por acción bien por omisión.

El movimiento de escapismo de Corona, similar al de Harry Houdini, es habitual en el director técnico, que tiene cierta habilidad para burlar los focos y la responsabilidad, escondido en la manida y recurrente coartada, del "yo no puedo hacer más". 

Cuentan que cuando el escapista húngaro llegaba a una ciudad, una de las cosas que le divertían era retar a la policía en plena calle para que lo esposasen y así poder mostrarle acto seguido a la gente que podía liberarse de los grilletes sin mucho esfuerzo. Dice la leyenda que era capaz de dislocarse los hombros y de controlar los reflejos de su garganta para poder esconder herramientas en su interior. Corona no es Houdini, pero tiene cierta destreza para escapar de situaciones incómodas, parapetado en el inmovilismo y en la inacción de Meriton.

Fue Gattuso el que le dio un empujón y lo colocó en primera línea tras un viaje a Singapur, el primero de esta temporada si no recuerdo mal, el que enfadó a la mujer del técnico italiano. Corona, que estaba más cómodo entre bambalinas, salió rumiando de su zona de confort. 

Estrenó su rol ante los medios junto a Javier Solís en octubre con dos grandes titulares: "Estamos trabajando con una armonía preciosa" y, sobre todo, que Mendes trabajaba con el club "como cualquier otro agente". Aludió a lugares comunes y, con un lenguaje muy educado, uso trucos de prestidigitador verbal para burlar las preguntas sobre cuál era su verdadera responsabilidad y su autonomía en los movimientos de jugadores. Sorprendentemente, su actuación fue aplaudida. Corona, de repente, tenía voz y resultaba engatusador.

Su primer momento crítico desde que ascendió en el escalafón de Meriton Holdings fue la entrevista en diciembre con Fernando Álvarez en Marca. Sus declaraciones que, por inauditas, levantaron mucha polvareda, hoy resultan demenciales. "Estamos contentos con la plantilla que tenemos y no creemos que tengamos una posición en la que estamos muy 'cojos', no tenemos urgencia", dijo en Marca. "No hay una sola posición en la que digas, aquí tengo un problema", agregó, sin pestañear. "Creo que ese tema se nos ha quedado anclado en el pasado y no hemos pasado página, cuando creo que la hemos solventado", agregó cuando se le preguntó por la carencia de un mediocentro defensivo. "La confianza te la dan los puntos, los resultados y vamos a ver en abril a qué podemos aspirar. Lo importante es que estemos en esa posición en la que no hay riesgo y que veamos a lo mejor alguna ilusión", contestó sobre el objetivo de la temporada. Lo dicho, un discurso demencial para un tipo que pilota parte del (no) proyecto deportivo que se improvisa en el Valencia CF.

La rueda de prensa que compartió posteriormente con Layhoon Chan y Javier Solís en febrero fue extravagante. La presidenta salió muy escocida de aquella comparecencia, porque entendía que la habían llevado al paredón delante de los fusiles de la prensa. Aquello podría costarle un disgusto a algún empleado en la próxima modificación de Singapur en su delegación en València. Coincide que, desde entonces, Javier Solís, empezó a ejercer funciones de director de comunicación.

Cuando se marchó Gattuso y se levantó de la lona tras sus tres fracasos en primera línea, Corona decidió quitarse de en medio. Siguió pegadito a Layhoon, pero, escarmentado, echó mano de sus arsenal de bombas de humo y de sus trucos de escapista para sentarse en su zona de confort y no volver a dar la cara. 

Empleado cómodo para Meriton, la pregunta es si Corona sobrevivirá a los cambios que se avecinan este verano una vez el club defina su horizonte. Porque si Peter Lim necesita una cabeza...

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