De patio de colegio

VALÈNCIA. El levantinismo en pleno se conjuró para convertir el duelo ante el Huesca en el primer paso para la resurrección granota. Si querían unidad y apoyo incondicional, lo tuvieron. Luego el equipo volvió a hacer aguas por donde suele y el Huesca rascó un punto que le sirve de poco pero que prolonga la agonía de Orriols, un hervidero de taquicardias, ayer.

El Llevant marcó pronto. Roger estaba donde él sabe que se cuece el gol para empujar a la red su duodécimo tanto. Poco antes había empalado un balón que salvaron entre el meta y el travesaño. Era el minuto 18 y nadie supo qué hacer para gestionar la ventaja del 1-0. El Huesca, sin apenas profundidad, se hizo con el partido, pero fue el Llevant quien tuvo el 2-0 franco.

No es muy esperanzador que la escuadra blaugrana valenciana afrontara la decisiva cita con el Huesca como un partido de patio de colegio, especialmente en la segunda mitad: carreras alocadas al ataque que provocan contragolpes peligrosísimos, innumerables pérdidas de balón en posiciones de riesgo, si me hacen el penalti a mi yo me lo pido (aunque otro compañero sea más fiable y nos estemos jugando el descenso), nadie piensa en destruir fútbol porque el único objetivo es marcar más goles que el rival, etcétera.

Hemos insistido una y mil veces en que este intercambio de golpes, sin equilibrio ni transiciones ordenadas, no es el estilo que convirtió al de las últimas once jornadas del curso pasado en uno de los mejores Llevant de la historia, capaz de vencer a cualquiera y de practicar un fútbol de ensueño. No es mejor, ni más eficaz ni siquiera más efectista quien más ataca, sino quien mejor ataca.

El Llevant ayer volvió al 4-4-2, una decisión sensata sobre la pizarra ya que, con Toño y Jason fuera, no hay carrileros de calidad para apostar por el 3-5-2. Sobre el césped, sin embargo, el sistema enloqueció. Coke, Pier, Chema y Luna estuvieron muy lejos de su mejor día, pero el problema no es sólo de zagueros. El asunto es que la siguiente línea, formada por cuatro futbolistas (cinco, a menudo), estaba compuesta por Simon, Rochina, Campaña, Bardhi y Morales, con Roger en punta.

No me llamen pesado: no hay éxito sin zapadores. Todos los equipos los tienen, especialmente los que aspiran a títulos. Más aun los demás. Menos el Llevant: López sigue convencido de que la alternativa al añorado Lerma es un trivote de toque, aunque estemos en la jornada 30 y apenas haya funcionado como se espera en unos pocos partidos. Y en todo caso, era más viable con Jason y Toño.

Ayer, además, con el 4-4-2, quedó la banda izquierda desasistida en ataque, a menudo. Es un drama que las opciones en las líneas de cal sean cosa de Simon que, de nuevo, fue incapaz de ganar un solo uno contra uno.

Durante muchos minutos, la falta de equilibrio entre líneas se compensó con un Rochina estelar, apoyado por Bardhi. El problema es que la gasolina le dura 60 minutos al saguntino. Ayer López lo dejó en el campo sin resuello hasta el 78'. López hizo los cambios tarde y mal, cuando el Huesca ya era dominador de la medular y empató…

Con 1-0 aun no consideró la opción de reforzar un centro del campo absolutamente hundido. Al optar por Jason pudo dejarlo atrás (o haber sacado a Pedro López), meter a Coke de central y subir a Pier al medio, como en Bilbao, donde el equipo, a todas luces, estuvo más equilibrado en la segunda mitad. Ya que Vukcevic no cuenta, claro.

Los goles del Huesca llegaron en centros lejanos al área. No es un problema sólo de centrales, que también. Es que nadie de la media sabe defender.

Se han empatado dos partidos muy similares ante Eibar y Huesca, tras ir por delante y con todo de cara. Hoy las cosas serían muy distintas con 37 puntos. Sí, ya sé: si mi abuela tuviera bigote, etcétera, pero todos sabemos que un final de Liga tranquilo pasaba por esos seis puntos que han sido dos. Y que se ha fallado, de forma grave.

Ahora llegan tres partidos muy complicados: en Mestalla y en Orriols, ante Espanyol y Betis. Luego, el Barça en el Camp Nou. Y para terminar Rayo en casa, Girona a domicilio y Atlético en Valencia. Tres victorias deberían ser suficientes pero el Llevant lleva siete jornadas sin ganar, desde Balaídos, pese a que fueron partidos siempre muy ajustados y que algunos terminaron con derrota injusta.

Paco López no ha cambiado en toda la liga. Me sorprendería que lo hiciese ahora. Hará falta un milagro superlativo para vencer en Mestalla defendiendo así y sin mediocentro de contención. Eso sí: los jemecistas del mundo nos harán la ola, aunque nos metan cuatro. Confiemos también en el retorno de Vezo y Cabaco que mejorarán notablemente las prestaciones defensivas.

Dicho esto, y pese a todo, confianza absoluta en López.

CLAVES, por Borja Bens.

••• Morales decisivo. De todos es sabido que Morales es un jugador que destaca por encima del resto por desborde y velocidad, pero es obvio que no es un delantero nato. Hoy ha tenido ocasiones clarísimas (una a portería vacía) y no ha sabido definir. Ha sido protagonista del resultado dando la asistencia de gol a Roger, tras una sensacional jugada, provocando y marcando un penalti, pero también por su terrible falta de definición de cara a portería, que impidió una victoria clara del Llevant.

••• Defensa nueva y frágil. El Llevant ha jugado con una defensa improvisada. En ausencia de Vezo, Pier ha sido el líder en la zaga; es fijo para López. Postigo, al que todos teníamos ganas de ver después de su lesión, ha recaído y ha dado paso a Chema. Con Cabaco y Vezo sancionados y con Coke y Luna en bandas, hemos visto una defensa novedosa que ha hecho aguas.

••• Roger bate récords. Roger es ya el delantero granota español que más goles ha anotado en una temporada en Primera (12) hasta la fecha, a pesar de sus ausencias. Esperemos que aun sume unos cuantos más.

Llevant 2-2 Huesca

UNO A UNO: Aitor (7); Coke (5), Pier (6), Postigo (sc) (Chema (4) 13'), Luna (4); Simon (4) (Jason (5) 67'), Campaña (6), Rochina (7) (Mayoral (4) 78'), Bardhi (6); Roger (7), Morales (6)

Paco López (4)

GOLES: 1-0 Roger 18'; 1-1 Gallego 62'; 2-1 Morales (p) 64'; 2-2 Chimy 68'