Para mí una cuestión muy importante es el sueño o propósito y en mi caso uno de ellos ha sido convertirme en deportista profesional paralímpico. Para otras personas con una gran discapacidad su propósito habrá sido en otra profesión, pero para mí es haberlo hecho en el deporte. Una manera más para conocerme y convertirme en deportista, que es muy difícil porque una cosa es lo que pasa en la pista y otra cosa es cómo vives con una gran discapacidad, como una ceguera total, fuera de la pista. Te pueden llevar del brazo, como me pasaba a mí que mi madre me llevaba del brazo a entrenar, pero luego en la pista estás solo. Nadie te lleva del brazo, sino tu guía o tu grupo de entrenamiento. Y eso tiene un significado especial. Y este es el significado de cómo me he convertido en deportista.
Todas las herramientas que he podido llevarme en la pista y de todo lo que me ha pasado me lo he llevado a la vida y en lo que soy y ha sido fantástico.
Llevo un largo recorrido de más de veinte años. Y he recogido muchas experiencias. He estado en siete campeonatos de Europa, seis Mundiales y cinco Juegos Paralímpicos. Ha habido mucho trabajo. También mucha soledad. En 1999, que fue mi primer oro de campeón de Europa, está la medalla, está la prensa alrededor, hay noticias tuyas, te puedes ver en Internet, hay vídeos, hay fotos… Pero creo que realmente tengo una foto mía de Sidney 2000, creo que la hizo un fisioterapeuta desde la grada. Hoy cuentas eso con competidores que estuvieron en Río y sería impensable. En aquel momento que recuerdo no teníamos nada de nada. Ha sido un camino muy duro y todo lo que pasaba lo generabas tú. Cuando hoy escucho que hay poca visibilidad, se me ponen los pelos de punta y hemos crecido mucho.
Para ese crecimiento tiene que haber pioneros y me siento un pionero. Gente que hemos podido gracias a nuestro esfuerzo, a reunirnos con políticos, a pelearnos mucho, abrir un camino. Recuerdo a la vuelta de Sidney 2000 que Eduardo Zaplana nos recibió a todos los Paralímpicos valencianos, solos, separados de los demás deportistas, y nos dio la enhorabuena y me quedo con una frase que nos dijo: “Puedo ayudaros en lo moral, pero no en lo económico”. Yo era entonces un chaval, pero se me grabó esa frase para saber lo que vale mi trabajo y mi esfuerzo y que ningún político ni nadie podía quitármelo. Lo único que podía hacer era cambiarlo. Y sin duda lo hemos cambiado a base de que nuestro sueño y nuestro trabajo sea igual que el de otro deportista olímpico.
Los cambios políticos han sido muy buenos, las ayudas que te dan son buenísimas, no hay diferencias y esto es lo bueno, es maravilloso. Ahora sin duda creo de verdad que el deporte olímpico y paralímpico valenciano es igual valorado. Soy una persona que valora mucho el esfuerzo, el dar ejemplo, el ser honesto, el ser de verdad.
Si hablamos del Proyecto FER y de Trinidad Alfonso, recuerdo que fui uno de los primeros en entrar, en 2012. Y sigo perteneciendo a él a través de ‘ReFERentes’. Me han ayudado mucho. El deporte valenciano era prácticamente un páramo y hay que agradecer lo que Juan Roig y su equipo han hecho, lo que ven y verán por el deporte valenciano en igualdad de condiciones tanto olímpico como paralímpico.
Me siento partícipe del crecimiento del deporte paralímpico y de que los éxitos tanto de otros compañeros longevos como los míos puedan haber ayudado como inspiración, como referentes, para los jóvenes. Recuerdo que cuando llegamos de Pekín 2008, llegamos a la estación de Renfe de Valencia y estaba la banda de música de mi pueblo, de Moncada, autobuses,... igual que luego pasó cuando los Juegos de Londres 2012. Y es la diferencia con Sidney 2000 o Atenas 2004, que al llegar prácticamente era un páramo, quizás había una pequeña cámara, no había políticos, no había nadie, solo la familia, y hemos cambiado la historia entre todos el deporte para personas con discapacidad. Creo que es una inspiración para todos los valencianos. Para mí es importante ser una inspiración para mis hijos tanto en los buenos como en los malos momentos.
Ahora mismo el deporte valenciano paralímpico y olímpico vive un gran momento, no solo por la parte económica, que también, sino en cuanto a que es una profesión más, de la que nos enamoramos, y siempre seremos deportistas.
¿Qué debe mejorar? El deportista paralímpico, en mi caso, creo que es importante saber soltar amarras. Lo hice cuando consideré que el atletismo ya no me daba esa satisfacción, pues cambié de especialidad porque me encontraba bien físicamente y me ha ido muy bien. Luego, la cuestión del dinero, la gestión es importante, y aunque tengamos recursos, después de la época dorada y de la globalización del deporte paralímpico, que ha llegado ya, creo que hay que acompañar más a la persona. Creo que la gestión está bien, pero debe haber un contacto diario con el deportista para que lleguen muchos Ricardo Ten o David Casinos o Mónica Merenciano. También tiene que haber un trabajo de captación importante, porque no llegan tantos. No podemos permitirnos el lujo de perder a un joven talento, porque no exista el acompañamiento adecuado. Que no pierda la pasión. Quienes nos acompañan deben trabajar bien, apasionadamente también, para que el joven quiera seguir. Necesitamos tener a grandes entrenadores que acompañen a los jóvenes. Y luego si tenemos programas y becas que estimulen esto, pues mucho mejor. Y para el mañana creo que tampoco hay que perder a los deportistas para trasladar las experiencias, para estar con los jóvenes, creo que hay muy pocos deportistas en las federaciones. Creo que se debería contar mucho más con ellos.
Ganar es algo complicado, pero volver a ganar es todavía más difícil. Se trata de mantener la pasión, de trabajar incondicionalmente, incluso llorar. Vives también con la parte del dolor que forma también parte de ese camino. Soy una persona que ha aceptado ser un resiliente puro y eso ha sido para lo bueno y para lo malo, pero más para lo bueno. Y quiero acabar hablando de la perseverancia. Lo ilustraré con una historia muy bonita. Tenía veinte años cuando puse la tele y estaba el Príncipe Felipe de abanderado en los Juegos de Barcelona 1992. Tenía un sueño y un objetivo. Desde ese momento hasta que llevé esa misma bandera ante 120.000 personas pasaron 16 años. Pero lo logré. Perseverancia. Pasión.
*David Casinos ganó cuatro oros y un bronce en atletismo en Juegos Paralímpicos entre Sidney 2000 y Río 2016, y es Medallista mundial y europeo en oro, plata y bronce.