Realidad monolítica

VALÈNCIA. En la realidad monolítica de Meriton se estrellan todos los profesionales. El último, pese a su entusiasmo, es Gennaro Gattuso, que empieza a chisporrotear. El calabrés quiere enraizar en Mestalla, pero su paciencia como empleado de Singapur está empezando a resquebrajarse. Por el momento, un tipo volcánico como él, emite señales tan ligeras como las de una baliza marítima, pero el cansancio de chocar con el monolito de Singapur comienza a percibirse.

Sus primeras protestas las interpreté como fruto de sus problemas con el castellano, que todavía los tiene, a pesar de tener una segunda vivienda en Marbella desde hace temporadas. El viernes, en la previa del partido ante el Cádiz, percibí hartazgo en el entrenador. "El club sabe lo tiene que hacer, no puedo perder energía en otro tema que no sea entrenar" o "yo le hablo al club de lo que pienso que es bueno. Si luego el club no lo ve así, yo tengo que respetar las decisiones de la entidad. El dinero no es mío", dijo el entrenador respondiendo a diferentes preguntas de mercado. El discurso comienza a parecerse, mejor dicho, es calcado, al de Javi Gracia o Pepe Bordalás, que dijeron lo mismo en contextos similares de mercado.

El técnico empujó al club a decidir que Miguel Ángel Corona ofreciera la rueda de prensa del 20 de octubre para blindarse y evitar responder un puñado de preguntas sobre el proyecto deportivo, una parcela que intuía que no iba a dominar completamente pese a las promesas de Singapur. Tres meses después Corona solo ha comparecido en una entrevista personalizada con el diario Marca, aunque el portavoz Javier Solís comentó en el aeropuerto, a su regreso del segundo viaje a Singapur, que antes de la asamblea de socios iban a hacer una nueva rueda de prensa. "La intención es, antes de la Junta General, poder comentar un poquito más en profundidad", dijo Solís en el aeropuerto de Manises interpelado sobre la posibilidad de fichar en enero. 

No hubo ninguna rueda de prensa. Habló Layhoon tras la junta y poco más. Corona guarda silencio. El tiempo ha pasado y el único que habla semanalmente vuelve a ser el entrenador, que se desgasta, primero, chocando con las negativas de la propiedad y, luego, con el pelotón de periodistas en Paterna. 

Y pasa que su discurso es diferente al de Corona. Y que cuando el director técnico habla de plantilla compensada en todas las líneas, dice que, por supuesto, se estará atento al mercado, y que se firmará solo si hay alguna oportunidad, el preparador calabrés pide dos jugadores. 

Gattuso, un entrenador bendecido por Peter Lim, entra en el bucle meritoniano de entrenadores desamparados. Singapur tiene que rescatarlo porque, aunque más prudente que Marcelino o Bordalás, 'Rino'  ya está rellenando la hoja de reclamaciones.