VALÈNCIA. No voy a perder el tiempo en la agenda que marcan a 350 kilómetros de distancia cada vez que viene su equipo a Mestalla. No pienso perderme en si son galgos o podencos con aspectos como el arbitraje o el racismo de quita y pon. La cabalgata del ninot pasó el sábado por Mestalla y ya se fueron. A otra cosa.
Para quien suscribe estas líneas el sábado ocurrieron dos cosas en las que detenerme. La primera es la desgraciada y gravísima lesión de Diakhaby. Enviarle toda la fuerza al jugador y cruzar los dedos hasta que duelan deseándole la mejor de las suertes porque fortaleza y fortuna van a hacerle mucha falta.
La segunda (y por ahí el título de esta opinion) es el rotundo exitazo de la manifestación del sábado convocada por LibertadVCF. Reunir a 20.000 personas en la calle el sábado no era tarea fácil, y el valencianismo volvió a responder de manera rotunda.
Pese a que desde el club hubo órdenes claras de tergiversar cifras o de hacer luz de gas a la protesta, se quedaron con las ganas porque la convocatoria fue la más multitudinaria de las seis manifestaciones que ha habido hasta la fecha. El pago para quienes cumplan con el club, ya lo saben todos ustedes. La semana pasada volvimos a tener una buena muestra de qué ocurre con los periodistas que son incómodos para el club. La Stasi de Murthy cambió algunas caras, pero no los maneras, los modos y la inquina (lo gozan, oiga).
Aún así nada puede cambiar que unidos por el mismo corazón, por la misma voluntad de echar del club de sus amores al propietario y a sus colaboracionistas a sueldo, 20.000 almas salieran a la calle para poner en solfa ese reproche de la contrainteligencia singapurense de que "protestar no sirve de nada". Visto cómo les dolió, servir sí que sirve.
Mientras la calle se mueva, el Valencia CF de verdad (no el de Meriton) seguirá vivo y contestatario, y eso al amado líder y a sus ejecutores a sueldo, les irrita. 20.000 personas en la calle es un número más que suficiente como para que en determinados círculos políticos se planteen algunas cosas, por eso había interés en desvirtuar las cifras de asistencia.
Esas 20.000 personas son cada una gol marcado por el valencianismo. Esas 20.000 personas son 20.000 motivos de la incuestionable relevancia del acontecimiento como hecho noticiable, el motor para saber qué debes contar tenga el precio que tenga. Esos 20.0000 valencianistas son la viva expresión de lo que piensa realmente la calle de la gestión de su club del alma. Esos 20.000 murciélagos son un serio aviso para la clase política (los que estuvieron, los que están y los que puedan estar en un futuro) de con Lim uno no ha de sentarse uno ni a tomar café.
Por eso prefiero olvidarme del árbitro y de rancio-show del racismo a la carta. Porque son minúsculos comparados con lo que ocurrió en la misma ciudad varias horas antes.
PD: los futbolistas del equipo señor destrozaron tras el partido una parte de las instalaciones del estadio de Mestalla ¿Ha salido alguien del club a condenar dicho comportamiento, o con quedar bien ante los mandamases de LaLiga y censurar la entrada de carteles amarillos ya tuvieron suficiente faena? ¿Hasta que punto se puede maltratar el estadio por parte de los jugadores visitantes sin que en el club reaccionen?