VALÈNCIA. Michy Batshuayi tiende la mano. En concreto se la tiende a Marcelino, que no ha dejado de darle cachetadas desde que lo sustituyó al descanso en el partido ante el Athletic Club de Bilbao el sábado 27 de octubre. La última bofetada se la llevó el viernes cuando el técnico prescindió del belga para la finalísima de Getafe. La respuesta del jugador, positiva, ha llegado a través de las redes sociales.
Marcelino tiene previsto volver a hablar con el jugador cuando este regrese de la concentración con la selección de Bélgica. El técnico espera otro talante en el campo y una respuesta inmediata en su juego. El riesgo en el pulso que ha lanzado Marcelino contra Batshuayi, que le cuesta al club seis millones de euros netos aproximadamente, es que el futbolista se desenchufe definitivamente y pierda un delantero para el resto de temporada.
Batshuayi acudió a las redes sociales para dejar patente que está comprometido, a su manera. En una tarde de Instagram y de frenesí tuitero, el internacional belga compartió un fotografía en ambas plataformas viendo el partido a través de un portátil. En la imagen se ve a Batshuayi con una gorra roja y ¿gafas de sol? pendiente de la pantalla.
Luego colgó un par de tuits anunciando que, pese a su exclusión de la lista de convocados, estaba atento toda la tarde al desarrollo del partido que sus compañeros estaban disputando en el Coliseum azulón. Batshuayi, finalmente, celebró en Twitter la victoria de su equipo.
Batshuayi echó mano de las redes sociales, que tanto le gusta frecuentar para interactuar con sus seguidores, para evidenciar que su compromiso con el equipo es total y destacar que quiere sumar dentro del grupo pese a que no acaba de responder a lo que le pide Marcelino sobre el juego solidario y colectivo, que todavía no desempeña. El jugador tiende puentes para que Marcelino vuelva a contar con él tras el parón internacional.
VIERNES DE CONFUSIÓN.- El viernes por la mañana Michy Batshuayi se enfrentó a una serie de sensaciones contradictorias que lo dejaron confuso. Primero, minutos antes de saltar a entrenarse con el resto de sus compañeros conoció que su nombre estaba incluido en la lista de convocados para los dos próximos partidos que disputará la selección de su país, Bélgica, ante Islandia y Suiza durante el parón de selecciones de estas dos semanas.
Luego, le llegó otro 'palito' cuando trascendió que Marcelino lo dejó fuera de la expedición para viajar a Getafe, descontento con su rendimiento y explicando que tenía "que rendir más". "Michy, como cualquier jugador de la plantilla y el cuerpo técnico, siempre tiene que tener la perspectiva de rendir mejor. Si ahora juega Santi Mina es porque el cuerpo técnico, intentando ser justo, entiende que hay un jugador mejor y que su influencia en el equipo es mayor que la de otro jugador que ahora no juega", dijo Marcelino.
En ese momento, el técnico todavía no había dado a conocer la lista de convocados para Getafe por lo que la pregunta sobre la exclusión del belga quedó pospuesta para el sábado a partir de las 18 horas. El técnico negó que use las ruedas de prensa para mandar mensajes a sus jugadores rebeldes: "No estoy descontento. Siempre soy positivo, intento ayudar, transmitir, pero también exigir. Es muy difícil, pero lo que siempre intento es ser justo. En mi situación tengo que tomar decisiones y elegir 18 y luego 11. Tengo que intentar ser coherente, analítico y justo. No es un recado. No utilizo a la prensa para decir nada"
LOS MENSAJES DE MARCELINO.- Pese a su negativa, la realidad indica que en sus dos últimas ruedas de prensa el técnico se ha referido a Batshuayi, directa o indirectamente. El miércoles aprovechó su argumentación sobre la aportación de Santi Mina ante el Young Boys para enviarle una andanada verbal a Batshuayi: "Desde que llegó en Copa, metió dos goles, trabajó y se esforzó. Juega para el equipo no para él, que también creo que es muy importante, y mientras siga así con ese trabajo intentaremos ser justos y colocarlo en el once". El mensaje entre líneas al internacional belga, parece evidente. Fue el segundo que le envío el entrenador esa noche. El primero fue no darle ni siquiera la posibilidad de calentar en la banda y dejarlo en el banquillo.
El viernes explicó que "tenía que rendir más" minutos antes de que se publicase la convocatoria que reflejada la baja del belga, y el sábado tras el partido negó que utilizase la prensa para enviarle recados y que en las citaciones solo intenta "ser justo".
EL COSTE DE LA CESIÓN Y LA FICHA.- Si la situación del belga no se soluciona el Valencia tendrá un problema. El club paga este ejercicio tres millones de euros por la cesión desde el Chelsea y alrededor de tres millones limpios más de sueldo para el jugador. La opción de compra está fijada en 50 millones pero el club, en su situación económica, no está capacitado para hacer frente a una inversión de esas características sin que, primero, el jugador rinda a un nivel convincente y, después, salgan otros jugadores desde el vestuario para dejar dinero con el que afrontar una operación de esa envergadura. La compra de Batshuayi no parece viable. Pero si la situación se enquista el Valencia perderá dinero en esta cesión y restará un atacante en una temporada muy cargada de partidos.
Cuando el jugador vuelva de participar con Bélgica y se reincorpore a los entrenamientos, Marcelino volverá a dialogar con él para que entienda que debe participar más y mejor como una pieza más en el engranaje del equipo. El belga está dispuesto a escuchar de nuevo a su entrenador. De momento, a su estilo, ya ha dejado caer que está comprometido.