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Berni Álvarez recuerda “los mejores años de su vida deportiva” en ADN Taronja

2/05/2020 - 

VALÈNCIA. En la segunda entrega de ‘ADN Taronja’, el eterno capitán Víctor Luengo rememora sus recuerdos con un exjugador del Valencia Basket al que conoce muy bien, ya que compartió vestuario con Berni Álvarez durante las seis temporadas que el alero tarraconense defendió nuestra camiseta. De hecho, Víctor y Berni fueron compañeros de habitación en la Liga de Verano en la que se fraguó su contratación con Valencia Basket desde el CB Tarragona: “Habiendo jugado contra Gandía, que era vinculado del Valencia Basket, Fernando Jiménez, que en aquel momento era el entrenador de Gandía y luego fue segundo entrenador, me dijo que me invitaría para ir a una Liga de Verano. También me llamó el Magia Huesca y yo había quedado en ir a la primera Liga de Verano con Valencia en Alcoy y luego iría a la de Fuenlabrada con Huesca. Pero ya al acabar la primera, Fernando me dijo que quería que estuviera para el año siguiente, Miki también. Y tras una semana entrenando, el grupo me pareció perfecto, estaba cerca de casa y estaba animado”.

Berni llegó a un Club que acababa de descender “pero con la ilusión de ascender con un grupo joven lleno de energía positiva, lo que fue algo arriesgado pero también chulo de vivir”. Una de las claves de aquella temporada fue la llegada al Club de Miki Vukovic, que como desvela Berni “todos teníamos la sensación de que con él podíamos aprender mucho. Pensando en baloncesto pero luego nos enseñó mucho fuera de la pista también, sobre todo en lo referente a tratar de vivir como profesionales porque éramos un grupo de chavales jóvenes que teníamos el baloncesto como un hobby, no como algo en lo que pudiéramos ser profesionales”

Tras el ascenso, Berni recuerda que “hicimos que el salto a ACB no fuera tan grande porque la inconsciencia y la confianza que teníamos en nosotros mismos no decía vamos a jugar contra estos y por qué no les podemos ganar”. Una confianza que alcanzó el culmen en la temporada 1997-98 con el título de la Copa del Rey. Más de dos décadas después, Luengo y Berni desvelan la particular forma en la que se prepararon para el partido decisivo ante el Joventut: “Ese tipo de insconciencia en torneos como este que hay muchos nervios te viene muy bien. Hasta el punto que la noche antes de la final estábamos todos jugando a la Play Station en una habitación en lugar de estar durmiendo. Era una tradición hacerlo así para afrontar los partidos y porqué lo íbamos a cambiar. Era una final de Copa, tampoco era para tanto (ríe)”.

Berni recuerda con cariño la primera experiencia europea del Valencia Basket, en la que se alcanzó la final de la Saporta Cup: “Salíamos con la ilusión de que íbamos a ver cosas, íbamos con un fuet, un cuchillo y la Nintendo en la mochila. Cosas impensables ahora. Eso nos daba un plus de energía y pasó un poco lo mismo que en la Copa, llegar a una final la primera vez que juegas una competición. En la final contra la Benetton fue el único momento de esos tres años que llevábamos juntos que tuvimos un pelín de nervios al principio y eso nos costó el partido. Vinieron 9.000 personas de Valencia, era una barbaridad todo lo que arrastramos. Y cuando nos los creímos y volvimos a ser la banda que éramos, tuvimos el partido ahí. Fue una lástima”.

Miki Vukovic le encargaba a Berni que se encargara de “cuidar” de los jugadores americanos y eso fue fruto de incansables anécdotas. Algunas incluso de “miedo” como la noche en la que no podía dejar de ganar a Tanoka Beard en el NBA Live: “Hicimos un draft y él hizo un equipo de matadores y yo de tiradores más Tim Duncan. Yo era muy malo jugando, pero le pegué una paliza en el primer y en el segundo partido. Tanoka se puso nervioso, se quitó la camiseta y yo con un poco de miedo ya. Yo le decía de irnos a dormir porque a la mañana siguiente teníamos entrenamiento pero repetía que jugáramos otro partido. Le gané el tercero y aunque insistí en dejarlo porque era tarde, seguía queriendo jugar otro partido. Ahí empecé a tirar a fallar, si apretabas un poco más el botón salía el tiro mal. O al menos eso pasaba normalmente. Y empezamos el cuarto partido yo con la intención de dejarme perder y tras los primeros diez minutos le ganaba de 30, porque tirando mal las metía todas sin querer. Tanoka cogió la Play Station, la destrozó contra la pared, reventó una silla y me dijo: A dormir. Apagó la luz y me pegó una bronca. Por dentro me moría de la risa y estaba esperando al día siguiente para contarlo”.

Tras seis temporadas, llegó el momento de un adiós que Berni recuerda que fue una solución adecuada para las dos partes: “Tras la salida de Miki, el primer año con Luis Casimiro fue probablemente el mejor a nivel de números de los que tuve en Valencia pero tenía la sensación de que el ciclo estaba llegando al final, la cosa estaba cambiando, necesitaba ese puntito de ilusión otra vez y no estaba seguro que si lo iba a conseguir en el mismo sitio tras tanto tiempo. Yo tenía dos años más de contrato pero me llegó la oferta del Caprabo Lleida, que era un proyecto que me recordaba a cuándo fue a Valencia por primera vez y me decidí. Fue duro despedirme de amigos, de una ciudad en la que he tenido mis mejores recuerdos a nivel deportivo pero las dos partes teníamos la sensación de que el final de ciclo había llegado. Sin rencor, las dos partes estuvimos bien y creo que estuvo bien para los dos, lo dejamos en un buen momento. Y me quedé con que los seis años de Valencia han sido los mejores de mi vida a nivel deportivo. Valencia, tanto el Club como la ciudad y su gente, me han dado mucho más de lo que yo les pude dar en la pista”.

Preguntado por su opinión sobre el momento actual del Club, Berni Álvarez desde fuera ve al Valencia Basket y L’Alqueria del Basket “con un punto de envidia por la capacidad que ha tenido el Club de crecer desde hace ya muchos años y luego ha seguido pensando en cómo seguir creciendo, que no es fácil. Mantenerse y seguir pensando en subir escalones es muy complicado. Y la estructura que ha conseguido tener con el proyecto de L’Alqueria y ahora con el Arena es dar una proyección brutal al Club. Y viendo la cantidad de gente que hay, que trabaja muchísimo”.

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