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VALENCIA BASKET 

La Euroliga esperará a la Fonteta

13/04/2019 - 

VALÈNCIA. No fue el resultado esperado. El tremendo despliegue del Valencia Basket a Berlín puso de relieve la ilusión que club y aficionados habían puesto en la posibilidad de alzar el título de la Eurocup en la capital alemana. Desde las 6.30 de la mañana en el aeropuerto de Valencia hasta que regresaron en el mismo punto a las 5 de la mañana el día siguiente en el mismo lugar, los 1000 seguidores taronja habían soñado con no volverse con las manos vacías. La moneda esta vez salió cruz.

Aíto García Reneses preparó la tormenta perfecta. Su equipo no iba a cometer los mismos errores que le llevaron a caer en la Fonteta. Desde que se echó el balón al aire, sus jugadores echaron el cerrojo a la pintura y tiraron la llave. Obligaron al conjunto taronja a tirar de tres y se adueñaron del rebote para hacer lo que mejor saben hacer: correr. En ataque usaron a sus armas más letales: Siva (14p), Hermannsson (14p), Giedraitis (17p) y Sikma (15p).

En un principio no le salió todo al técnico del Alba Berlín como esperaba. El equipo de Jaume Ponsarnau ya había previsto esta defensa de los alemanes después de que Will Thomas les rompiera por completo los esquemas neutralizando a Sikma en la pintura en el primer partido. Durante buena parte de los primeros 20 minutos de partido, Valencia Basket solo había anotado una canasta en juego de dos. Y pese a todo, el acierto perimetral les mantuvo vivos.

Los principales problemas de los valencianos no estaban en la efectividad, sino en la intolerable cantidad de pérdidas. 19 balones perdidos frente a los 8 de los locales. Un factor diferencial. Aquí Valencia Basket pecó de impaciencia y dejó que los nervios les jugaran una mala pasada. La presión de verse necesitados de conseguir el título cuanto antes, con los fantasmas de la final de Unicaja siempre presentes, pudieron haber pasado factura. Demasiada precipitación.

Y pese a todo, Valencia Basket seguía en partido gracias a cuatro hombres. Van Rossom completó una de sus mayores exhibiciones ofensivas con 22 puntos, especialmente desde más allá del arco (6/8 en triples), y fue un valor seguro con 37 minutos jugados. San Emeterio apareció siempre que se le necesitaba. El cántabro anotó 16 puntos y fue a la línea de tiros libres hasta en seis ocasiones. Con solo dos fallos en doce lanzamientos, el alero erró uno que podría haber supuesto la victoria. Bojan Dubljevic comió por dos. Mike Tobey se cargó extremadamente pronto de faltas y fue expulsado en el tercer cuarto. Aunque el montenegrino no tuvo su mejor día, anotó 9 puntos y recibió 9 faltas. Totalmente asfixiado. Por su parte, Will Thomas encontró oxígeno en el último cuarto cerca del aro y, tras una discreta primera parte, acabó el partido con 15 puntos, 4 rebotes y 5 asistencias.

Lo cierto es que Ponsarnau perdió el pulso de pizarras. Jugadas tales como una defensa en la que Siva anotó canasta fácil y, posteriormente, Valencia Basket no consiguió generar nada en 2.2 segundos, forzando el Alba de Berlín la prórroga; o la última posesión del conjunto taronja que acabó con el balón en las manos de Matt ante la defensa de Sikma, que habría provocado una segunda prórroga de anotar de tres, pero se lanzó una auténtica piedra. Dos acciones que decidieron el partido y en las que Aíto salió victorioso.

Aunque las sensaciones tanto de los jugadores en vestuarios y de la afición en el regreso a Valencia eran de decepción, de haber dejado escapar algo, lo cierto es que todavía no se ha perdido nada. Esa sensación de impotencia es fruto de una plantilla comprometida y ambiciosa que es consciente de lo que se espera de ellos, no de un grupo que se haya dado por vencido. La Fonteta dictará sentencia y el billete para la Euroliga espera allí el próximo lunes. Sin duda, el título tendrá un sabor mucho más dulce con la familia taronja al completo.  

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