Así juegan los equipos de Gattuso

VALÈNCIA. Poco tiene que ver el Gennaro Gattuso futbolista con el Gennaro Gattuso entrenador. El carácter y la personalidad siguen intactos, pero el nuevo
entrenador del Valencia CF practica un fútbol de posesión concebido a
partir de una limpia salida de balón desde atrás, algo que curiosamente
contrasta mucho con el perfil de centrocampista que hizo historia en el
Milán y la selección italiana.

Su estreno en los banquillos fue en el Sion de la Superliga suiza, el club
donde se retiró como futbolista. Después, acumuló experiencias en los
banquillos de Palermo, Creta y Pisa hasta que en 2017 llegó la llamada del
Milán, que apostó por Rino para dirigir al equipo Primavera (como se les
llama en Italia a los conjuntos filiales). Cuando solo llevaba 12 partidos
en el cargo, la dirección deportiva destituyó a un Vincenzo Montella
(actual técnico del Adana Demirspor turco) que venía de dirigir al primer
equipo durante casi año y medio. Gattuso fue el elegido para sustituirle y
llevó al equipo a una final de Coppa Italia en la que cedió frente a la
Juventus, mientras que en liga finalizó sexto la primera temporada y quinto
la segunda, sin poder alcanzar el objetivo de devolver al mítico club
lombardo a la Liga de Campeones.

Ese fue el factor clave que alejó a Gattuso de San Siro. Lo primordial para
aquel Milán era volver a la élite europea y el técnico fracasó en sus
intentos. Sin embargo, no tardaría en llegarle una nueva oportunidad en un
banquillo de renombre. En diciembre de 2019, el Nápoles destituía a Carlo
Ancelotti (actual técnico del Real Madrid) y el de Cosenza aceptó el reto.
Los inicios fueron complicados, pero al tiempo dio con la tecla que hizo
funcionar al equipo e incluso levantó un título de Copa. A pesar de ello,
fracasó de nuevo en el objetivo de meter a su equipo en la máxima
competición continental.

El nuevo entrenador valencianista es un técnico que, a tenor de lo visto en
su trayectoria reciente, apuesta por la posesión de balón como principal
argumento. Con un sistema 4-3-3 que pasa a ser un 4-1-4-1 sin balón, la
figura de un seis por delante de los centrales es clave en los esquemas del
italiano. Tanto su Milán como su Nápoles presentaban una salida de balón
muy aseada desde atrás, implicando incluso al guardameta. Cuando recibían
tanto los centrales como los laterales había dos o tres líneas de pase
abiertas en todo momento, y el jugador situado por delante de la defensa,
ese seis que tanto se ha echado en falta en Valencia esta temporada, tenía
la responsabilidad de canalizar rápidamente el juego hacia los costados en
uno o dos toques. Y es que el que fuera campeón del mundo con Italia en
2006 es muy partidario de llevar el balón lejos del carril central en campo
propio.

Cuando el juego va hacia los laterales, algo muy habitual para eludir
posiciones centrales donde las pérdidas entrañan mayor riesgo, tanto el
interior de ese lado como el extremo y el mediocentro defensivo acuden a
ofrecer alternativas en el pase, mientras que el lateral y el extremo del
lado contrario se alejan para posibilitar un cambio de orientación y
descongestionar. Todo ello lo trabaja Gattuso con el objetivo de encontrar
espacios entre las líneas del rival y a la espalda de la línea de presión,
un escenario ideal para combinar con el punta y poder llegar con peligro,
sobre todo frente a equipos que se lanzan a presionar arriba. En cambio,
las dificultades surgen cuando el rival se cierra, espera en bloque
medio-bajo y junta mucho sus líneas.

De este modo, el juego combinativo es esencial para los equipos de Rino, no
solo en campo propio sino en cerca de la portería contraria. Los laterales
y extremos dan profundidad y amplitud, mientras que el mencionado seis, que
tiene un papel capital en la filosofía del italiano, debe extremar
vigilancias e incluso actuar como tercer central cuando el equipo está en
fase ofensiva. Al acumular jugadores alrededor del balón en campo contrario
para ofrecer líneas de pase, el riesgo de peligro tras pérdida es menor.

Generalmente, en fase defensiva Gattuso opta más por el repliegue que por
una presión adelantada. El vuelo de los laterales obliga a la figura del
seis no solo a combinar rápido, sino también a vigilar coberturas y apoyar
a los centrales para que el equipo no quede excesivamente expuesto en caso
de pérdida.

Solo el tiempo dirá si estas ideas que ha implantado Gattuso en sus etapas
recientes tendrán continuidad en Valencia, con una plantilla que
necesitaría varios cambios para poner en práctica dichos fundamentos, o si
por el contrario el técnico italiano instaurará otros automatismos y
practicará un fútbol más directo y pragmático.