De la Ley Bosman... a la Ley Vinicius

VALÈNCIA. De la Ley Bosman... a la Ley Vinicius. La resolución de ayer del Comité de Competición supone un hecho tan histórico como preocupante. Con ello, no quiero culpa a Jean-Marc Bosman, un futbolista belga, que demandó libertad de acción a su club al finalizar su contrato, forzando a la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol a cambiar varias de sus normas, pero sí que cambió la forma de ver el fútbol. Lamentablemente, la anulación de la expulsión de Vinicius puede tener una consecuencia devastadora en el prisma negativo. 

En primer lugar, estoy convencido que esta noche no va a haber ningún insulto -racista o no- en el partido entre Real Madrid y Rayo Vallecano. Seguro que va a estar perseguido al instante, ocupando todos los espacios y dando continuidad al fuego que se ha prendido en los últimos días por la camiseta que viste Vinicius. 

Antes de gilipolleces, Vinicius fue víctima de un insulto racista y es víctima de ello. Claro que sí. Me parece bien que señale y ayude a erradicar este problema que sigue azotando a la sociedad. Eso sí, que del insulto de unos pocos se haya generalizado a todo un país como racista es una cosa de locos. El hecho es muy grave. Pero al final las fronteras no tienen límites. Se han traspasado todos los niveles. Primer capítulo.

Llega Carletto Ancelotti y su rectificación. Tarde, tímido y mal. Después de acusar a 46.000 personas cantando 'mono, mono, mono", se pega una disculpa a medias tinta. Pido perdón, pero con suficiencia y minorizando meter en el mismo saco por un hecho que mi club y presidente está condenando a nivel mundial. Al menos frenaste el coche porque ibas directo a estamparte en boxes. Si por el hecho de unos pocos calificamos a toda una afición... no sale un club vivo del juicio, fenómeno. Incluyo al Real Madrid, Carletto. Y repito, seguro que esta noche no se va a oír ningún insulto (racista o no) en el Santiago Bernabéu.

Pero bueno, después de todo... ¿qué tenemos? Carta blanca para Vinicius Jr. Más allá de vivir un episodio terrible e inaceptable, Mestalla ha sido castigado con una sanción ejemplar. Cinco partidos de cierre de la grada de animación y 45.000 euros de multa. Pero... ¿qué significa quitar la roja a Vinicius por agresión? Pues un precedente muy peligroso. Ignorar la violencia como último medio para conseguir la justicia. 

Entonces... ¿Adelantamos la agresión como última herramienta? Si hoy Raúl De Tomás -por ejemplo- recibe el insulto de un jugador del Real Madrid y decide quitárselo de encima... ¿será perdonado? Es de risa.

¿Conclusión?, pues la terrible indefensión que sentirá ahora cualquier club al enfrentarse contra el Real Madrid y que en lugar de estar tranquilos porque hay garantes como LaLiga, Federación o Comités, van a jugar con el temor de saber que no le pueden plantar cara al poderoso porque los que deberían ser garantes de la justicia en la competición son los más sospechosos de parcialidad. Gayà 4 partidos, Ancelotti 0 partidos, Canales 4 partidos, Vinicius 0 partidos y sigue...