Gabriel se busca un fisio ante la desconfianza en los profesionales del club

VALÈNCIA. "Puedes estar seguro de que volveré. Cirugía, un carajo", con este contundente mensaje se expresaba Gabriel Paulista en su Instagram para dejar bien a las claras que no se plantea de ninguna manera pasar por la mesa de operaciones.

El cariz de los acontecimientos tras la segunda recaída del hispano brasileño abre una fractura en la confianza entre el futbolista (y parte del vestuario) con los doctores y fisios de la entidad valencianista.

Ya tras la primera recaída Gabriel buscó en su país otra opinión (situación a la cual también recurrió Dimitri Foulquier en su proceso de rehabilitación) y comenzó desde cero con los recuperadores del club. Sin embargo, tras hacer ejercicios con balón en algunos entrenamientos, el futbolista vuelve a recaer. Pese a querer presentarlo desde el club como una simple ralentización en el proceso de recuperación del futbolista, la realidad es que el jugador volvió de nuevo al kilómetro cero de su dolencia. 

El tratamiento conservador con factores PRP de crecimiento no ha dado el resultado esperado tras más de dos meses de cuidados, lo cuál ha llevado al jugador a acumular un tremendo disgusto con los servicios médicos del club que dirige Pedro López Mateu.

Dada la falta de progresos en la lesión del jugador, hay casi una total unanimidad en los servicios médicos del club en que la mejor opción sería la de que el futbolista pasara por el quirófano. Sin embargo, dicha solución significaría para el futbolista decir adiós al resto de la temporada, así que el central se niega en redondo a ello.

Para seguir con su recuperación eludiendo el quirófano, Gabriel se ha puesto en manos de un fisio de su confianza que es compatriota suyo; se trata de Michel Aguiar que desempeña su labor en el Esporte Clube Vitoria.  Él es quien le marca la pauta al jugador mientras se supervisa en Paterna.

El futbolista continúa convencido de que eludirá el quirófano mientras en el club se desconfía de este modus operandi al que se le da un mínimo resquicio de viabilidad debido a la descomunal capacidad física de Gabriel. Aún así, en el club se sigue pensando que lo mejor sería operar. El tiempo sigue corriendo.