VALÈNCIA. Pocos entrenadores habrá en el mundo del fútbol con uno de los hitos que alumbran la carrera de Juan Carlos Garrido Fernández (Valencia, 29/03/1969). El entrenador valenciano, de 55 años, ha disputado la Champions, la máxima competición de clubes, en tres continentes diferentes: Europa, Africa y Asia. "He jugado la Champions en tres continentes: en Europa con el Villarreal CF, en Asia con Al-Ain FC y en África con Al-Ahly del Cairo, el Wydad AC de Casablanca y el Étoile Sportive du Sahe de Susa en Túnez", cuenta con orgullo en conversación con Plaza Deportiva.
Respetado y valorado en el fútbol africano y el asiático, concretamente en el fútbol árabe, Garrido, que ha ganado, además, dos Copas Confederación, el equivalente en África a la Europa League, ha propulsado al USM Alger, su actual equipo, hacia las semifinales de este torneo, camino de ganarlo por tercera ocasión y añadirlo a su hoja de servicios como entrenador.
La victoria en cuartos de final ante el Rivers United FC de Nigeria no fue fácil, porque a las dificultades del partido y la eliminatoria el USMA tenía que sumar el momento físico de sus jugadores en el tramo final del periodo del Ramadán. "La ida la jugamos en Nigeria a 40 grados y a las dos del mediodía. Mis jugadores compitieron sin alimentarse, sin comer ni beber nada, porque no podían hacerlo hasta las siete de la tarde. Perdimos 1-0, pero en la vuelta vencimos 2-0 y nos clasificamos", relata Garrido, precisamente durante la jornada festiva del miércoles 10 de abril mientras el mundo árabe celebra la fiesta del fin del ayuno, el Eid al-Fitr, tras el Ramadán.
- El fútbol ha llevado a Juan Carlos Garrido hasta Argelia, de nuevo en África, un continente que lo ha acogido bien, donde es un entrenador muy cotizado.
- Así es. Estoy entrenando al Union Sportive de la Médina d'Alger, más conocido como USM Alger o USM Argel. Es un club de fútbol de Argelia, de la ciudad de Argel, la capital. Fue fundado en el año 1937 y actualmente juega en el Campeonato Nacional de Primera División de Argelia.
- Llegó con la competición iniciada a un histórico de Argelia que acababa de campeonar.
- Llegué a Argelia a mitad de octubre, ya con la liga empezada. Se pusieron en contacto conmigo y acepté venir a entrenar en el USM Alger, conocido como USMA a nivel popular. Es un equipo grande en el país, con tradición de club importante, actual campeón, por ejemplo, de la Supercopa de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), que conquistó después de proclamarse campeón de la Copa Confederación de la CAF la temporada pasada.
- ¿La Copa Confederación es el equivalente a la Europa League en África?
- La Copa Confederación de la CAF es el segundo torneo más importante del continente africano, similar, sí, a lo que sería la Europa League en Europa. Y la Supercopa de la CAF es una competición africana que consta de un partido entre el campeón de la Liga de Campeones de la CAF y el de la Copa Confederación de la CAF.
- El club es el actual campeón de la competición y este curso puede revalidar título con un técnico que conoce bien ese torneo como tú
- Estamos en semifinales de la Copa Confederación. Esta semana ganamos al Rivers United FC de Nigeria por 2-0 y clasificamos. Las semis las jugaremos dentro de una semana. El USMA es de los históricos de Argelia y ello conlleva mucha presión y mucha exigencia porque necesita ganar, pero porque está acostumbrado a ganar. Estamos cuartos en la liga, en primera división, pero estamos entre los más fuertes del continente africano en el tramo final de la temporada, ya que somos el único equipo de Argelia que juega todavía en tres competiciones: liga, Copa y Copa Confederación. Además de jugar semis de CAF, el viernes jugaremos los cuartos de final de la Copa de Argelia con opciones de pelear también por el título.
- No hay apenas tiempo para entrenar con este calendario
- Jugamos cada tres o cuatro días. No hay tiempo para entrenar fuerte. Se trata de recuperar, activar y de jugar. Ese es el día a día. Además de que la temporada está muy avanzada y las cargas de trabajo ya no son las mismas.
- ¿El Ramadán les ha afectado a nivel competitivo en la Copa Confederación?
- Hoy no entrenamos porque es la fiesta del final del Ramadán en el mundo árabe. A nivel local no afecta porque todos estamos en las mismas condiciones. En la plantilla tenemos un camerunés que no es árabe, pero la plantilla es musulmana y respeta la tradición, por supuesto. En cambio, en los cuartos de final de la CAF venimos de jugar contra el Rivers United de Nigeria. Ellos no son musulmanes y ha sido un hándicap, claro. La ida la jugamos en Nigeria a 40 grados y a las dos de la tarde. Mis jugadores compitieron sin alimentarse, sin comer ni beber nada. Perdimos por 1-0, pero en la vuelta vencimos 2-0 y nos clasificamos.
¿En la liga, el Ramadán afectará a los horarios de entrenamiento y partidos?
Claro, la competición nacional la jugamos todos en las mismas competiciones, pero los partidos se disputan a las 22 horas. De esta manera da tiempo a que los jugadores puedan alimentarse a las 19 horas y jugar tres horas después. Los entrenamientos también pasan en este periodo de las 10 de la mañana a las 22 horas de la noche porque ellos empiezan a comer a las siete con la puesta de sol.
Volvamos a la CAF. Va a pelear por llegar a jugar una final de un torneo que ya ha ganado.
Sí, he ganado dos veces la CAF. La primera en la 2017/18 con el Raja Club Athletic en Marruecos y la segunda en la 2013/14 con El Ahly Cairo en Egipto.
¿Pero ha ganado más títulos en África?
Sí. En la 2014/15 ganamos la Supercopa de Egipto con El Ahly Cairo y en la 2016/17 la Copa de Marruecos con el Raja Club Athletic.
En Europa también ha pisado Liga de Campeones y Europa League.
Voy a jugar semis de CAF por tercera vez en mi carrera. Jugué las semis de la Europa League en Europa. He jugado la Champions en tres continentes: en Europa con el Villarreal CF, en Asia con Al-Ain FC y en África con Al-Ahly del Cairo, el Wydad AC de Casablanca y el Étoile Sportive du Sahe de Susa en Túnez. La última vez que el Villarreal clasificó, vía liga, para la Liga de Campeones fue conmigo en el banquillo en 2010 hace 14 años. Con Unai la jugó, cierto, pero fue por ganar la Europa League del año anterior, no por clasificación a través de la liga.
Por todas estas razones Juan Carlos Garrido es un técnico de los más cotizados en el continente africano y en el asiático.
Estoy en la rueda del fútbol africano/árabe que es el fuerte. Hay un grupo de entrenadores extranjeros solicitados y tengo la suerte de ser uno de ellos porque he entrenado en algunos de los mejores equipos de África y a los mejores de los árabes en Asia. Aquí me siento cotizado y reconocido, pero, por supuesto, que estoy abierto a ecuchar otras ofertas bien para volver a España bien para explorar otras ligas.
¿Qué busca en sus proyectos en el fútbol africano y el árabe?
Más que el país, me interesa el hecho de poder, con mis conocimientos, llegar a entrenar en buenos equipos a nivel personal y profesional. En el caso de que tuviese una oferta para entrenar al Valencia, evidentemente eso sería cumplir el sueño de cualquier entrenador que sea valenciano, pero para entrenar en España, Bélgica o Inglaterra me interesa, más que el país en sí, que el club y la ciudad tengan condiciones personales para mí y para mi familia. Entrenar en esas condiciones facilita que puedas hacer tu trabajo y que puedas volver a tener opciones en buenos clubes y en buenas ciudades. Afortunadamente me he adaptado a muchos países y a muchas experiencias.
¿Hasta qué punto es importante el tema de la familia?
El tema de la familia es importante. Tengo dos hijos mayores, uno en Madrid y el otro en Valencia, pero el año que viene el pequeño también se irá a Madrid a estudiar. Luego están mi mujer y mi hija de seis años que ahora no están conmigo porque cuando vine era octubre y eso implicaba muchos cambios de entorno para la niña. Aquí estoy solo, aunque vienen a visitarme de vez en cuando. La edad de los hijos y el momento en que fichas por un club determina qué hacer con la familia. También, claro, el entorno en el que vas a vivir y a entrenar porque es fundamental que mi familia tenga un buen entorno para vivir, crecer, estudiar y desarrollarse.
¿Por qué es tan inestable el banquillo de los clubes africanos?
El fútbol en África es inestable porque los clubes suelen estar inmersos en cambios institucionales que provocan que haya muchos cambios de entrenador. Así es difícil tener periodos largos de estabilidad en un banquillo. Otro factor es que detrás de cada club hay mucha afición y eso provoca la exigencia de ganar porque hay mucha presión de los seguidores. De forma que sólo tienes estabilidad si ganas. La exigencia por ganar es altísima.
¿Pasión en la grada y pasión en el campo?
Los jugadores son competitivos en Argelia. El fútbol lo llevan en la sangre. No es diferente a lo que recuerdo de mi infancia en España: la de jugar en la calle, la de pensar en fútbol... cuando el balón lo tenías constantemente y estabas jugando siempre en la calle. Ese comportamiento existe aquí todavía en los niños. El jugador es competitivo porque desde pequeño ha estado vinculado al balón y siente el fútbol. Lo llevan en la sangre y desde pequeños aprenden lo que es la competitividad. Luego eso lo trasladan a su desarrollo como jugador y no les afecta jugar en campos llenos. El argelino es competitivo y técnico.
¿Tanta calle tienen?
Si a mí me dejaban un balón cuando era pequeño, automáticamente me ponía a regatear. Si se lo daba a mis hijos cuando eran pequeños con mi misma edad, se ponían a pasarla. Antes no había escuelas de fútbol base como hoy en día ni las mismas instalaciones o las mismas condiciones actuales de deporte escolar. Hoy todo es rondo, pase... está organizado, mecanizado. Eso no ha llegado a estos países todavía. No hay tal estructura de fútbol base. Mis hijos a los 14 años ya sabían cuando dormir, cuando descansar, cómo cuidarse... Eso aquí no ha llegado, pero, a cambio, les da otra cosa. Es el fútbol de calle de toda la vida.
Es muy interesante eso que cuentas
Son reflexiones porque me voy haciendo mayor y he visto esa evolución en el fútbol base. Jugué en el Benimar, en el Deportes Arnau, en el colegio. No había tantas escuelas ni tantos cambios como los hay ahora; eso ha transformado al futbolista. Antes había jugadores que se los regateaban a todos. Luego está el cambio en los entrenadores. Recuerdo a Guus Hiddink que trajo a españa una nueva moda de entrenamiento que a día de hoy ya no sorprende. Antes se decía que aquello que hacía Hiddink no era entrenar. Llegaron Cruyff y Leo Beenhakker a España e hicieron lo mismo. Fueron revolucionarios. Luego los españoles hemos desarrollado ese modelo de juego. Yo estuve en Bélgica en Brujas, en mi primera salida como entrenador lejos de España, y se sorprendían, y es curioso porque ellos que estaban más cerca de Holanda no habían seguido ese camino. El español ha desarrollado ese método y ha sido una influencia muy grande en el fútbol. En la misma Holanda, incluso, no lo han desarrollado como nosotros.
Has entrenador en Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Emiratos Árabes y Arabia Saudita, ¿tienen perfiles de jugadores distintos?
En Marruecos, Argelia, Túnez o Egipto el perfil es el que te he explicado. Tienen más sangre, más pasión y son competitivos. En Emiratos y en Arabia son más fríos y no tienen tanta cultura de fútbol como en África, pero son muy técnicos.
¿Cuentas con muchos españoles en tu cuerpo técnico?
Está conmigo Alberto Sánchez, un preparador físico valenciano que estaba en el Torrente, el resto son empleados del club. Buena gente. Somos seis personas en el staff.
¿Qué tal las instalaciones del USM Alger?
Jugamos en el Estadio del 5 de Julio 1962, también conocido como Estadio El Djezair. Es un estadio multiusos de Argel. Su nombre hace referencia al 5 de julio de 1962 día de la Independencia de Argelia. Entrenamos, en cambio, en el Estadio Omar Hammadi con capacidad para 17.000 espectadores y uno de los más antiguos del país. El primero es de hierba natural, pero entrenamos en hierba artificial. Muchos campos son de hierba artificial y se hace difícil en la liga conseguir un buen resultado fuera de casa porque los campos tienen superficies complicadas y eso afecta al jugador cuando va a afrontar un partido en esas circunstancias.