Llega el gran día

VALÈNCIA. Llega el gran día, una final. Casi nada. En 103 años de historia, la novena ocasión de seguir sumando, de acrecentar la leyenda, de demostrar que nuestro equipo es capaz de suspirar cualquier dificultad.

Da igual que el Betis nos lleve 15 puntos en LaLiga. Para eso nos atracan los árbitros 12 puntos. Da igual que el Betis 'manque' pierda, gane. Da lo mismo que tengamos pánico escénico a los colegiados y al temible VAR, que en lugar de ser el que ponga orden, impone un desorden inentendible y que junto al árbitro de turno se convierte ya en el hazme reír de España.

Da lo mismo que da igual, que el Betis tenga superioridad, que juegue en Sevilla y que Triana se aclame al fandango, el flamenco y las boleras. Como si llueve.

El Valencia gana esas finales.  Cuando todo está en contra, cuando el equipo hace mala liga y lo acaban de rematar, cuando las tinieblas del oscuro reinado de Witiza alargan sus temibles tentáculos del pánico y la tragedia.

Ahí, precisamente ahí, aparece nuestro Valencia CF con orgullo, sin miedo, sabiendo lo que es, lo que representa y lo que significa para miles de aficionados y decenas de generaciones inmortales.

El Valencia CF gana esas finales. Cuando no es favorito, cuando sus jugadores (jovencitos) aprenden lo que es el aliento desgarrador de su afición. Bufandas al viento... Contra viento y marea.

Fijaros amigos lectores . Éramos favoritos en dos finales de Champions y perdimos las 2, sin embargo no éramos favoritos en la final del 2008-09 en el Calderón contra el Getafe. Un equipo que decían iba a descender. Un equipo dividido, con jugadores díscolos empeñados en descender a Segunda, vanidosos algunos, engreídos otros y un Getafe pletórico, avasallador. Y allí fuimos. Koeman y su banda desorganizada. Llegó el partido y nuestro Valencia arrasó en una memorable noche. Somos así. Después ni lo celebramos, también somos así.

En Sevilla no éramos favoritos. Delante el temible Messi y la escuadra del Barça ¡Que miedo! Y volvió a emerger un gran Valencia que no le metió 4 goles porque Guedes lo vio tan fácil que se asustó. Imborrable en el cerebro la legendaria carrera de Soler, ganando la lucha velocista a Jordi Alba, su centro para que "Bambi" oliera sangre y fulminara el balón de la gloria en la red enemiga.

Somos así. Y así de grandes, históricos, leyenda de padres a hijos. No somos favoritos ¡Mejor! La ganamos. La 'xeperudeta' tiene esas cosas que no entendemos pero nos manda Señales ¡Fe! No dice, fe, y esa fe nos llevará a la victoria y dicha gesta. Nos guiará a entrar en Europa y por supuesto a exigir a Lim un equipo relevante la próxima temporada. Si para ello hacía falta un milagro se conseguirá. 

Disfrutad afición de un equipo orgulloso que saldrá con el "puñal" en la boca y con el corazón agitado. Todos a una. Con una sola idea: ver a nuestro capitán levantar la novena Copa en 103 años. El resto no importa. Importa el Valencia CF un club de leyenda.