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VALÈNCIA. El Maratón Valencia Trinidad Alfonso ha pasado de recibir unos 3.000 corredores a superar los 33.000 participantes en apenas una década, más de la mitad de ellos, un 57 %, son extranjeros, pero ¿cómo nace esta explosión?
Que la ciudad sea “ideal” para ‘runners’, que la Fundación Trinidad Alfonso, cuyo mecenas es el presidente de Mercadona, Juan Roig, haya decidido apoyar este evento o que lleve años como una de las grandes pruebas del circuito han sido claves para que los ojos del atletismo mundial estén puestos en la prueba de este domingo.
El maratón de València “mira ya a los ojos de los grandes maratones como Berlín, Nueva York o Tokio”, explica Juan Botella, director gerente de la SD Correcaminos, el club original que organiza desde 1981 el maratón y que lo sigue haciendo junto al Ayuntamiento de València, además de la Fundación Trinidad Alfonso.
“Un maratón es una ciudad y la personalidad de la ciudad de Valencia garantiza que el corredor, tanto el atleta como el ‘runner’ que viene para lograr terminar la prueba, va a encontrar su versión más rápida”, afirma Botella, que destaca la calidad de la “materia prima”.
Si la organización de este evento es, como la propia prueba, una carrera de fondo, el Maratón Valencia Trinidad Alfonso parece haber superado el kilómetro 35 y encarar ya los últimos pasos para llegar a la meta.
“La clave está en la armonía entre una prueba que ha conservado a la SD Correcaminos y que se ha profesionalizado con la entrada de la Fundación Trinidad Alfonso, que ha incorporado de arquitectura, logística, producción, seguridad… ahí es donde se ve la actualización”, defiende el director gerente del club de atletismo.
Indica Botella que la aspiración es “batir el récord del mundo en hombres, mujeres o en ambos casos, pero no es el único”.
“Queremos quedarnos para la eternidad en la cordillera de la Himalaya de los grandes maratones”, incide el valenciano, que resalta que la prueba “ya mira a los ojos a carreras como Londres, Tokio, Berlín o Nueva York”, pero que lo que quiere es “seguir ahí, en esa cordillera, y permanecer durante muchos años”.
Comenta que València ya está “en esa cordillera, pero ahora lo difícil es permanecer”, al tiempo que explica que “es difícil señalar un solo factor” para la explosión de la prueba: “No es sólo la calidad, el número de participantes o el récord del circuito, también la capacidad de trascender y de implicar a una ciudad entera”.
Al respecto, la concejala de Deportes de València, Rocío Gil (PP), expone que casi un 70 % del gobierno municipal está implicado para la prueba: “La ciudad se paraliza para el maratón. Estamos implicadas las concejalías de Turismo, para recibir a los corredores; de urbanismo; de ciclo integral del agua; de Deportes, o de parques y jardines para que los árboles estén bien podados”.
“Es un evento de ciudad”, concluye la concejala, que indica que “esto no va de partidos”, pues hay un dispositivo de unas 3.000 personas, entre ellas 2.300 voluntarios, cien personas para la limpieza, dos hospitales de campaña o 31 ambulancias, que hay que dirigir.
“El objetivo es convertir esto en una gran fiesta”, destaca el director gerente de Correcaminos, con el objetivo, dice, de que “el maratón siga dando visibilidad a Valencia y a España” y que “el nombre de Valencia siga asociado al atletismo”, además de seguir siendo sostenibles.
Según un informe de impacto económico del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, la organización destinó a la celebración de la edición de 2022 un total de 5,8 millones de euros, mientras que el gasto turístico fue de 26,85 millones, por lo que por cada euro gastado se han generado 4,6 euros de impacto.
Además, de los 5,8 millones de gasto asociado a la organización, un 41 % se financió con patrocinadores, un 48 % con las inscripciones y sólo un 11 % procedió de ingresos de instituciones públicas.
Con estos datos, el propio Botella sostiene que este “no es un evento puntual para esta década”, sino que espera que esta competición se convierta “en algo tan genuino de la ciudad de Valencia como las Fallas”.
Juan Miguel Gómez, director de la Fundación Trinidad Alfonso, explica que en 2011 fue el año clave para la entrada de Juan Roig como colaborador de este evento. Aquella edición, fueron 3.000 los corredores que participaron en la prueba y, desde entonces, según comenta Rocío Gil, los indicadores se han multiplicado en un 2.300 % en todo lo relativo al Maratón.
Gómez resalta que el presidente de Mercadona vio ese año la salida del Maratón, que precisamente había cambiado su lugar de salida al puente de Monteolivete: “Y se sorprendió por ver una salida tan bonita que le recordó a la del maratón del Nueva York, por lo que nos pusimos a analizar de qué iba esto del maratón y nació la Fundación Trinidad Alfonso para ser ya colaborador en 2012”.
“El maratón tiene un impacto económico de 27 millones de gasto directo turístico, con más de 300 canales para que Valencia se pueda ver en muchísimos países y con un 57 % de corredores extranjeros. Son datos que apoyan que el maratón es el evento referencia de esta ciudad”, incide Gómez.
Así, resalta que el objetivo es “seguir creciendo de manera sólida”, porque estos “no son datos al azar” y la prueba “no va de potencia sin equilibrio, sino de un crecimiento sostenible en infraestructuras y en capacidad hotelera”.
Preguntado Botella por cuál es el ‘tope’ de este evento, que juntará a 33.000 corredores este domingo, dice que “probablemente haya un poco más de margen, pero hay que ser responsables y, si se amplía un poco más, se hará con pasos seguros”, la misma seguridad con la que apoyarán sus zapatillas cada uno de los 33.000 ‘runners’ citados a las 8.15 horas de la mañana junto a la Ciiutat de les Arts i les Ciències de València.