VALÈNCIA. Los colaboradores de Plazadeportiva.com muestran su visión sobre el CA Osasuna 3-1 Valencia CF:
JOSÉ MARÍA PERIS
Tres expulsions en tres partits. I llevat de la de Kang In, les altres dos han penalitzat. Prou dubtosa és la de Rodrigo però caldria revisar la feblesa mental de la plantilla. Es dona un paset avant i dos darrere. Per diverses circumstàncies, es cert. I la dinàmica sembla perillosa. Fins a dimecres, el més fàcil és assenyalar i riure's de Correia i, de propina, comparar-lo amb Vidal. Rodrigo sabrà a hores d'ara si és justa la seua expulsió. No cal que la disculpe per xarxes, només que pense si és justa o no i valore si la baralla individual compensa amb el llast que li fiques al grup. I Sevilla espera.
SERGIO ARLANDIS
Yo diría que era el partido de las verdades: con un Celades que aún no sabe a qué quiere jugar, porque no ha venido aquí a dejar su huella. Con un kondogbia que hace más bueno a Coquellin, con su pobre aportación al equipo; con un triste parejo y compañía; con un Rodrigo que es importante, pero que tiene un pie fuera; con Guedes que no está; con un arbitraje digno de nevera, por ser maquiavélico y, sobre todo, con otra estafa más de jugador: Correia, cuyos números asustan, con un 32% de acierto en el pase, con una defensa y colocación impropias de un futbolista profesional pero con una comisión para Mendes que da mucho que pensar. Vergonzoso que un Osasuna, que sí sabe a qué juega, te haya tirado 31 veces a portería. Lo dicho, es el partido de la verdad, porque da el más fiel reflejo de lo que hoy es el Valencia CF.
JOSEP LIZONDO
Un poco como en Lille. Arrollado por el ímpetu local que te lleva a encontrar un gol de una jugada individual y a partir de ahí... ya no sabremos si sin la expulsión se hubiera impuesto o esto como poco acabaría en empate. Incluso en la mala hay cosas. Arreglando las cosas sobre la marcha Celades tiene pinta de genio. Desapareció Hasta la salida emeriana (el gol de balón largo a la espalda del defensa). Pero poco más. Encajas goles todos los partidos, cuando no es una expulsión es un penalti... Se defiende mal pero tampoco se corrige atacando bien. Y lo que más necesita este equipo para creer son resultados. Y a pesar de trazas de buen juego o pinceladas interesantes no pasan de destellos que tampoco se traducen en puntos. Estamos en esa peligrosa frontera que marca la temporada de un equipo, para arriba o para abajo. Esta semana es clave para no entrar en urgencias.
VICENTE BAU
Lo injusto. El partido ante Osasuna quedó definido por la absurda expulsión de Rodrigo, que dejó al Valencia descompuesto y mal armado ante el empuje del cuadro navarro que con un jugador más fue claramente superior a un Valencia que con diez jugadores se descompuso. El Valencia pierde el duelo y se antoja que se complica formar un once titular de garantías ante un Sevilla que nos visita este miércoles. Lo raro y estúpido de este duelo lo marcó la expulsión de Rodrigo que yo encontré rarita e injusta. Malos tiempos para la lírica en este Valencia.
PACO GISBERT
Nos podremos excusar en el arbitraje de Jaime Latre, en la misteriosa desaparición del VAR cuando tiene que corregir jugadas en contra del València o la permisividad en la extrema presión de Osasuna, pero si el plan para ganar en Pamplona era meter a todos los jugadores en el área para defender, igual nos damos cuenta de que el València repitió el desastre de Lille. Sigo sin entender a qué juega el València de Celades, quién fue el lumbreras que fichó a Correia y por qué faltan futbolistas de carácter en la plantilla. Mientras lo averiguo, en tres días llega el Sevilla a Mestalla y tiene pinta que tendrá que jugar Sobrino de delantero.
NACHO COTINO
Cualquier expulsión antes del descanso condiciona un partido. La del Sadar es muy discutible. Lo que no es discutible es que un equipo que pretende ser grande ha de saber encontrar argumentos para que, por lo menos, no te ‘saquen del partido’ y... ni fue así. Osasuna tuvo el control del juego con y sin superioridad numérica. Disparó a puerta más de 25 veces, como el Lille y te masacró con los centros laterales. En resumen: fue muy superior en todos los aspectos del juego mientras el Valencia se va haciendo pequeño inmerso en un periodo de indefinición que lo hace extraordinariamente vulnerable. Ni atacamos con convicción ni defendemos con determinación. Mal camino.
VICENT MOLINS
Lo que hay es que el Valencia férreo, plano y previsible se ha vuelto, un rato después, un equipo descosido, sin mayor plan que sostenerse. Cuando el partido se desorienta, se queda sin recursos para agarrase. Y en mitad de ello, la duda. La que parece comenzar a cundir en un grupo que actúa más por inercia que por convicción.