VALÈNCIA. Mazazo en el Wanda. El Valencia se marcha de vacío contra el Atlético de Madrid en un duelo que igualaron hasta en dos ocasiones. Ángel Correa desequilibró la contienda con un golazo a diez minutos del final y complica las opciones de los valencianistas de acabar en la cuarta plaza. Morata y Griezmann hicieron los otros tantos del Atlético mientras que Gameiro y Parejo fueron los goleadores visitantes.
Los mejores equipos a nivel defensivo medían sus fuerzas. El Atlético arrancó intenso y descarado. Asumió el control e intentó hacer daño al Valencia por el costado izquierdo, donde comenzó Lemar comenzó muy activo. Dos centros peligrosos del francés no encontraron rematador. Los de Simeone encontraron premio a los ocho minutos. A la tercera fue la vencida. Juanfran puso un gran envío al segundo palo y Morata remató a la red. Era el 1-0 y las cosas se ponían muy cuesta arriba para los valencianistas.
Ese gol obligó al Valencia a adelantar las líneas y presionar más arriba. Los visitantes estaban muy tocados, Morata acarició el ‘doblete’ tras finalizar un contragolpe. El Valencia se aventuró a la ataque a los doce minutos. Un disparo de Guedes tocó en Juanfran y pudo sorprender a Oblak. La ventaja no amedrentó a los colchoneros, que se acercaban con peligro al área de Neto. Un disparo de Filipe puso en problemas al brasileño, el rechacé lo aprovechó para marcar el segundo, pero el colegiado lo anuló por fuera de juego.
Pasada la media hora, el Valencia igualó la contienda con un gran tanto. Coquelin hizo una apertura excelente para Soler, que de primeras se la entregó a Mina. El gallego calificado como un delantero tosco y de lucha, se puso el traje de mago. Tiró un ‘sombrero’ a Godín y fue capaz de levantar la cabeza y asistir a Gameiro. El ’9’ valencianista no desperdició el regalo y fusiló a Oblak sin oposición. Era el 1-1 en un encuentro a la altura de las expectativas. Su bella acción dio alas a Mina, el más peligroso en ataque. Se ofrecía para dar salidas y amenaza en el juego aéreo. Un cabezazo suyo y un disparo de Parejo desde la frontal cerraron una primera parte en la que el Valencia fue de menos a más.
Tras la reanudación, el Valencia quiso dar continuidad a su valentía. Aceptó el dominio con un planteamiento ambicioso, pero le costó caro. Presionaba la salida del Atlético, dificultando la entrega a los locales, que se refugiaron en el talento de Griezmann para poner el 2-1. El francés cabeceó al segundo palo un pase de su compatriota Lemar. Un duro golpe. Tocaba remar otra vez entre la lluvia del Wanda. Amenazó Soler con una volea desde la frontal que se marchó desviada.
Marcelino buscó dar dinamismo al ataque y dio entrada Rubén Sobrino por Guedes. La actitud del Valencia era encomiable. Con personalidad en un campo difícil y sin renunciar a nada. Gameiro combinó con Soler y solo un paradón de Oblak evitó el empate. Quedaba media hora y el Valencia se negaba a decir su última palabra. El cansancio afloraba y el Atlético encontraba más facilidades para desplegarse al espacio, pero sin profundidad.
A falta de un cuarto de hora, llegó la polémica. Gameiro disparó y Saúl la cortó con el brazo. Tras consultar el VAR, Hernández Hernández señaló la pena máxima. El empate estaba en las botas de Parejo. El capitán no falló y estampó el esférico en la red para poner una igualada que hacía justicia a la de los visitantes.
El partido no daba un respiro. Griezmann acarició el tercero con un cabezazo. Podía pasar cualquier cosa, los dos equipos querían ganar. Y así fue. Otra vez Correa fue el verdugo, como el año pasado. Se sacó de la manga un golazo por la escuadra que hacía el 3-2. Un golpe demasiado para un Valencia que tenía diez minutos para volver a igualar el encuentro por tercera vez.
Gayà y Sobrino tuvieron las últimas ocasiones. No pudo ser y el Valencia se lleva un duro castigo en el Wanda que puede minimizar seriamente sus opciones de acabar la temporada en Champions.