VALÈNCIA. La Champions se complica. La derrota de ayer en el Wanda Metropolitano limita las opciones del Valencia de acabar en los puestos de Liga de Campeones a falta de cuatro partidos. La de hoy será una jornada que puede ser definitiva o que mantenga abierto el abanico de posibilidades, pese a que cada vez falta menos para acabar la competición.
Una victoria del Getafe esta noche ante el Real Madrid podría ser casi inalcanzable, con cinco puntos de distancia a falta de doce por disputarse. Además, el Sevilla también puede adelantar al Valencia en la clasificación, si vence en su duelo en casa contra el Rayo Vallecano. Un escenario que si se produce, invita a pensar que el Valencia va a necesitar al menos diez o incluso los doce para tener aspiraciones de acabar en la cuarta plaza. Y todo ello con una semifinales de Europa League ante el Arsenal por el medio, un objetivo que tiene la misma recompensa de jugar la Champions y que está a tres partidos de poder cosecharse.
Respecto al encuentro, el Valencia se llevó un castigo excesivo en su visita al Wanda Metropolitano. Recibió una condena rápida a su 'empanada' en el inicio. A los ochos minutos ya iba perdiendo por 1-0 tras un gol de Morata. Gayà dejó muchas libertades a Juanfran para trazar el centro, mientras que Garay perdió la marca del delantero rojiblanco. Pese al golpe, el Valencia logró reponerse pese a tener bajas importantes. Gameiro y Mina supieron asumir el rol de recibir de espaldas y también de buscar los espacios. El gallego trazó una de esas jugadas para el recuerdo. Recibió de Soler y se puso el traje de mago. Tiró un sombrero a Godín y regaló el tanto a Gameiro. Con el 1-1, el Valencia no se amilanó y siguió con su planteamiento valiente, presionando al Atlético.
Esa ambición le salió cara nada más empezar el segundo tiempo. El Atlético volvió a tirar de pegada. Griezmann aprovechó el exceso de confianza de Gayà para cabecear el 2-1 a los tres minutos de reanudarse el encuentro. Parecía un golpe todavía más difícil de asimilar, pero el Valencia lo hizo. Pese al desgaste de partidos que lleva en este 2019, continuó teniendo fe. Pudo encontrarla Soler, pero Oblak azotó la ilusión del valencianismo con un paradón. Pero el intercambio de golpes no acabó ahí. A falta de un cuarto de hora, el Valencia se metió en el partido desde los once metros. Saúl interceptó un balón con la mano y Hernández Hernández pito la pena máxima. Parejo no falló e igualó el partido por segunda vez.
Sin embargo, al Valencia le faltó "experiencia" en uno de los campos más complicados del campeonato. Así lo reconoció el propio Kevin Gameiro en los micrófonos de BeINSport al finalizar el encuentro. Ángel Correa volvió a ser el verdugo, como el año pasado. Firmó un golazo que fue demasiado para el Valencia, Gayà y Sobrino tuvieron las últimas ocasiones, pero sin fortuna. En definitiva, una derrota cuya magnitud se definirá este jueves una vez concluyan los compromisos de Getafe y Sevilla.