VALÈNCIA. Frenazo de Champions. El Valencia cayó en el último suspiro contra la SD Eibar y se lleva un duro mazazo en sus aspiraciones de clasificarse para la Champions vía liga. Tras este tropiezo, los de Marcelino deben pensar ya en la ida de las semifinales de la Europa League contra el Arsenal.
Le costó entrar al Valencia en el partido. El Eibar cogió mejor el pulso y fue el primero en buscar las cosquillas con un cabezazo de Orellana. Los de Marcelino estaban algo atenazados, a excepción de Rodrigo, que sí que generaba desequilibrio jugando de espaldas. Un movimiento suyo derivó en el primer intento local. Provocó una falta peligrosa que ejecutó Parejo. Respondió con seguridad Dmitrovic.
La más clara fue para el Eibar, que empezó a crear nerviosismo en Mestalla. Otra vez Orellana. El chileno apareció en el segundo palo y cuando todo parecía perdido, emergió Neto para sacar una mano espléndida a su cabezazo. El primer tiempo fue muy trabado, muchas interrupciones y poco fútbol. El cuadro armero volvió a dar otro susto a balón parado en el tramo final. Con el 0-0, se llegó al descanso.
Tras la reanudación, el Valencia estaba obligado a reaccionar para mantener sus opciones de alcanzar la cuarta plaza. Comenzó a aparecer Parejo como socio de Rodrigo y las sensaciones mejoraron. Solo faltaba el último pase para meter en problemas a un Eibar sometido por primera vez en Mestalla. Marcelino dio entrada a Carlos Soler para dinamizar el ataque, pero los minutos caían y la tensión se palpaba en Mestalla, quedaba media hora para alzarse a la cuarta plaza.
La tuvo Gameiro hasta dos veces. Recibió al espacio y golpeó con violencia. Dmitrovic paró la primera y la segunda fue la peor, mandó el esférico a las nubes ante la desesperación de Rodrigo, que estaba para rematar a placer en el segundo palo. Apretaba el Valencia, pero no encontraba el camino del gol. Se acumulaba la ansiedad, crecían las precipitaciones y el marcador llegó inmóvil al tramo final.
Marcelino puso todo lo que tenía, los cuatros delanteros en el campo. Eran minutos para ir a la desesperada. Mina tuvo el triunfo, pero falló de manera incomprensible. El mazazo llegó en la última jugada del partido. Charles cazó un balón en el área y marcó para sellar la permanencia del Eibar y enterrar las opciones del Valencia de acabar en la cuarta plaza.