opinión

Quiero hablar con el encargado

7/01/2019 - 

VALÈNCIA. ¿Cuántas veces hemos dicho esto por teléfono ante un teleoperador o en algún mostrador de una tienda? Ahora quiero que me pasen con el responsable de este equipo, porque a mí me vendieron una cosa este verano y lo que veo y tengo es otra: el conjunto valencianista es una lágrima en las dos áreas y, sobre todo, en su planificación ¿Es la cabeza pensante de este proyecto D. Marcelino García Toral? Pues que me pasen con él para que pueda decirle lo que se ve desde fuera, ya que, desde dentro, parece que se vive otra realidad. Me llenaron de ilusión, pero es cierto que no quise ver el patético final de temporada que hizo el equipo el año pasado, dejándose ir durante más de diez jornadas. Ciertamente, si nos ponemos más exhaustivos, el mejor Valencia CF que hemos visto en la era Marcelino es de 2017 (entre septiembre y diciembre para ser exactos), y ya estamos en el 2019. Yo no cambio por nada en el mundo el ver a mi equipo jugar, pero la verdad es que hay que tragar mucha saliva mientras ves a qué juega, porque ¿a qué juega?

No hay una real solidez defensiva: que no nos engañen los goles encajados, pues eso no significa que defiendas bien. De hecho, no eres sólido defensivamente si el otro equipo hace tan poco para marcarte gol jornada tras jornadas y Neto siempre te hace uno o dos milagros. Es cierto que no recibes muchos goles en un partido, pero tampoco cierras bien la defensa, con fallos infantiles e impropios de un equipo de élite. Sí, impropios de un equipo de élite. Y esto vale para los de arriba: lo de Batshuayi rematando al césped ya es lo último que nos podía ofrecer como jugador. Lástima de delantero de play station que está muy lejos de ser un punta válido para el Valencia CF. Los recambios que dicen me dejan tan consternado que casi mejor que se queda el belga y a ver si se equivoca en algún partido y mete un golito más. De Marcelino fue la feliz idea de cargarse a Zaza, que no te añadía mucha calidad, pero te sumaba intensidad, orgullo, guerra y goles. Ahora no tienes nada de eso y aquí el responsable es el técnico asturiano, se ponga como se ponga. Y ya está bien de excusas partido tras partido: lo has reventado tú, señor entrenador, huyendo de algún que otro carácter díscolo, para más comodidad tuya para hacer las alineaciones. De Gameiro… pues qué decir ya que no se haya dicho: lo malo es que no sabemos muy bien a quién pedir cuentas de tan nefasto negocio ¿al míster, a Longoria, al representante de ambos, a Anil, a Mateu, a Peter, al horóscopo, a la bruja Lola? Porque Marcelino se llamó a sí mismo el “responsable” pero no el único “culpable”. Misterios que tiene la vida.

Me siento engañado con lo del centenario, que dista mucho de ser una fiesta para la afición. No hay gestos, sino gastos: matiz importante, eso sí. Y el estadio nuevo: qué bonita promesa adorna la entrada a Valencia por la CV-35. Es la tierra prometida que unos mesías singapurenses nos hicieron para acabar con nuestra travesía por el desierto. Al menos a los Reyes Magos, que también vagaron por el desierto, les guió una estrella que les llevó a su destino. Estos mecenas no sé muy bien qué farola siguen, pero, desde luego, va más perdida que una polilla en una cueva. Ahora a ver cómo se lo explicas tú esto a los más jóvenes: lo que se urde aquí ya no es ilusión, sino mentira, que es muy diferente. La ilusión es un mensaje de esperanza fundamentada en la confianza (recíproca) en alguien y de eso, por aquí, ya no hay: ahora todo lo que se diga va a sonar a milonga, igual que las palabras del técnico en la sala prensa. Igualito.

De Daniel Wass prefiero no hablar, porque el chico debe estar tan mareado que es incapaz de hacer un partido de, por ejemplo, nota media de 7. Sí ha hecho de 3, pero no de 7. En su mejor partido de la temporada llegó al 6.5. Es un fiel reflejo de la gran planificación de un equipo descompensado, que no tiene recambio ni para la banda derecha ni para el mediocentro creativo: nada más y nada menos que dos posiciones sin alternativa alguna de calidad. Del mediocentro ya sabemos el motivo: mejor si el míster no se tiene que enfrentar a la situación de tener que sentar a Parejo, y así evita conflictos. Lo del lateral ya no lo tengo tan claro, pero lo que sí veo es que el voluntarioso Piccini poco o nada mejora lo que dieron Montoya y Vidal la temporada pasada, salvo que el italiano costó algo más de siete millones de euros.

Pero ¿a quién le pido cuentas de esto? Ya no sé a quién exigirle un poco de dignidad, pues el Valencia, en liga, en 18 partidos, no ha ganado en 14 de ellos y de los 4 que ha ganado, han sido contra el último, el penúltimo y un equipo en crisis como es la Real Sociedad, más el Getafe (que está por delante de ti). De estos cuatro partidos, los equipos (Huesca y Real Sociedad) cesaron al técnico y en tres de esos cuatro partidos ganaste por la mínima, excepto al Rayo Vallecano, que le metiste tres goles. Y esa es otra: 16 goles a favor en 18 partidos, de los cuales 3 fueron en ese único encuentro. Numeritos de traca, vamos, digo yo. Por eso quiero que me devuelvan la ilusión que nos han quitado este año y nos compensen de alguna manera, porque bastante paciencia hemos tenido. Lo malo es que sé que el encargado no se va a poner ni va a venir ni le podré decir nada de esto, ni habrá compensación que valga y me dirán que soy un falso aficionado…

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