VALÈNCIA. El banquillo del Levante tendrá nuevo inquilino en Getafe. No será Alessio Lisci quien dirija al equipo desde el césped, aunque sí estará en el Coliseum. Será su segundo, Darío Navarro, el encargado de dar las instrucciones a sus pupilos a pie campo en una nueva final por las opciones de permanencia que quedan en el haber granota. Alessio fue expulsado ante el Cádiz por "salir del área técnica de manera agresiva" y, finalmente, Competición resolvió el pasado miércoles castigarle con un encuentro de sanción -frente a los tres adicionales que le podían haber caído al italiano tras no enterarse de que la roja le había sido mostrada y al permanecer durante varios minutos en el campo-. En cualquier caso, el valenciano, mano derecha de Alessio también en categorías inferiores del club, está curtido en batallas similares a la que vivirá el próximo viernes.
Y es que la expulsión de la pasada jornada no es la primera del entrenador del Levante como granota. Esta misma temporada, mientras se hacía cargo con éxito del filial, ya vivió un episodio que bien puede extrapolarse a lo que ocurrió ante el Cádiz. El pasado 31 de octubre, en la jornada 9 del campeonato en el grupo 5 de Segunda RFEF, el Atlético Levante cayó por 1-0 contra la UD Melilla y lo hizo con polémica. Una expulsión tempranera de Peña por cortar al borde del área un mano a mano provocó que los levantinistas jugasen más de una hora en inferioridad numérica, pero lo que acabó por desquiciar a Alessio fue el penalti señalado en el 77' tras todo un encuentro aguantando las acometidas rivales, con un gran Pablo Cuñat bajo palos.
Un enredo del delantero de la UD Melilla con Antonio Leal en el área hizo que el colegiado, Álvarez Dorado, señalara un penalti que a la postre iba a anotar José Antonio González para la victoria local. El lanzamiento se demoró, entre otras cosas, por la expulsión del entrenador granota a razón de, según rezó el acta del encuentro, "abandonar el área técnica, realizando gestos de forma exaltada, y dar una patada a la puerta del túnel de vestuarios". Esta vez el italiano no corrió la misma suerte que el pasado fin de semana y tuvo que cumplir dos partidos de sanción. Fue en el Municipal Álvarez Claro, el primer estadio que, curiosamente, visitó el actual cuerpo técnico del Levante una vez se consumó el cese de Javi Pereira. De hecho, en la previa de aquel partido de Copa del Rey Alessio recordó la dificultad del choque con el filial meses antes de su ascenso en los banquillos.
Es ahí donde entra la figura de Darío Navarro. Al valenciano le tocó enfrentar dos partidos complicados, comunicación mediante con Alessio pero sin el romano a su vera en el banquillo. Y el resultado fue bueno. Tanto es así que el Atlético Levante consiguió ganar los dos encuentros -la única ocasión en que el filial ha enlazado dos victorias seguidas este curso- ante Águilas y Atlético Mancha Real. 2-0 y 0-1, respectivamente, ante dos rivales complicados de la categoría, sobre todo los murcianos, que venían de ocupar posiciones nobles del grupo. Además, con portería a cero, aunque en el apartado de goles en contra no sufre el filial granota -el cuerpo de Alessio dejó el equipo siendo el segundo menos goleado de su grupo-.
No fue esa la única experiencia del segundo entrenador del Levante como máximo responsable en el banco. En el Juvenil ya tuvo que ponerse al volante en otros dos encuentros tras sanción del entrenador y también logró dos triunfos consecutivos ante Elche y UCAM Murcia. Y antes, dirigió otros dos, también con el Juvenil, contra Alzira y Valencia. A la vista está que Darío se ha curtido como capitán eventual de la nave durante los nueve años que lleva en la escuela levantinista, desde que llegó en prácticas hasta hoy, pasando por el División de Honor, primero con José Villalta y luego con Alessio Lisci. En etapas anteriores sí fue primer entrenador en prácticamente todas las categorías del Museros, pero será el próximo fin de semana en Getafe cuando le llegue su primera experiencia al frente de un banquillo de élite.