VALÈNCIA. Qué rapidito ha saltado Sandra Gómez a decir que el Valencia CF acabará el estadio. Y Pilar Bernabé (buena regidora), que el pabellón de Benicalap comenzará por fin en enero. Dicho así queda hasta bonito, si lo pensamos. Cabría preguntarse quiénes organizaron un terremoto social (al margen de la gestión de Lim) con el tema de la ATE en un ataque en tromba sin precedentes de miembros de la clase política valenciana, como si no tuvieran muertos en el armario a los que vestir.
Si Pilar Bernabé reclamó unas deficienciencias en el pabellón que debían solucionarse (así se hará), la vicealcaldesa, en un arranque de intolerancia y falta de diálogo o información a medias, cargó de forma insensata contra todo un club. No nos confundamos, un hundimiento de la ATE propiciaba lo que algunos por desgracia buscaban para el Valencia, que no era otra cosa que el hundimiento del club, el concurso de acreedores o quizás la desaparición.
Todo muy aplaudido y jaleado por déspotas del despróposito que acudían a Doña Sandra con ira furibunda y que ella asumía como una gran patriota del valencianismo. También se reunía, dicho sea de paso, con presuntos compradores de la parcela de Mestalla, que debería modificar para beneficiar al club y a presuntos compradores, pero su silencio es más que notable. En ese tema no abre la boca. La guerra es la guerra. O, lo que es peor, su guerra.
La ATE, tanto al final como al principio, era hasta el 2025. El 15 de mayo predicaba el apocalipsis che. Se filtraban decisiones o papeles a “sus medios cercanos” antes que comunicarlo al club. La democracia y el diálogo desparecían y a cada declaración de Doña Sandra se unía un terremoto social permanente.
He aquí que Sandra, irascible y previsora, no tuvo paciencia en esperar, no sabía que la decisión no era suya, ni de Urbanismo, era de la Conselleria de Economía, dispuesta a hacer lo que Sandra Gómez nunca hizo: dialogar y pedir aclaraciones sobre la situación. Sandra nunca habló con el club, ella sabrá por qué. Aunque me lo imagino.
Eso sirvió para un ataque organizado. Acusaron a los dialogantes de buscar soluciones de "fontaneros al servicio de Meriton”. Otros juntaletras insinuaban que el president de Les Corts era pagado por Lim, supongo que a Enric Morera le vigilará la UCO por si acaso recibe fondos desde Singapur, cuando lo único que ha hecho es pedir moderación y diálogo. Vamos, lo que toca.
Y, de repente, aparece un extraño. La Liga financia para infraestructuras mucho dinero, el club lo va a aceptar y, como nadie lo dice, lo diré yo: el Valencia remite esa información a la Conselleria. Y también es conocedor el Ayuntamiento. A Sandra y tamborileros se les cae el “sombrajo” ¡Qué mala suerte! El club, no Lim, tenía una solución de La Liga y, claro, antes de seguir haciendo de las suyas afirma que se acabará el estadio.
Por último tengo que decir que acabar el estadio no es medalla ni para Lim ni para Sandra. Es que la vida tiene estas cosas, de repente un extraño apareció con un crédito. Mientras, la sufrida afición a padecer por su club, que algunos creen que es un juguete. Como diría Mónica Oltra, algunos no llegan "ni a la suela del zapato sudado”. Dicho queda.