VALÈNCIA. El Valencia Basket recibe este domingo al Unicaja en la novena jornada de la fase regular de la Liga Endesa con la urgencia de salir del bucle de derrotas en el que está inmerso tras haber acumulado cuatro entre la ACB y la Euroliga y con la necesidad de sumar para no quedarse sin margen de error para poder entrar en la Copa del Rey.
El equipo valenciano afronta este encuentro menos de 48 horas después de haber caído en la Fonteta ante el Zalgiris Kaunas en un encuentro que dominó en buena parte, que no supo rematar y en el que se fue bloqueando con el paso de los minutos.
La derrota se une a las sufridas en las pistas del Virtus Bolonia, Lenovo Tenerife y en casa ante el Real Madrid, una situación que empieza a hacer mella en la confianza de los jugadores de Álex Mumbrú y que también ha generado dudas en la Fonteta.
El conjunto valenciano ocupa actualmente la undécima plaza de la clasificación con un balance de cuatro triunfos y otras tantas derrotas, una victoria menos de las que tiene el Coviran Granada, que es séptimo y el último equipo que ahora mismo se clasificaría para la Copa del Rey de Badalona. El Unicaja, como el Cazoo Baskonia, visita València con ese mismo balance.
Una victoria permitiría por tanto al conjunto valenciano alcanzar al malagueño y como poco seguir teniendo a un triunfo la zona copera pero una derrota se la podría dejar a dos a falta de ocho jornadas para acabar la primera vuelta, una situación que unido a que sería la quinta derrota seguida aumentaría el nerviosismo.
Para el choque seguirán de baja Millán Jiménez, Martin Hermannsson y Sam Van Rossom, que se operará de la rodilla derecha.
Pero, además, Mumbrú deberá descartar uno de sus tres extranjeros y convocar a un canterano. Ante las bajas de dos de sus bases, lo normal es que el técnico prescinda de James Webb III o de Jasiel Rivero y que convoque al joven Lucas Marí.