VALÈNCIA. En diferentes tramos de la rueda de prensa de Gattuso previa al enfrentamiento contra el Cádiz, el entrenador transalpino mostró su negativa a hablar del mercado de fichajes para enero, no sin dejar claro que, acatando las decisiones que tome el club, él ya ha comunicado a los responsables las necesidades que tiene el equipo y su opinión al respecto de la misma. En diversos pasajes de su comparecencia pública, Gattuso lanzó frases como: "El club sabe qué hay que hacer. No puedo perder más de 1%, 2% de mi energía en ello. He de estar centrado en sacar el mejor rendimiento a la plantilla", al ser preguntado por los refuerzos; "yo hablo al club de lo que yo pienso que es bueno. Si luego el club no lo ve así, tengo que respetar las decisiones de la entidad, pero yo les digo lo que pienso. Si luego el club toma decisiones distintas, no puedo hacer más, el dinero no es mío", cuando se le preguntó por el caso Vázquez-Lato e incluso un tercer fragmento en ese sentido al asegurar que: "No puedo perder tiempo en eso. Me quita energía ocuparme de otros asuntos y esa energía la pierdo con otros asuntos", al ser cuestionado por si podía hablar de alguna novedad al respecto de la continuidad de Diakhaby.
Al hartazgo de la inacción del club en materia de refuerzos se le añadía la de tener que dar la cara en asuntos que deberían contestar otras personas en el club, el director técnico, pero que es evidente que eluden la exposición ante los medios para evitar el consiguiente desgaste en la calle.
No es para nada una novedad en el modus operandi de Meriton, más bien al contrario. El discurso del actual entrenador del Valencia se va asemejando cada vez más al de sus predecesores en temporadas anteriores que se acabaron dando de bruces con las mismas dificultades con las que se ha acabado encontrando el calabrés. Aunque hechas con mucha más mano izquierda y sin buscar señalar a la propiedad, porque Gattuso aceptó desde un principio las reglas del propietario, este discurso ya se lo hemos escuchado a los últimos técnicos que han pasado por Mestalla.
Si uno repasa las declaraciones de Javi Gracia, encuentra un discurso similar al respecto de dar un paso a un costado en las negociaciones por fichar y la voluntad de centrar todos sus esfuerzos en sacar el máximo rendimiento posible de la plantilla y su hartazgo a responder cuestiones que no dependían de él: "Ya hemos hablado mucho de esto en anteriores ruedas de prensa. Es que no sé lo que va a pasar, no estoy al tanto del momento de las posibles negociaciones con ese jugador que me comentas o de cualquier otro. Yo no estoy al tanto de esas cosas actualmente, para serte sincero. La confianza en que lleguen jugadores la tengo y la voy a seguir teniendo hasta el último día. Bastante tengo yo con estar centrado y más en esta semana en la que vamos a tener 3 compromisos, y trato de estar centrado en el próximo partido y tratar de sacarle el mejor rendimiento a esta plantilla. Pero preferiría no personalizar en nombres que no están aquí y que no sé realmente si van a ser jugadores nuestros o no. Eso creo que son preguntas para otras personas, no para mi". Fue la respuesta del entrenador navarro el 25 de septiembre del 2020 al ser preguntado por Ettiene Capoue, futbolista que acabó fichando por el Villarreal. Al final a Gracia no le trajeron a nadie aquel verano y su discurso se fue endureciendo hasta provocar una brecha con la propiedad quien semanas después no le aceptó la dimisión para acabar destituyéndole meses más tarde.
Un discurso que también podemos encontrar en Bordalás ante la falta de refuerzos en enero de la temporada pasada. El distanciamiento del alicantino tras manifestar públicamente sus diferencias con el club ante la falta de fichajes y de consenso en las negociaciones produjo un discurso similar a los ya repasados. El 15 de enero de 2022, José Bordalás contestaba de esta manera a la pregunta sobre los posibles refuerzos en el mercado de invierno: "Yo traslado unas necesidades y a partir de ahí es el club obviamente el que toma las decisiones. No puedo decirle nada más al respecto. Nos reunimos con el club y saben las necesidades. Al final yo soy el entrenador y tengo que limitarme a trabajar y a entrenar, y nada más. Pero bueno, me consta que se está trabajando para ver si finalmente se puede incorporar algún que nos ayude obviamente porque como saben ha salido algún futbolista (Wass) y necesitamos equilibrar la plantilla. Desde ese mes de enero Bordalás iniciaba una cuenta atrás que sólo ralentizó su exitosa andadura en la Copa del Rey pero que no evitó su despido en verano pese a tener un año más firmado con la entidad de Mestalla.
El mensaje de fondo acaba siendo el mismo, "no es mi parcela", "yo me centro en entrenar", "el club ya sabe mi opinión sobre lo que necesitamos, pero luego son ellos quienes toman las decisiones", "esos son temas que deben responder otros". El evidente desgaste ante la inacción del club y la falta de explicaciones públicas de Corona acaban por clonar los discursos. En ese sentido cabe recordar que Javier Solís manifestó el 17 de noviembre, a la vuelta de Singapur, que se ofrecería una rueda de prensa "antes de la Junta General para poder comentar este tema con poco más de profundidad". Sin embargo, casi dos meses después no hay rastro de los refuerzos, ni de dichas explicaciones públicas.
Al final, la inacción del club acaba chocando con las aspiraciones de los entrenadores que asumen de partida las carencias en la construcción de las plantillas que dirigen, pero que ante la evidencia de los resultados acaban mostrando de una manera o de otra su divergencia con las decisiones que se toman desde la entidad.