la folgatinha / OPINIÓN

Lim, como Don Pedro

7/07/2023 - 

VALÈNCIA. Después de cacarear la semana pasada que Pepelu y Sergi Canós eran operaciones 'calientes', una semana después, los del 'Management Local' (ML) están a punto de hinchar pecho y sumar su primer punto. La expectación generada por el club y, concretamente, por dos de las patas de la trinidad de Meritón en València: Javier Solís y Miguel Ángel Corona, tiene premio. En el rasca y gana ha salido el centrocampista de Dénia. 

Tengo curiosidad por conocer el precio oficial del fichaje para saber cuál de los dos gallos ha ganado el pulso, el de las plumas azulgrana o el de las blanquinegras ¿Son 5 a plazos o son 6?

Lo más inteligente hubiese sido trabajar con sigilo y, sin alardear de autonomía, independencia y blablablá, anunciar por sorpresa, de repente, dos fichajes. ¡Toma ya, la gestión local funciona! Un nocaut para los 'todomalistas' del sistema 'meritoniano'. 

Optar por el mismo camino que tomaba Anil Murthy, el de los enredos y las medias verdades, el del café torrefacto de maquina expendedora que te obliga a ir al cuarto de baño a los diez minutos; el del camino a la confusión que genera crispación en el entorno, no es aconsejable si las cosas, realmente, van a ser diferentes con los del ML empoderados, como ayer me volvieron a garantizar en un desayuno interesante.

Después de comprometerse con ambos jugadores y de airearlo, Miguel Ángel Corona estaba entre la espada y la pared porque él mismo había decidido colocarse entre el muro y el filo. Si Pepelu y Sergi Canós no fichaban, el papelón era de aúpa. En ese caso, Corona ya no podría tirar sobre la mesa el comodín de "Lim no me da -su manoseado- OK" porque acababa de proclamar que, ahora sí, tiene poder y ya no es necesario pedir permiso a Papá Singapur hasta para vaciar una papelera.

Si los nuevos tiempos que anuncia la trinidad de Meriton en la ciudad se confirman, el director deportivo será libre. Lejos quedarán entonces aquellas llamadas a las cuatro de la madrugada, las diez de la noche en Singapur, cuando Lim despertaba a Corona para tumbar alguna operación que estaba apalabrada.

Es el mismo comportamiento que tenía Pedro Villarrroel, al que sus allegados y su legión de pelotas llamaban con cierta pompa "Don Pedro". El presidente del Levante UD solía martillear el teléfono fijo del domicilio de Ricardo Chover o el de Manolo Salvador para que, de madrugada, ambos técnicos se pusiesen en marcha para satisfacer sus caprichos en el mercado. Lim, como Don Pedro, también ha despertado en más de una ocasión a Miguel Ángel Corona a horas intempestivas. ¿Será diferente esta temporada?

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