Marcelino se ha encontrado con un imitador en el Málaga, uno que tiene su mismo rango y que utiliza su misma estrategia: la llamada directa. Míchel también ha hablado con el punta canario. "Sí, tengo esperanzas por Sandro. El jugador juega donde quiere y creo que a Sandro le apetece y quiere venir a jugar al Málaga", manifestó ayer el técnico blanquiazul
VALÈNCIA. Al Valencia le ha salido un competidor en el mercado de enero que pelea con sus mismas armas por un objetivo común. Es el Málaga, que persigue la incorporación del mismo delantero que pretende el club de Mestalla. El equipo propiedad del jeque Abdullah bin Nasser Al Thani quiere reforzar su ataque con Sandro Ramírez, que rompió a hacer goles con el equipo de Martiricos la pasada campaña.
Hace unas fechas Deportes Cope Valencia reveló que Marcelino había hablado con Sandro. El técnico, como hizo este verano con Gabriel Paulista, Kondogbia o Iván Marcano, al que pretende para el próximo curso, llamó al canario para exponerle su proyecto y convencerlo para alistarse en su plantilla.
Marcelino se ha encontrado con un imitador en el Málaga, uno que tiene su mismo rango y que utiliza su misma estrategia: la llamada directa. Míchel también ha hablado con el punta canario y aprovechando los buenos momentos que el canario pasó allí la pasada temporada, pretende que vuelva en enero. A diferencia de Marcelino, al que no se le ha preguntado por este aspecto, Míchel ha reconocido dos veces en los últimos tres días que ha contactado con Sandro.
La primera vez el viernes durante la entrega de los premios de Cope Málaga. "He hablado con Sandro y por el jugador no va a ser", descubrió el técnico, que añadió que todavía espera "un par de regalos más" en Navidad tras los fichajes de Ignasi Miquel y Manuel Iturra.
Ayer por la mañana, en la rueda de prensa previa al partido de esta noche en La Rosaleda, Míchel volvió a la carga: "Sí, tengo esperanzas por Sandro. El jugador juega donde quiere y creo que a Sandro le apetece y quiere venir a jugar al Málaga". Preguntado sobre la contundencia de su argumentación, el técnico fue más rotundo: "Me lo comenta quién me lo tiene que comentar, que quiere jugar en Málaga. A partir de ahí todo es subjetivo y depende de situaciones y negociaciones".
En el Valencia la estrategia es otra. Van a seguir jugando "callados" pero que el Málaga se inmiscuya en el fichaje de Sandro es un contratiempo con el que no contaban. El canario, con o sin la competencia del equipo andaluz, sigue siendo un objetivo. La partida se endurece.
El Valencia necesita reforzar su delantera para hacer frente a la posibilidad de que la rodilla de Zaza, con una rotura parcial del menisco externo, diga basta de forma definitiva y se fracture totalmente. Al mismo tiempo, Marcelino maneja la teoría de que un delantero diferente a los que tiene en plantilla podría ser una buena solución para hacer frente a determinados rivales. Jugando con dos puntas, de forma permanente con su innegociable 4-4-2, el técnico ganaría en competencia en la delantera y estaría preparado para cubrir cualquier contingencia de juego, sanción o lesión. Para acceder a jugar en Europa la próxima temporada y conservar su privilegiada situación clasificatoria, el Valencia entiende que precisa otro delantero.
En el Málaga, también andan detrás de un delantero. El equipo blanquiazul, a falta de disputar el partido de hoy con el Real Betis, está en zona de descenso con 11 puntos en 15 partidos. Si esta noche supera al equipo de Setién, todavía seguirá abajo, aunque se acercará a un punto de la permanencia, que marca el Deportivo con 15 puntos. Míchel, el entrenador del Málaga, quiere otro punta para acompañar a Diego Rolan, Peñaranda y Borja Bastón.