/ OPINIÓN

Motivos

11/04/2023 - 

VALÈNCIA. Lo peor de un lunes como el de ayer tras la derrota en Almería es la cantidad de horas que tienes para darle vueltas a la cabeza intentando buscar motivos para creer. Además de las horas de insomnio que van de domingo a lunes, toda la carretera de vuelta a casa comiéndote un atascazo tremendo a la altura de Murcia, hace que lo mires por arriba y por abajo. Hace que quieras ser optimista con respecto al futuro del equipo en la categoría. Lo intentas, haces cuentas, aludes al "si se gana aquí y luego se enlazan dos victorias más, todavía se está a tiempo"...

Sin embargo la edad hace ya años que no te permite mentirte. Sabes que este equipo no enlaza tres victorias consecutivas desde diciembre de 2021, y que pedir 5 victorias en 10 partidoas cuando llevas 7 en 28 es soñar despierto.

Me tocó preguntarle a Baraja en Almería qué motivos había para creer y contestó que el trabajo del grupo, y un servidor cree que a este grupo le hace más falta un milagro que trabajo.

Porque al Valencia CF se lo han cargado desde dentro y con el aplauso de los palmeros colaboradores. Porque Parejo no era tan bueno, Coquelin se lesionaba mucho, Wass era muy buena venta,  Kondogbia era un caradura, Soler una mentira y Guedes era un chupón. Porque Thierry era el nuevo Cafú, Lino el nuevo Garrincha, Cenk era un prodigio sacando la pelota y Cavani iba a hacer 15 goles.

Esto no iba de filias ni de fobias. Esto no iba de dar cuatro noticias de renovaciones, ni de dar lecciones magistrales de economía de empresa para bobos desde el atril de la cara dura, esto no iba de que la culpa siempre era del Covid, del entrenador de turno o del futbolista que no sentía los colores. Esto iba de alertar al personal de que se estaban cargando al Valencia. Y ahora, con lágrimas en los ojos, lloramos por lo que viene de camino y otros negaron durante los 4 últimos años.

Lo fácil sería cargar contra el director técnico. Un individuo que si tuviera el más mínimo atisbo de vergüenza se marcharía después del alubión de papelones. Un tipo sin bagaje y sin más aptitud que encajar perfectamente en el papel de secretario técnico de atrezzo que Meriton precisa para su negocio. No es el único culpable de todo esto pero sí un actor necesario, y sobre todo estaría bien que dejase de victimizarse frente a los que se paran a escucharle hablando del calvario que está sufriendo en Valencia (calvario por 30.000 al mes y con comilonas entre pádel y pádel). 

Pero el individuo en cuestión es simplemente el síntoma (como he dicho en más de una ocasión). Este equipo compró todas las papeletas para irse a segunda y con tanto empeño en el asunto parece que lo va a lograr. Plantilla debilitada tras tres años de expolio, entrenador a contra natura puesto a dedo por el dueño, cero refuerzos en el mercado de invierno, un entrenador de transición forzado a ocupar el banquillo tres jornadas y otro cuya leyenda tapa su escaso e insuficiente bagaje para afrontar una situación tan complicada como la que ha venido a resolver.

Y que nadie se engañe, Baraja es una leyenda y lo será por siempre, pero para sacar el carro del fango hace algo más que el carisma del Pipo que fue elegido para atemperar las protestas en la calle y porque era la opción más económica para el amo. Aún con eso, ojalá llegue a tiempo de eludir la caída a los infiernos. La historia del club, de la que el Pipo es parte esencial, no merece tal golpe.

De Almería todo el mundo salió tocado menos la gente de Meriton. Ellos ganaron su partido, el de que no se vieran en la grada las banderas de "Lim go home". El otro partido, el del césped, para ellos es secundario.

Y así pasa en este club, que el fútbol es siempre lo último. Que los futbolistas son piezas para un negocio. Que intentan hacer creer al respetable que es más nociva para el equipo una protesta en el minuto 19 que pagar a los futbolistas (los que han de salvarte de la quema) con pagarés. Que hace ya años que no existe exigencia con los jugadores. Que ya no queda Valencia CF, se lo ha comido enterito Singapur.

Por eso quiero encontrar motivos para creer, pero la edad no me deja mentirme. Y aún con todo tengo el convencimiento de que si llega el cataclismo, no será lo peor que nos depare el futuro con estos depredadores de sentimientos al frente de la SAD. Y digo de la SAD porque equipo no hay, y club hace tiempo que no existe. Que Dios nos pille confesados.

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